Opacas transacciones con casas de cambio, millonarios cobros de inmobiliarias del Estado mexicano de Sinaloa, alambicados préstamos entre empresas... El análisis del tinglado financiero en Andorra del que fuera diputado del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Óscar Javier Lara Aréchiga, su familia, y sus mandos políticos, como el exgobernador de Sinaloa Juan Sigfrido Millán Lizárraga, revela una estudiada estrategia de ocultación, según los documentos a los que ha tenido acceso EL PAÍS.
Lara Aréchiga, que falleció de un cáncer en 2017 a los 66 años, controló desde 2007 un tinglado de siete cuentas en Andorra que registró transacciones por valor de 51 millones de dólares (unos 47 millones de euros). Hoy, una jueza andorrana, tras embargar sus fondos pirenaicos, investiga por blanqueo a su esposa y tres hijos. Las pesquisas se enmarcan en una causa del país europeo denominada Operación Culiacán.
El entramado financiero se desplegó mientras Lara Aréchiga se desempeñaba como secretario de Finanzas de Sinaloa (1999-2009), diputado federal (2009-2012) y subdirector de la Comisión de Infraestructura Nacional del Agua de México (2012-2013).
Esta es la radiografía de una fortuna familiar que circuló por un laberíntico esquema que entremezcla familia, negocios e invisibles transacciones en paraísos fiscales:
Compensaciones y cobros de inmobiliarias
Un código: 441750. Con esta numeración, el exdiputado y su esposa, Beatriz del Carmen Esquer de Lara, de 72 años, manejaron una cuenta en la Banca Privada d’Andorra (BPA) que captó 15,2 millones de dólares entre 2007 y 2009. La principal fuente de ingresos del matrimonio procedió de las casas de cambio mexicanas Eurofimex (7,2 millones) y B y B (1,3).
Los investigadores andorranos enmarcan esta mecánica en un esquema de compensaciones. O, lo que es lo mismo, un sistema de blanqueo concebido para dificultar el rastreo de fondos. Con esta treta, el exdiputado y su esposa mandaron a su cuenta en el Principado 8,5 millones. El dinero previamente se ingresó en efectivo a través de casas de cambio mexicanas, según la Policía.
Lara Aréchiga y su mujer también cobraron en esta cuenta cifrada —según los investigadores— 783.320 dólares de un empresario vinculado a la construcción de un complejo residencial de lujo dedicado a la organización de eventos privados en la ciudad sinaloense de Mazatlán y de la firma mexicana OEI Inmobiliaria S. A. de C. V. (988.619 dólares). También registraron fondos de Tomás Rendón Fernández (416.000 dólares) y de José Luis Lara Aréchiga, hermano del político (4,2 millones).
El priista traspasó desde esta cuenta 2,6 millones a la cuenta cifrada en la BPA 441739. Bajo esta numeración, figuraron desde 2007 ocultos el que fuera gobernador de Sinaloa entre 1999 y 2004, Juan Sigfrido Millán Lizárraga, y su hermano Enrique.
Inversión y venta de terrenos
El siguiente capítulo conduce a la esposa del exdiputado. Ella abrió una cuenta cifrada a su nombre en la que estaba autorizado su marido. En el contrato del banco, figura el que fuera delegado de la filial de la BPA en México, Joan Marc Masson, que actuó como un imán para atraer a este pequeño banco andorrano fortunas de políticos del PRI.
Cuando la mujer de Óscar Lara Aréchiga rellenó en la BPA el formulario KYC (know your customer; conozca a su cliente, en inglés), una suerte de tercer grado en el que los usuarios informan al banco sobre sus planes de inversión y origen de su riqueza, Esquer de Lara expuso sus intenciones de colocar 200.000 dólares. El dinero, confesó sin aclarar, procedía de “inversiones y venta de terrenos”.
No consta que la viuda, que se presentó al banco como licenciada en Pedagogía, ingresara esta suma en su cuenta cifrada de la BPA entre 2011 y 2014, pero sí otorgó poderes a su marido para que dispusiera de los fondos en su cuenta personal.
Esquer de Lara declaró ante la jueza andorrana que le investiga por blanqueo el pasado noviembre que desconocía tener cuentas y productos financieros a su nombre en el principado. Pero la documentación en poder de este diario y de los investigadores andorranos acredita su vinculación con tres cuentas.
Desde una de ellas, la que controló bajo el manto protector del número 442706, la mujer del político traspasó 23.325 dólares al hermano de su marido, José Luis Lara Aréchiga, de 70 años.
Una fundación panameña como pantalla
Bajo la coraza de la entidad panameña Fundación Hazare, el exdiputado del PRI por Sinaloa abrió una cuenta en la BPA que acumuló más de 15,3 millones de dólares, de los que 1,2 acabaron en una cartera de valores.
En los estatutos de esta fundación figura como primer beneficiario Óscar Lara Aréchiga y como segundo, su esposa, en caso del fallecimiento del político. Tras la defunción de esta, serán nombrados a partes iguales sus hijos. Todos han coincidido ante la juez andorrana en desconocer la existencia de esta fundación.
En 2018, la entidad tenía un saldo de más de 14 millones de dólares y acumulaba 1,2 millones en una cartera de valores. En el KYC, el exdiputado afirmó que preveía mover 19 millones.
Lara Aréchiga activó esta cuenta en 2008, cuando era secretario de Finanzas de Sinaloa y, por tanto, en teoría, no podía colocar fondos en un país blindado por el secreto bancario.
Sin embargo, en su expediente del banco figura un documento sin datar titulado “Declaración de cese de actividades de Persona Expuesta Políticamente (PEP)”. Con este acrónimo, las entidades financieras califican a aquellas personalidades que, por haber ocupado un cargo público, deben someterse a un control especial para prevenir el blanqueo.
La misma estrategia de desvinculación política la usó el que fuera también secretario de Finanzas de Sinaloa para abrir en 2008 la cuenta en la BPA que controló a través de la mercantil holandesa Riana International BV. En ella, Lara Aréchiga, a través de una maraña de testaferros, aglutinó más de 10 millones de dólares. El dinero, de nuevo, llegó a través de controvertidas casas de cambio como Eurofimex.
Según la Policía andorrana, esta cuenta se empleó para pedir un préstamo y actuar de puente con otras del clan.
Dinero del ladrillo en una cuenta cifrada
José Luis Lara Aréchiga, hermano del político, figuró desde 2008 como titular de una cuenta cifrada en la BPA (442127) junto a su pariente y la esposa de este.
Con un saldo en 2018 de más de 580.000 dólares, la cuenta acogió los ingresos de la mercantil Infrades S. A. de C. V. dedicada a la “promoción de viviendas de interés social”, según declaró el hermano del político al rellenar en el banco el formulario para aclarar el origen de su dinero.
Infrades S. A. de C. V. forma parte de la constelación de una veintena de empresas vinculadas al exdiputado y su hermano. Se trata de un entramado que contempla compañías de comercio, agricultura y construcción y que se extiende por Sinaloa, Guanajuato y Baja California.
Los negocios de los hermanos Lara Aréchiga despegaron durante los mandatos de los gobernadores sinaloenses Millán Lizárraga (1999-2004) y Jesús Aguilar Padilla (2005-2010), según desveló el semanario Ríodoce.
El hermano de Lara Aréchiga también fue representante de una cuenta, donde figuró como titular la mercantil Desarrolladora Gos, que traspasó 80.087 dólares al exgobernador Millán Lizárraga. Y la cuenta del expolítico era, a su vez, en 2018, fiadora de un préstamo de 3,3 millones de dólares de la sociedad de José Luis Lara.
Maniobra para desvincularse del cargo
La cuenta que Millán Lizárraga y su hermano manejaron desde 2007 en la BPA –y en la que en 2018 acumulaban 4,4 millones- tuvo una peculiaridad. El banco incluyó en el sistema informático la “declaración de cese de actividad de PEP” del político en abril de 2015, un mes después de la intervención de la entidad financiera andorrana por un presunto delito de blanqueo de capitales de tramas corruptas de China, Rusia y Venezuela.
El matrimonio Lara Aréchiga era, además, titular de otra cuenta cifrada junto a su hermano José Luis y Cuauhtémoc López Montes de Oca. La 441849, abierta en 2010 y que acumuló un saldo de 2,7 millones de dólares hasta 2018. En su KYC, López Montes de Oca señaló que las empresas vinculadas a la cuenta eran filiales de su compañía Servicios Sinaloenses. En la cuenta que esta última compañía abrió, también, en la BPA figura como representante Tomás Rendón.
A través de Andorra, un microestado de 78.000 habitantes blindado hasta 2017 por el secreto bancario, Lara Aréchiga pilotó un entramado que registró transacciones por valor de 51 millones de dólares.
Para justificar su patrimonio, el político aportó al banco contratos de compraventa de terrenos e indicó tener participaciones de la firma de Arizona (EE UU) Cedar Products y 3,8 millones de dólares en acciones de la cárnica mexicana Grupo Viz. La DEA (agencia antidroga de EE UU) conecta a esta última compañía con el cartel de Sinaloa.