Estados Unidos ha frenado a partir de esta semana la importación de todos los geles desinfectantes de manos procedentes de México. Las autoridades estadounidenses han calificado los sanitizantes a base de alcohol mexicanos como “potencialmente peligrosos” por contener metanol, una sustancia “que puede ser tóxica cuando se absorbe a través de la piel y puede ser mortal cuando se ingiere”, se lee en un comunicado. Más de la mitad de los productos analizados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) contenían metanol o propanol en “niveles peligrosos” y en la mayoría de los casos no se especificaba que lo incluía en la etiqueta.
“El uso de desinfectantes de manos por parte de los consumidores ha aumentado significativamente durante la pandemia del coronavirus, especialmente cuando no se puede acceder a agua y a jabón, y no se tolerará la disponibilidad de productos de mala calidad con ingredientes peligrosos e inaceptables”, señaló Judy McMeekin, responsable de asuntos regulatorios de la FDA. Las implicaciones de la alerta de importación es que los productos serán detenidos cuando lleguen a territorio estadounidense sin necesidad de hacer una inspección física sobre su contenido. En la mayoría de los casos, las autoridades optan por destruir el producto para no tener que asumir el costo de regresarlo, explica Georgina Hernández, responsable del sistema de gestión de calidad en el Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México.
La agencia estadounidense analizó entre abril y diciembre pasado una muestra de 112 productos de 53 fabricantes mexicanos y encontró que un 84% no cumplía con las especificaciones para comercializarse, en la mayoría de los casos por presencia de metanol. Otros productos fueron identificados como inservibles por tener concentraciones demasiado bajas de alcohol.
La FDA afirma que la exposición al metanol puede provocar náuseas, vómito y dolores de cabeza. Entre los daños más severos que se citan en el comunicado se incluye la ceguera, complicaciones cardíacas, afectaciones permanentes al sistema nervioso central y muerte por intoxicación. La agencia señala también que los niños y adolescentes tienen un mayor riesgo. Las autoridades reguladoras aseguran que tienen conocimiento de al menos 20 muertes asociadas a esta sustancia, aunque no detallan en qué periodo, y agregan que al menos siete personas que fallecieron habían consumido un producto proveniente de México.
El propanol, por su parte, es un compuesto menos agresivo que el metanol y está en una categoría de riesgo menor de la FDA, explica Hernández. Los geles lo tienen en cantidades bajas, pero el uso continuado del producto puede provocar irritación en la piel, así como afectaciones al tracto respiratorio y digestivo si es inhalado o ingerido. El metanol, por su parte, ya ha estado en la mira de las autoridades mexicanas, pero más asociado a muertes por adulteración de bebidas alcohólicas.
“Es serio”, afirma Hernández, “el hecho de tener una alerta en Estados Unidos debería llevar a que las autoridades mexicanas revisen lo que está pasando”. Se trata de la primera vez que la FDA emite una restricción de importación dirigida a todo un país en el caso de un producto farmacéutico. La lista incluye 226 fabricantes sancionados, la inmensa mayoría de México, aunque también hay empresas de China, Guatemala, Corea del Sur y Estados Unidos.
Ya desde junio, la agencia estadounidense había emitido alertas a los consumidores por la presencia de metanol en algunos productos mexicanos y en octubre extendió su lista de productos amonestados. En México, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), la contraparte mexicana de la FDA, alertó en septiembre de geles desinfectantes con altas cantidades de metanol.
Las medidas se mantendrán hasta que se vuelva a evaluar la seguridad del producto y solo las empresas que demuestren que fueron incluidas sin justificación en la lista podrán seguir exportando sus productos. Se trata de una larga cadena de producción que concierne tanto a exportadores como importadores de los geles desinfectantes. “El impacto económico afectará a ambos lados de la frontera”, vaticina Hernández.
Para los consumidores, la especialista recomienda evitar los geles a granel y optar por marcas conocidas, que suelen tener más cuidado de acatar las especificaciones de los reguladores y tener un etiquetado más claro de los insumos que contienen sus productos. También sugiere seguir las recomendaciones de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) y la Cofepris por el uso extensivo de geles durante la pandemia. “El virus tiene una capa de lípidos que el alcohol ayuda a desagregar, aunque lo ideal es usar agua y jabón, que se encargan de hacer lo mismo”, concluye Hernández.
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