Se revelan más y aterradores detalles del asesino serial conocido ‘Monstruo de Ecatepec’, que desde su sentencia pasa sus días en el penal de Chiconautla, en el Estado de México.
Es tal la peligrosidad del reo, que las autoridades penitenciarias sólo le permiten salir de su celda una hora al día, para que pueda tomar el sol.
Como informa Héctor de Mauleón, en su columna para El Universal, la mayor parte del tiempo, el Monstruo de Ecatepec lo pasa solo.
Y es que tras darse a conocer cómo mataba y comía los cuerpos de las mujeres a las que con engaños privaba de la vida, los custodios saben que si lo dejan convivir en la población general, no duraría ni un día con vida.
Lo más escalofriante del asunto es que los custodios del penal se quedaron anonadados cuando el Monstruo de Ecatepec les dijo que necesita beber sangre humana cada 3 meses:
Su mujer, cómplice suya en más de diez feminicidios, le ha mandado decir que se corte los dedos y sorba su propia sangre, ya que ‘es lo único que puede calmarlo’”.
Su vida desde que lo condenaron
En octubre de 2918, Juan Carlos Hernández y Patricia Martínez fueron detenidos en Jardines de Morelos, cuando empujaban una carreola en la que se encontraba el torso de una mujer.
Reconocieron que llevaban años asesinando mujeres, que posteriormente freían en aceite y luego las engullían.
Patricia solía hacerse amiga de las víctimas, para luego llevárselas a Juan Carlos para que tuviera relaciones con ellas.
El Monstruo de Ecatepec, llegó a describir a Patricia, quien conoció siendo sexo servidora, y a la que no pudo matar porque le gustó mucho y compartía su deseo de matar, como una relación de leones, “la leona trae la comida y él espera”.
El peligroso perfil criminal del Monstruo de Ecatepec
El perfil que le practicaron en el penal, detalla que Juan Carlos se considera a sí mismo un demonio.
El Monstruo de Ecatepec se muestra muy cortés cuando no tiene el control de las circunstancias, pero una vez que se siente en su dominio, comienza a mostrarse agresivo.
El perfil detalla que su autoestima es alta, se sobrevalora y considera que le agrada “mucho” a las mujeres, además de “tener facilidad para convencerlas”; de hecho, él cree que el único error que cometió fue matar a mujeres que vivían cerca de él.
“El Terror verde” y adorador de la Santa Muerte
El Monstruo de Ecatepec se desempeñó como militar por 3 años. Sus compañeros lo apodaban el “terror verde”, debido al sadismo que mostraba cuando, en operativos, sus jefes les permitían “divertirse” con las mujeres.
Luego, vivió en Tepito y ahí se hizo adorador de la Santa Muerte, de hecho, ostenta un tatuaje de dicha figura en el brazo izquierdo, mientras que en la mano derecha tiene una imagen del diablo:
Está en la mano derecha, que es la ejecutora, es decir, la que asesina”.
Una infancia muy turbia
La infancia de Hernández fue caótica. Su madre acostumbraba tener relaciones sexuales frente a él y a su padrastro. Así, desde los 18 años comenzó a matar mujeres por placer.
Su mujer, Patricia Hernández, fue violada por un primo a los 6 años, además de vivir una vida llena de miseria, orfandad y malos tratos.
Conoció a Juan Carlos en un antro y desde entonces comenzaron a asesinar mujeres de manera conjunta; de hecho, “en dos ocasiones Juan Carlos le pidió a Patricia que fuera ella quien las asesinara”.
La Santa Muerte, ¿hizo que terminaran en prisión?
Patricia lo cree así, y es que ella asegura que iban a ofrecerle el corazón de una de sus víctimas a la Santa Muerte, “pero el perro se lo comió”… “Fuimos castigados y por eso nos encontramos en la situación actual”.
Hoy, ambos encarcelados, los Monstruos de Ecatepec se ven una vez por semana en el área de visita conyugal del penal de Chiconautla.
Con información de: El Universal./
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