"Es único porque ha pasado toda su vida adulta como un importante narcotraficante internacional, pero nunca ha pasado un día en la cárcel", agrega.
Para las agencias de EU, desde la detención y encarcelamiento de Joaquín "El Chapo" Guzmán es el líder principal e indiscutible del Cártel de Sinaloa, aunque éste enfrenta disputas internas.
INICIOS Y ASCENSO
“El Mayo”, actualmente de 76 años de edad, nació en el poblado de Quilá, Municipio de Culiacán, Sinaloa, el 1 de enero de 1948, aunque otros registros documentan que nació en El Álamo.
Descrito en diversos reportes como alto, fuerte y robusto, “El Mayo” tuvo un inicio discreto en el mundo del narco.
Según expedientes ministeriales y judiciales, desde muy joven se involucró en el tráfico de drogas. Empezó con el cultivo de mariguana y amapola en Sinaloa.
En los años 70, Zambada formó parte del desaparecido Cártel de Guadalajara, la organización de tráfico de drogas más importante de esa época.
Ahí se relacionó con otros líderes criminales como Miguel Ángel Félix Gallardo, “El Padrino”, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo, “Don Neto”.
Siempre de bajo perfil, “El Mayo” tenía una una célula que operaba en Guadalajara y que, de acuerdo con reportes policiales, se encargaba de recibir drogas que llegaban desde Colombia.
Los cargamentos eran enviados a la frontera norte, donde Zambada tenía presencia, especialmente en Ciudad Juárez, Chihuahua.
En abril de 1985, los jefes del Cártel de Sinaloa, Caro Quintero y “Don Neto” fueron detenidos; en 1989 cayó Félix Gallardo, también conocido como el “Jefe de Jefes”.
Estas capturas le abrieron la posibilidad de ascender.
Ya como líder criminal, “El Mayo” trabajó después con los hermanos Arellano Félix, en el Cártel de Tijuana.
Pero una deuda sembró la discordia en esa organización, por lo que Zambada volvió a cambiar de bando.
Los Arellano no pagaron un cargamento de drogas y presuntamente trataron de asesinarlo. En respuesta, “El Mayo” se atrincheró en Sinaloa y rompió con el Cártel de Tijuana.
En Sinaloa se reencontró con “El Chapo” Guzmán y con Juan José de Jesús Esparragoza Moreno, “El Azul”, con quienes fundó el Cártel de Sinaloa.
Uno de los incidentes que lo puso en la mira de las autoridades ocurrió el 6 de mayo de 1994.
Ese día, según expedientes, “El Mayo” se topó con agentes de la Policía Judicial de Sinaloa al sur de la sindicatura de Costa Rica.
Sandra Ávila Beltrán, "La Reina del Pacífico" (a la izquierda), durante fiesta en 1993, junto con Ismael "El Mayo" Zambada (a la derecha).
La patrulla fue atacada por tierra y por aire y Zambada logró escapar, a pesar de que se efectuó un operativo con 100 elementos y varias aeronaves.
Otras incursiones de las fuerzas federales se hicieron en Sinaloa y otras entidades, pero el capo jamás fue capturado.
En 2001, “El Chapo” escapó del penal federal de “Puente Grande”, Jalisco, lo que reavivó la alianza de este capo con “El Mayo”.
Al año siguiente, la entonces Procuraduría General de la República publicó una lista de los delincuentes más buscados y en ella apareció el nombre de Zambada.
Pero fue hasta 2003 que su fama se disparó cuando la Fiscalía de Estados Unidos presentó cargos contra el capo sinaloense y dos de sus lugartenientes: Javier Torres Félix, “JT”, y el hijo de “El Mayo”, Vicente Zambada Niebla, “El Vicentillo”.
A LA CAZA DE LOS HIJOS
Vicente Zambada Niebla, "El Vicentillo" (al centro).
El 18 de marzo de 2009, una llamada anónima alertó a las autoridades que había personas fuertemente armadas en la exclusiva Colonia Lomas del Pedregal, en la Ciudad de México.
Personal del Ejército fue comisionado para revisar la información y a su llegada encontraron a varios sujetos armados afuera de una finca.
Entre el grupo se encontraba “El Vicentillo”, primer hijo y operador de “El Mayo”, quien era el responsable de coordinar las operaciones para el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
Según reportes de inteligencia, tras la captura de Vicente, “El Mayo” planeó posicionar en el Cártel de Sinaloa a otros dos de sus hijos para sucederlo, pero estos planes también se vieron truncados.
Serafín Zambada Ortiz, a la izquierda.
Contrario a la vida de rancho y a la política de bajo perfil que describen a “El Mayo”, su hijo Serafín Zambada Ortizpresumía su estilo en redes sociales. Fue precisamente Serafín el siguiente en caer.
El 20 noviembre de 2013, el hijo de “El Mayo” estaba por pasar el puerto de entrada en Nogales, Arizona, cuando fue detenido por conspiración para distribuir drogas.
Fue sentenciado en Estados Unidos tras declararse culpable. Prácticamente un año después vino otro golpe a Zambada García y su organización.
En el poblado de El Ranchito de los Burgos, personal de la Secretaría de Marina capturó a Ismael Zambada Imperial, “El Mayito Gordo”, el 12 de noviembre de 2014.
Ese día, autoridades reportaron que los marinos le pisaron los talones a “El Mayo”, pero éste logró escapar por pocos minutos.
“El Mayito Gordo” también fue extraditado a Estados Unidos para responder por tráfico de drogas.
En diciembre de 2019, el Gobierno federal entregó a Zambada Imperial por dos cargos criminales relacionados con conspiración para distribuir e importar metanfetaminas, cocaína y más de una tonelada de mariguana.
Ismael Zambada Imperial, "El Mayito Gordo".
De acuerdo con el expediente en su contra, sus actividades ilícitas ocurrieron entre mayo de 2005 y el 25 de julio de 2014, en complicidad con su padre, su medio hermano, Ismael Zambada Sicairos, “El Mayito Flaco”, e Iván Archivaldo Guzmán Salazar, “El Chapito”, hijo de “El Chapo” Guzmán.
Todos ellos cuentan con una orden de aprehensión por dos o más cargos de narcotráfico en esta misma causa criminal iniciada contra “El Mayito Gordo”.
En una entrevista concedida en 2010 a Julio Scherer, fundador del semanario Proceso, Zambada García reconoció que aún lloraba la captura de su hijo Vicente.
También dijo dedicarse a la agricultura y ganadería, pero que si tenía oportunidad hacía negocios en Estados Unidos.
Las detenciones de sus tres hijos afectaron a “El Mayo” y sus planes a futuro, pero las aguas iban a tardar en calmarse.
LIDERAZGO DEL CDS
“El Chapo” se fugó del penal del Altiplano el 8 de enero de 2016, pero fue recapturado apenas cinco meses después.
Los reflectores volvieron a apuntar hacia “El Mayo” como líder del Cártel de Sinaloa, considerada en ese momento la organizaciones delictiva más poderosas del País.
Para evitar que el Cártel de Sinaloa se viera debilitado tras la recaptura de “El Chapo” Guzmán, “El Mayo” negoció para “cohesionar” las lealtades de los principales mandos de la organización.
Así lo estableció un reporte de inteligencia del Gobierno federal que colocó a Zambada como el capo que evitó una guerra entre las facciones más importantes del grupo.
"Si bien, el liderazgo de 'El Chapo' se vio debilitado por su reaprehensión (lo que durante algunos meses ocasionó descontrol e incertidumbre para sus principales grupos operadores), Ismael Zambada García 'El Mayo' logró, como en otras ocasiones, cohesionar a sus integrantes y renovar lealtades", indica el reporte.
Actualmente, el cártel se encuentra en disputas entre cuatro organizaciones criminales: “Los Chapitos”, que son los hijos de “El Chapo” Guzmán; la facción de “El Mayo” Zambada; la de Aureliano “El Guano” Guzmán Loera (hermano de “El Chapo”) y la de Rafael Caro Quintero.
La DEA ofrecía una recompensa de 15 millones de dólares por información que diera con el paradero de Zambada.
Tiene cinco acusaciones ante cinco cortes federales distintas en Estados Unidos por varios delitos, desde narcotráfico a gran escala, así como de encabezar un grupo criminal, entre muchos otros.
Entre las acusaciones están: conspiración para poseer sustancia controlada; conspiración para “lavar” instrumentos monetarios; conspiración para poseer armas de fuego y promover el tráfico de drogas; delitos violentos y asesinato.
A pesar de la edad del capo, la cacería en su contra se intensificó con la cruzada de las agencias estadounidenses para combatir el fentanilo.
En febrero, los fiscales abrieron una nueva causa contra Zambada por fabricación y distribución de esta droga.
“El Mayo” también ha usado los alias de Jesús Loaiza Avendaño, Javier García Hernández e Ismael Higuera Rentería.
Está separado de su esposa y en México enfrenta cargos por delitos contra la salud y delincuencia organizada. En 1998, la entonces PGR ofreció una recompensa de 4 millones de pesos a quien diera información para su arresto.