Ramiro Ramírez-Barreto, de 44 años y del Estado de Morelos, es el cerebro detrás de una “extensa red de tráfico de drogas” en EE UU, según el Departamento de Justicia de este país.
El mexicano ha reconocido haber traficado con al menos 30 kilogramos de heroína y una cantidad de fentanilo suficiente para “matar a más de 14 millones de personas”, tal y como apunta el comunicado del fiscal federal del distrito este de Virginia publicado este viernes. Ramírez-Barreto, junto a otros 41 sospechosos vinculados al cartel de Sinaloa, se han declarado culpables y han sido condenados a penas de dos a diez años de prisión por distribuir drogas por el Estado de Virginia y Carolina del Norte.
Sin embargo, el cabecilla enfrenta una condena mínima obligatoria de 20 años de prisión y una pena máxima de cadena perpetua. Los puertos mexicanos son la entrada para el fentanilo, la droga sintética detrás de la epidemia de opiáceos que asola EE UU, producido en China y que lleva tiempo en el punto de mira de las prioridades de Washington en la frontera.
La empresa de Ramírez-Barreto operaba con vínculos no solo en Virginia, sino en Carolina del Norte, Texas y California también. A través de su organización suministraba cocaína, heroína y fentanilo a numerosas redes de narcotráfico en Newport News, Virginia y en Henderson y Greensboro, en Carolina del Norte. Uno de sus clientes en este último Estado recibió 60 kilogramos de heroína desde principios de 2018 hasta mediados de 2019. Otro de sus clientes era un recluso en una prisión federal que operaba una organización de tráfico de drogas en Henderson, Carolina del Norte, usando un teléfono móvil de contrabando. Ramírez-Barreto estaba vinculado al cartel de Sinaloa en México, al igual que sus fuentes de drogas, según ha concluido la investigación.
La Operación Cookout, que reunía a agentes locales y federales de las autoridades estadounidenses, encontró en la casa de Ramírez-Barreto 19 kilogramos de heroína y más de 600.000 dólares en efectivo. En total, las autoridades incautaron 24 armas de fuego, 30 kilogramos de fentanilo, 30 kilogramos de heroína, 5 kilogramos de cocaína y más de 700.000 dólares en metálico.
Ramírez-Barreto no actuaba solo. Tangynika Johnson, una mujer de 44 años de Henderson, Carolina del Norte, ayudó al recluso Bullock a recaudar el dinero de la venta de drogas y hacérselo llegar al líder de la red. Este viernes admitió haber usado una instalación de comunicación para promover el tráfico, y enfrenta una condena de hasta cuatro años. James Noyes, también estadounidense de Newport News y de 55 años, era un distribuidor de heroína dentro de la organización y ha sido condenado a 10 años de prisión. Keith A. Brownson, estadounidense de 42 años de Henderson, Carolina del Norte, era un traficante de cocaína y heroína que arreglaba la entrega de drogas y las ganancias con Ramírez-Barreto. Su condena podría ser de hasta 40 años. En total, la Operación Cookout consiguió detener a 45 sospechosos acusados de colaborar en la trama de narcotráfico. De este grupo, 42 se han declarado culpables y 30 ya han sido condenados.
La operación, que se inició en agosto de 2019, ha reunido a más de 120 agentes de 30 agencias de Virginia, Carolina del Norte y Texas. Jarod Forget, agente especial a cargo de la lucha contra las drogas, ha celebrado las detenciones y la colaboración entre fuerzas federales y locales, incluso con los contratiempos de una pandemia global. “Operation Cookout eliminó con éxito una serie de organizaciones de drogas violentas de las calles y permitirá que estas comunidades se concentren en lo que más importa en este momento: la salud y la seguridad de sus seres queridos”, ha expresado.
El fentanilo es un opioide que preocupa a las autoridades de ambos países. De producción más barata y fácil que la heroína –y 50 veces más potente y adictivo–, la delincuencia organizada mexicana ha comenzado incluso a fabricar ella misma la droga a partir de los precursores químicos importados de China. “51 cárteles mexicanos compran y trafican con fentanilo –solo o mezclado con heroína– a lo largo de la frontera con EE UU”, señalaba un informe de la comisión de Seguridad del congreso estadounidense en 2017, un año después de que estallara la crisis con una multiplicación de las muertes por sobredosis.
Algunos de los 30 detenidos en la Operación Cookout.WESTERN TIDEWATER REGIONAL JAIL
Algunos de los 30 detenidos en la Operación Cookout.WESTERN TIDEWATER REGIONAL JAIL
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