Juan Ramón Collado, conocido en México como el abogado del poder por tener en su cartera de clientes a, entre otros, el expresidente Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), pudo actuar como “testaferro” de terceras personas en Andorra, donde movió 120 millones de dólares (107 de euros) entre 2006 y 2015 a través de 23 cuentas en la Banca Privada d’Andorra (BPA). Así lo sostiene un informe confidencial de febrero de 2020 de la policía de este país europeo al que ha tenido acceso EL PAÍS.
El documento indica que Collado recibió en Andorra –un país blindado hasta 2017 por el secreto bancario- 90 millones de dólares (74 millones de euros) mediante transferencias desde cuentas de la casa de cambio mexicana Tiber y sociedades fiduciarias como el grupo Fidemont. Antes de aterrizar en las cuentas de la BPA del letrado, este dinero “fue trasladado a las casas de cambio”. Un hecho que prueba, según los investigadores, que Collado “disponía de grandes cantidades de dinero en efectivo”.
El abogado de Peña Nieto recurrió a las casas de cambio y a sociedades fiduciarias a modo de pantalla para dificultar el rastreo del origen de los fondos en el marco de una operativa propia del blanqueo de capitales, según los investigadores de la Unidad de Investigación Criminal 3 de la Policía de Andorra.
Las pesquisas abren la puerta, incluso, a que parte de los 90 millones de dólares que el letrado ingresó en la BPA por esta vía “sean de Collado o de un tercero para el que [el letrado] haría de testaferro (persona interpuesta)”. Y cuestionan la legalidad del dinero. “Una parte de los fondos ingresados [en la BPA por Collado] podría tener su origen en la actividad delictiva, teniendo en cuenta la naturaleza del investigado y sus influencias en las esferas de poder”, añaden los investigadores.
Junto a Peña Nieto, la cartera de clientes de Collado ha incluido a figuras como el líder sindical de Pemex Carlos Romero Deschamps; el exgobernador de Quintana Roo, el priísta Mario Villanueva; a Raúl Salinas de Gortari, empresario y hermano del expresidente de México Carlos Salinas de Gortari.
Una casa de cambio como pantalla millonaria
La Policía de Andorra asegura que Collado no ha aportado a la investigación por blanqueo que desde 2015 mantiene contra él la justicia del principado los recibos de sus transacciones a través de casas de cambio. Un punto clave para justificar la procedencia del dinero que el abogado ingresó en Andorra, ya que las casas de cambio están obligadas a emitir a sus clientes un comprobante.
Como ejemplo de esta mecánica de opacidad, el informe policial señala un traspaso de 372.349 dólares (305.946 euros) de junio de 2013 desde una de las sociedades instrumentales de la casa de cambio Tiber en la BPA a una cuenta de Collado controlada por una firma holandesa. Tras la operación, el entonces responsable de la BPA en México, Joan March Masson, da instrucciones por correo a un trabajador de este banco para que envíe este dinero a una cuenta cifrada de Collado para “ocultar al auténtico beneficiario de los fondos”.
“La persona investigada [Collado], atendiendo a su profesión de abogado penalista y, al mismo tiempo, financiero, es plenamente conocedor de la normativa internacional de blanqueo de capitales”, precisan los agentes.
EL PAÍS ha intentado sin éxito recabar la versión de Collado. El letrado declaró en 2016 ante la juez andorrana que el grueso del dinero que ingresó en la BPA entre 2006 y 2015 procedía de los beneficios de una cadena de casas de empeños que fundó su padre en los noventa. Un negocio que le había reportado –según explicó a la magistrada- unos ingresos por intereses de 84 millones de dólares (75 millones de euros) en 14 años.
La Policía de Andorra recuerda que las casas de empeño son negocios utilizados a menudo para blanquear. Una tesis que también sostiene el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI).
Así, uno de los accionistas de la casa de cambio Tiber, el mexicano Carlos Djemal Nehmad, fue condenado en 2018 por la Corte del distrito sur de Nueva York a seis años de prisión por un fraude de 20 millones de dólares mediante la devolución de impuestos a través de un entramado societario ficticio en EE. UU. y México.
Collado está siendo investigado en Andorra por blanqueo desde 2015, cuando el banco donde depositó su millonaria fortuna, la BPA, fue intervenido por lavar presuntamente fondos de grupos criminales. Las pesquisas contra el letrado sufrieron un parón en octubre de 2018, cuando la jueza andorrana se vio obligada a archivar provisionalmente la causa tras recibir un informe de la Procuraduría General de la República (PGR) de México -que es como se llamaba entonces la Fiscalía- que justificaba el origen de la fortuna de este abogado de poderosos.
El documento, elaborado en el último tramo del Gobierno de Peña Nieto, pedía el “no ejercicio de la acción penal” [contra el letrado de Peña Nieto] en Andorra. Se trata de una operación bajo sospecha, después de que EL PAÍS revelara que la Fiscalía mexicana aportó a Andorra información falsa para exculpar a Collado. El letrado, además, contó para ocultar sus fondos en el principado con la ayuda de ejecutivos de la BPA.
La detención del abogado en México en julio de 2019 –ya bajo la presidencia de Andrés Manuel López Obrador- por lavado de dinero y delincuencia organizada, reabrió las pesquisas por blanqueo en Andorra. Seis días antes de su arresto en México, el letrado transfirió 10,5 millones de Andorra a una cuenta del BBVA en Madrid.
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