Las estadísticas anuales sobre narcóticos para 2020 muestran un aumento del fentanilo en todo México, con una guerra entre numerosos carteles de drogas por el control de este floreciente mercado.
El Ministerio de Defensa informa que en el año se incautaron 1.301 kilos, una cifra nada despreciable si se considera que esta sustancia es cincuenta veces más potente que la heroína y la morfina.
En general, los números de 2020 representan un exorbitante incremento de 486 por ciento en comparación con 2019, cuando no se incautaron más de 222 kilos, según Associated Press. Además, las autoridades destruyeron 175 laboratorios clandestinos, más del doble que el año anterior.
En octubre pasado, una de las mayores operaciones del año implicó decomisos simultáneos en múltiples estados. Un laboratorio, en el estado de México, tenía la capacidad “sin precedentes” de procesar 5.000 kilos de químicos precursores, señalaron las autoridades. En el operativo se descubrió otro laboratorio, en el estado de Sonora, donde se almacenaban cincuenta canecas de químicos precursores.
“La demanda va en incremento”, señaló en diciembre el ministro de defensa Luis Crescencio Sandoval. “Son mucho más rentables estas drogas para las organizaciones delictivas”.
Los químicos precursores llegaban de China e India a puertos mexicanos como Manzanillo y Lázaro Cárdenas, donde se procesaban para transformarlos en fentanilo y muchas veces se enviaban al exterior. Estados conocidos por su actividad de narcotráfico, como Zacatecas, Guerrero y Baja California, siguieron protagonizando la guerra contra el fentanilo.
Pero otros lugares del país por fuera de las rutas tradicionales de narcotráfico también asistieron a una creciente actividad en el sector del fentanilo en 2020. En el aeropuerto internacional de Ciudad de México, por ejemplo, se realizaron decomisos de químicos precursores mucho más grandes que en años anteriores. En el pasado, en esa terminal solo se habían incautado pequeñas cantidades de fentanilo en píldoras.
Numerosas organizaciones criminales se enfrentaron en un intento por controlar esta lucrativa cadena de suministros, lo que contribuyó a lo que está a punto de ser una de las tasas de homicidios más altas en años. En Zacatecas, varios carteles de drogas, especialmente el Cartel de Sinaloa y el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), contribuyeron a la violencia endémica durante el año, y se cree que gran parte de ella tuvo que ver con el tráfico de fentanilo.
Al mismo tiempo, muchos decomisos realizados en 2020 indican que, aunque los principales carteles controlan una parte importante del mercado de fentanilo, hay un creciente número de grupos criminales de menor tamaño también en la puja por abrirse un lugar. La ciudad fronteriza de Juárez, por ejemplo, registró varios arrestos de expendedores locales y transportistas pequeños a quienes se encontraron paquetes de fentanilo.
Análisis de InSight Crime
El masivo pico de decomisos de fentanilo es preocupante por varias razones.
En primer lugar, indica que los carteles de la droga siguen desplazando esfuerzos hacia el tráfico de opioides, lo que, desde una perspectiva comercial, es una inversión más inteligente que la heroína, cocaína o marihuana. El fentanilo y sus variantes son en extremo adictivos, lo que garantiza una demanda consistente, aunque no un crecimiento constante, en Estados Unidos. En este país se presentan miles de muertes por sobredosis anualmente y en 2017 declaró una emergencia de salud pública por opioides. La situación fue más sombría que nunca durante la pandemia de COVID-19, cuando las muertes por fentanilo alcanzaron niveles récord.
Además, la presentación del fentanilo en forma de píldora, más concentrada, facilita su transporte de manera más discreta que otras sustancias más voluminosas, en forma de ladrillos o sacos. Los traficantes además han refinado el etiquetado de cargamentos con químicos precursores bajo otros nombres para su envío internacional, como lo reveló una investigación de InSight Crime publicada en 2019.
En segundo lugar, los decomisos se hicieron en todo el país, no solo en estados donde es notorio el control de los carteles de la droga. Esto indica que los grupos están desarrollando rutas de tráfico nuevas y más sofisticadas, y dedican un territorio más extendido al montaje de laboratorios y están subcontratando más especialistas en la producción o distribución de sintéticos.
Si acaso hay un lado positivo en las cifras de 2020, es que puede observarse que las autoridades mexicanas están tomándose más en serio el fentanilo en relación con años anteriores. En varias entrevistas con InSight Crime en 2019, un buen número de funcionarios dieron a entender que el fentanilo era menos preocupante que otras sustancias que se traficaban en el país.
Los comentarios de Sandoval en diciembre, y el número de decomisos logrados en 2020, indica un cambio en esa postura. De hecho, vale la pena considerar que las cifras del año que pasó no solo reflejan un aumento en la producción de fentanilo, sino un esfuerzo más dirigido a combatir un viejo problema.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu Comentario es VALIOSO: