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lunes, 3 de noviembre de 2025

«NO HAY QUIEN los PARE ?»: «CARICATURA le HACE BURLING a la CUSTODIA MILITAR de CARICATURA»…otra postal de la ineptitud enmascarada como seguridad periferica.


La caricatura de Camacho para El Norte,es una crítica severa y mordaz a la situación de violencia e impunidad que rodea el asesinato de Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, Michoacán, ocurrido el 1 de noviembre de 2025 durante las festividades del Día de Muertos. En la imagen, dos personajes armados con alusiones a criminales aparecen con total confianza y desfachatez, mientras uno presume “con todo y protección de la Guardia Nacional”, evidenciando el sarcasmo ante el papel de las fuerzas federales en el caso.

Contexto del asesinato de Carlos Manzo

Carlos Manzo asumió la presidencia municipal en septiembre de 2024 y desde entonces fue vocal sobre la grave inseguridad que afecta a Michoacán, especialmente la acción de los cárteles de droga, la escalada de violencia en la zona de Uruapan y la colusión del gobernador para abajo con el crimen organizado. 

El día de su homicidio, Manzo se encontraba en un festejo público y, a pesar de contar con la protección de 14 elementos de la Guardia Nacional y escoltas municipales, fue emboscado y asesinado a balazos. 

Interpretación irreverente de la imagen

La caricatura utiliza el humor negro y la ironía para retratar a los criminales como intocables y confiados, hechos que el propio Manzo denunció antes de su muerte. La burla radica en la alusión directa a la complicidad o inoperancia de quienes deberían garantizar la seguridad (“protección de la Guardia Nacional”), retratando a los criminales tranquilos y prácticamente ostentando el respaldo de autoridades. El texto “No hay quién los pare…” intensifica el mensaje de hartazgo social ante la impunidad y la falta de eficacia de las instituciones.

Análisis mordaz del mensaje

La caricatura expone y se mofa del círculo vicioso: los responsables del crimen y la violencia lucen empoderados por la protección institucional, mientras el Estado y sus promesas de seguridad quedan evidenciados como impotentes, cómplices o decorativos. 

El arma larga y la actitud relajada del personaje refuerzan el mensaje: el crimen organizado opera “con todo”, incluso bajo el amparo de quienes deberían combatirlos. La escena retrata la desesperación social y política que se vive en Michoacán y muchos estados de México, donde la protección oficial no garantiza sobrevivir y la justicia parece ceder ante el poder de los narcos.

La mordacidad en la caricatura reside en su implacable desdén por la credibilidad de la autoridad, en cómo evidencia que, ante el crimen, “no hay quien los pare”, ni siquiera la Guardia Nacional, que por ley debiera ser el último escudo contra el caos.

Con informacion: ELNORTE/CAMACHO

«YA DESAPARECIO por ARTE de MAFIA»: «EX-ALCALDE con la VELADORA AUN ENCENDIDA TRAS EJECUCION de ALCALDE MALDIJO el DIA que VOTÓ por ANDRES MANUEL»…y ya es ficha de busqueda del gobierno,sin ganas de encontralo.


La Fiscalía General del Estado reportó como desaparecido al ex Alcalde de Zinapécuaro, Alejandro Correa Gómez, en medio de la crisis de seguridad en Michoacán tras el asesinato del Presidente Municipal de Uruapan, Carlos Manzo.

Correa fue visto por última vez ayer domingo a las 2:00 horas en Tierras Coloradas, municipio de Hidalgo, a donde acudió a realizar una actividad social, vestido con una camisa azul de cuadros, chaleco gris y sombrero beige.

Un día antes de su desaparición, Correa grabó un video frente al memorial colocado frente al lugar donde fue asesinado Manzo, y reclamó la inacción del Gobierno federal ante las peticiones de ayuda que hizo el político independiente para combatir al crimen.

«Maldigo el pinche día en el que voté por Andrés Manuel, porque yo voté por Andrés Manuel. ¿Qué va a decir Sheinbaum? ¡Ya, tenga los ovarios! Ya no se haga. Carlos Manzo le pidió ayuda a usted, a Harfuch, a Bedolla y se hicieron pendejos, no otra cosa».

Alejandro Correa Gómez, de 41 años de edad, fue Alcalde de Zinapécuaro de 2018 a 2021.

El Fiscal estatal Carlos Torres detalló que su familia perdió comunicación con él alrededor de la 1:30 horas, por lo que en la tarde acudieron a levantar la denuncia por desaparición.

La dependencia activó la ficha de alerta para iniciar su búsqueda, en la que participan la Comisión Estatal, elementos ministeriales y la Guardia Civil.

«Hay personal de nosotros, de la Guardia Civil, haciendo algunos recorridos en la zona y en la región donde se le vio como última ubicación. Se entrevistó a personal de este lugar donde lo vieron. No había cámaras en el lugar, salvo un video que se nos proporcionó de manera personal de gente que estaba en el lugar. Estamos trabajando, coordinadamente, también con la Comisión de Búsqueda de aquí, de la Secretaría de Gobierno», declaró Torres en conferencia de prensa.

Como señas particulares, se informó, Correa Gómez tiene cicatrices en la nariz, el párpado y la ceja derechos y varios tatuajes.

Uno en el antebrazo derecho con la leyenda «Mamá» y en el brazo la frase «No temas porque yo estoy contigo, Isaías 41;10»; uno más en el lado derecho de la cadera con un ave fénix y sobre el pecho la oración «Todo lo puedo en Cristo».

Con informacion: REFORMA

«YA VAN 10 al POZO con HARFUCH»: «EDIL CONFRONTÓ a SHEINBAUM y SHEINBAUM lo CONFRONTÓ ahora GOBIERNO y NARCOS FELICES,YA lo MATARON»…aunque valentia no se gesta en la temeridad,sino en la mesura.


A quien le quedara la mínima duda de que el régimen de la Cuarta Transformación es un narco Estado, un gobierno desplazado o un gobierno en colusión con el crimen organizado, que se asome a lo que sucedió este fin de semana en Michoacán.

El asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, conmocionó a México. Munícipe independiente, sin partido, y muy querido por sus gobernados, buscaba recuperar para su terruño el Estado de Derecho. Clamaba por el apoyo de la presidenta Claudia Sheinbaum, para frenar a los cárteles que, desde las montañas aledañas, aterrorizaban a Uruapan; pero ese llamado jamás se escuchó en Palacio Nacional.

El asesinato de Carlos Manzo se dio en plena plaza pública, en medio del festejo del Día de Muertos, cuando el alcalde de Uruapan celebraba con su familia, con sus conciudadanos. Los sicarios buscaban dejar claro el mensaje: ‘los dueños del territorio somos nosotros, los capos, no el gobierno. Y aquel que no nos respete, correrá esa misma suerte’.

Vergonzoso para el cada vez más evidenciado Ejército mexicano el presumir que se le habían asignado al alcalde 14 elementos de la Guardia Nacional. ¿Dónde estaban al momento del magnicidio? Cómo tampoco inhibieron al asesino los policías municipales que tenía para su protección.  Entre todos los uniformados no se hizo uno, quizás porque muchos de ellos despachaban en la acera de enfrente, cooptados por la cartera de quien mandó asesinar a su jefe.

El viernes fue ultimado en el mismo Michoacán -en La Ruana- Alejandro Torres Mora, sobrino de Hipólito Mora, el líder de las autodefensas michoacanas, quien también fue victimado por los cárteles en 2023. Entraron a su domicilio, y los acribillaron a él y a su esposa.

Lo que se confirma con estos asesinatos es que Michoacán es un territorio totalmente en control de los cárteles. Ahí mismo, en Michoacán, fue asesinado el pasado 20 de octubre Bernardo Bravo Manríquez, el líder de los limoneros de Apatzingán, quien venía reclamando el cobro de piso que el crimen organizado exigía por sus cosechas. Lo silenciaron, al igual que a Carlos Manzo.

Trágico y al mismo tiempo triste es el panorama en el que lo más que alcanzará a balbucear hoy en su mañanera, la presidenta Claudia Sheinbaum, será que “ya se integró una carpeta de investigación”, que este asesinato “no quedará impune” o “ya les explicará mañana Omar García Harfuch”.

Para nadie es un secreto que la inquilina de Palacio Nacional no tenía en buena estima al alcalde Carlos Manzo. No le gustaba a la presidenta que el munícipe le reclamara mayor acción contra los cárteles, frente a tanta tolerancia oficial. Catorce horas tardó la jefa del Estado mexicano en subir a sus redes sociales las condolencias a la familia del malogrado alcalde. Fue más pronta la reacción del gobierno norteamericano, en un mensaje por redes del subsecretario de Estado, Christopher Landau, que la penosa y muy tardía reacción de la inquilina de Palacio Nacional.

Como tampoco era un secreto el enfrentamiento entre el alcalde independiente, Carlos Manzo, y el gobernador morenista, Alfredo Ramírez Bedolla, a quien el victimado acusaba de tratos con el crimen organizado.

Y no es para menos, las estadísticas la delatan. Con la muerte de Carlos Manzo, la presidenta Claudia Sheinbaum ya carga sobre sus espaldas la muerte de 10 presidentes municipales que han sido asesinados en su primer año de gobierno. Casi uno mensual.

El 6 de octubre de 2024 fue ultimado Alejandro Arcos, alcalde de Chilpancingo.

El 15 de octubre de 2024 le tocó el turno a Román Ruíz Bohórquez, presidente municipal de Candelaria Loxicha, en Oaxaca.

El 15 de diciembre de 2024 le quitaron la vida a Jesús Franco Lárraga, alcalde de Tancanhuitz, en San Luis Potosí.

La racha del 2025 se inició el 15 de mayo con el asesinato de Mario Hernández García, alcalde de Santiago Amoltepec, en Oaxaca.

Y el 2 de junio se dio la muerte de Isaías Rojas Ramírez, presidente municipal de Metlatónoc, en Guerrero.

A Yolanda Sánchez Figueroa, alcaldesa de Cotija, en Michoacán, la victimaron el 3 de junio.

Y dos días después, el 5 de junio, fue asesinado Salvador Bastida García, alcalde de Tacámbaro, en Michoacán.

El 21 de junio fue ultimado Acasio Flores Guerrero, alcalde de Malinaltepec, en Guerrero.

Y el 20 de octubre le tocó el turno a Miguel Bahena Solórzano, alcalde de Pisaflores, en Hidalgo.

El décimo alcalde victimado en lo que va de este gobierno fue Carlos Manzo, de Uruapan, Michoacán, el 1 de noviembre.

Después de este pasmo del gobierno de la Cuarta Transformación, ¿les quedarán ganas a los ciudadanos decentes de salir a buscar un puesto de elección popular?

Quizás la pasta de la que estaba hecho el movimiento de justicia del alcalde Carlos Manzo lo describió mejor que nadie ayer -en la misa de cuerpo presente- su viuda Grecia Quiroz García, quien lejos de bajar la guardia reiteró: “El día de hoy no mataron al presidente de Uruapan. Mataron al mejor presidente de México. Al único que se atrevió a levantar la voz. Al único que se atrevió a debatir, a hablar con la verdad, sin temor a nada, sin temor a perder su vida, sin temor a dejar a sus hijos huérfanos el día de hoy”.

Ese mensaje debe calar hondo, porque el asesinato de Carlos Manzo sólo viene a confirmar que los mexicanos estamos huérfanos -todos- de autoridades limpias y competentes, porque carecemos de un gobierno que reclame para sí el monopolio de la violencia, que por desgracia ya le arrebataron aquellos criminales que les llenaron los bolsillos a policías, militares, jueces, pero sobre todo, a quienes les aportaron lo suficiente en sus  campañas electorales como para jamás preocuparse por ser molestados ni con el pétalo de una indagatoria.

Por cierto, ¿qué pasó con las investigaciones sobre el asesinato de los dos funcionarios cercanos a Clara Brugada? ¿Por qué se silenció desde el más alto mando todo lo relacionado con el escándalo de Adán Augusto López y “La Barredora”? ¿Por qué ya no sabemos más de los almirantes huachicoleros y de su tío el ex secretario de Marina, Rafael Ojeda?

Lo dicho, se le dedica más tiempo a perseguir a un empresario que rechaza pagar la extorsión que le aplican desde Hacienda o a un disidente al que se le condena en la mañanera por una disputa civil entre particulares, que a resolver lo verdaderamente importante. Y eso pasa por responder la única pregunta que hoy es importante: ¿Quién gobierna México? 

Que alguien le responda esa pregunta al pequeño hijo de Carlos Manzo, el que sostenía en sus brazos, minutos antes de ser abatido.

Con informacion: CODIGO MAGENTA/

«TODAVIA NO SABEMOS pero YA SABEMOS ?»:»FISCAL de MICHOACAN HACE el RIDICULO para INFORMAR SIN INFORMAR NADA del EJECUTOR FANTASMA»…lo bueno es que no se les escapo el cadaver de la morgue.


Carlos Torres Piña, Fiscal de Michoacán, informó que el presunto asesino del Alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, tendría entre 17 y 19 años de edad, según pruebas periciales y no esta identificado.

Durante una conferencia junto al Gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, el Fiscal afirmó que el agresor, que fue abatido durante el Festival de las Velas., aún no es identificado, pero que se realizan pruebas al cuerpo.

«Hasta esta mañana no se ha logrado identificar al agresor, tampoco ha sido reclamado el cuerpo del agresor, les decía hace rato que se envió una petición al INE para ver si dentro de estas huellas dactilares, pudiera identificarse al agresor. De manera oficial no nos han respondido, de manera extraoficial por ser fin de semana, nos comentaron que no había registros, esto puede establecer que el agresor a lo mejor es menor de edad o no contaba con su credencial del INE».

La conferencia del Fiscal de Michoacán, Carlos Torres Piña, nos llega como un gel deshilachado de datos que huele a brindis de cifras incompletas y a protocolo de “todavía no sabemos, pero ya sabemos” que suele terminar en titulares que repiten lo mismo: información filtrada por ruedas de prensa, no por investigación propia.

Que dice el Fiscal:

«De acuerdo a la necropsia y las evaluaciones que hay por parte de las áreas periciales, el rango de edad que señalan hablan que era una persona de edad entre 17 y 19 años de edad», informó Torres Piña.

El Fiscal mostró videos del momento del asesinato en los que se ve el trayecto que realizó el joven agresor.

El funcionario dijo que el ejecutor se hospedó en un hotel del centro de Uruapan a las 16:00 horas del sábado 1 de noviembre, realizó algunas compras y minutos antes de salir a cometer el crimen se colocó una sudadera blanca con capucha.

A las 20:10 horas, acabando el evento público del Alcalde, el hombre se aproximó a la víctima y accionó el arma.

La prueba de rodizonato de sodio, para detectar residuos de plomo por disparo de armas de fuego, realizada al cuerpo del presunto agresor dio positiva. Para cometer la ejecución utilizó un arma 9 milímetros que había sido utilizada en dos eventos criminales previos.

El cuerpo del joven, que aún no ha sido reclamado, cuenta con al menos 12 tatuajes en ambos brazos, manos y muslos, de acuerdo con las imágenes circuladas por la Fiscalía.

El Fiscal agregó que el cuerpo del joven dio positivo a la ingesta de metanfetaminas y mariguana.

En este tablero, la evidencia parece operar en dos planos: el formal (pericias, pruebas toxicológicas, videos) y el informal (comentarios, hipótesis y su propia verosimilitud social). 

Que dice el publico:

La audiencia quiere respuestas inmediatas y una narrativa que no se tropiece con el hecho de que una investigación puede tardar, que la identidad del agresor puede permanecer en las sombras y que, quizá, la versión oficial no alcance a satisfacer a todos. Lo irónico es que, en la era de la información, la veracidad se mide más por la velocidad de la publicación que por la minuciosidad de la investigación.

¡Ah, caray! ¿Y a eso le llamamos avance? Los internautas, con su sabiduría callejera y su pulgar tuitero más rápido que la justicia, ya soltaron el primer dardo: «¡Prehistoria en seguridad!» grita kiki treviño desde San Nico, y cómo no creerle. Aquí, saber la edad y que el muchacho era un «farmacodependiente», como bien apunta un sarcástico Alex, parece ser el único logro antes de que el cuerpo se escape de la morgue.

El Fiscal, con el Gobernador Ramírez Bedolla de fondo cual telón de títeres, nos explica que el agresor «no ha sido identificado» y «tampoco ha sido reclamado el cuerpo». 

¿Acaso esperaban que el INE les mandara un WhatsApp con los datos en fin de semana? ¡Por favor! «De manera extraoficial por ser fin de semana, nos comentaron que no había registros», dijo Torres Piña, como si el crimen organizado respetara los horarios de oficina. 

Aquí es donde la gente, con justa razón, se arranca los pelos: «De qué sirve esa información».

Crónica de un Asesinato Anunciado… y las Preguntas sin Respuesta

Nos cuentan que el joven agresor se hospedó en un hotel, hizo unas compras y se puso una sudadera blanca con capucha. ¡Qué nivel de detalle! Como si fueran a desentrañar un complejo entramado de espías y no la cruda realidad de un sicario. 

El rodizonato de sodio dio positivo, usó un arma 9 milímetros que ya había sido usada en otros dos eventos criminales y tenía 12 tatuajes. ¡Guau! ¿Para eso tanta pericial? ¿Para contarnos lo que ya sabemos o lo que podemos inferir con un poco de sentido común? «¡Queremos resultados, no narrativas tontas!», exige la voz popular en un comentario que dice: «Basta, Basta engaños, queremos Resultados México en sangre». Rafael en Monterrey, con su lógica implacable, ya pregunta: «El hotel donde se hospedó debe de tener el nombre.» ¡Bingo! ¿O acaso esperamos un manual de CSI para resolver un caso?

La guinda del pastel es que el cuerpo del joven dio positivo a metanfetaminas y marihuana. «¡Ah, la estrategia de ‘abrazos no balazos’ produce jóvenes que a los 10 o 12 años ya deberían haber recibido apoyos del Gobierno!», ironiza Ryan Holliday desde Tijuana, con un sarcasmo que duele. 

Aquí la «reacción social» no perdona y liga el problema directamente con la política social, o la falta de ella. Y es que, como bien señala anónimo (MTY), «la edad sale sobrando, vayan sobre los peces grandes y grupos criminales». ¿Tanta profundidad en la investigación para quedarse en los eslabones más débiles?

La Impunidad como Patrón y el Eco del Narcogobierno

La Fiscalía y el Gobernador, con la misma cantaleta de siempre, aseguran que una de las hipótesis apunta a grupos del crimen organizado y a «actores intelectuales». ¡Vaya descubrimiento! Como si los asesinatos de alcaldes fueran obra de un lobo solitario. «Estamos trabajando para que haya justicia», dice Bedolla. Mientras tanto, en el mundo real, El Geopolítico desde Monterrey sentencia que «el que los crímenes queden impunes es la causa del Crimen y la Violencia». Y no le falta razón, ¿cuántos crímenes se resuelven de verdad?.

Luego, la conversación se desvía a la ya clásica discusión de si el «NARCOGOBIERNO» es de Felipe Calderón o si los «asesinatos disminuyeron ostensiblemente con AMLO». Aquí el foco se pierde en la polarización política, como si culpar al pasado o al presente resolviera el problema. «El NARCO Gobierno sabe bien quiénes son los que generan y controlan a los delincuentes», afirma sin tapujos «Que no haya duda» desde Monterrey.

Al final, la «investigación» nos deja con la misma incertidumbre, la misma rabia contenida y la misma sensación de que, como dice BI y anónimo, «si ya saben quién es y quién lo mandó», ¿por qué no lo dicen? Y peor aún, la pregunta mordaz de Gus desde San Nicolás: «O sea… ¿De qué sirve que me digan que tenía 17, era güero, alto, pelo corto, feo, tenía 2 carros, estudio hasta prepa, se iba a casar, etc. etc.? ¡QUEREMOS RESULTADOS. ¡INEPTOS!!!!!!». Y no hay más que añadir.

Con informacion: ELNORTE/