En México el número de fosas clandestinas y de personas desaparecidas no para de crecer, una problemática de la que se han tenido que hacer cargo las familias de las víctimas ante la falta de presupuesto y de acciones concretas por parte de las autoridades de los tres niveles de gobierno para resolverla.
México es un país de fosas clandestinas y desaparecidos. De 2006 a 2019 el Estado ha contabilizado 3 mil 631 lugares en 27 entidades del territorio nacional utilizados para enterrar cuerpos de forma ilegal, de acuerdo con el Informe sobre fosas clandestinas y registro nacional de personas desaparecidas o no localizadas.
Los estados con más fosas son Tamaulipas (440), Sinaloa (345), Veracruz (432), Guerrero (331) y Chihuahua (318), mientras que Chiapas, Ciudad de México, Guanajuato, Oaxaca y Querétaro no figuran en el registro.
Además, el documento elaborado por la Secretaría de Gobernación, revela que en el país hay 60 mil 053 personas desaparecidas o no localizadas entre el 2006 y el 31 de diciembre de 2019; del total 45 mil 612 son hombres (74%) y 15 mil 835 son mujeres (25.7%).
Por su parte, los reportes oficiales de la Fiscalía General de la República (FGR) indican que las fosas clandestinas vinculadas con delitos federales se encuentran en 22 estados, con una mayor presencia en Guerrero, Sinaloa y Tamaulipas.
A diferencia del reporte creado por la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas, la Fiscalía sí reconoce la existencia de fosas clandestinas en la Ciudad de México.
Del año 2006 hasta febrero del año en curso, la FGR ha contabilizado mil 029 cuerpos en fosas clandestinas como parte de las investigaciones en las que este organismo autónomo ha estado involucrado.
En este tiempo, la Fiscalía General de la República también ha localizado restos óseos en 429 fosas que ha investigado pero que no sabe a cuántos cuerpos pertenecen debido a su estado de descomposición.
El informe de la FGR también recalca que ha habido un incremento de las fosas clandestinas descubiertas en Guerrero en lo que va del 2020.
Durante el 2019 y lo que va de este año se han encontrado 49 en ese estado. La Fiscalía contabiliza al momento seis solo en lo que va de 2020 que están siendo investigadas por estar relacionadas con delitos federales.
En 2019 la autoridad descubrió además cinco fosas clandestinas vinculadas con este tipo de delitos en Sinaloa y Veracruz. Cuatro fosas más fueron halladas en Tamaulipas y una en San Luis Potosí, Coahuila y en Baja California Sur.
RIVAS: HAY FOSAS CLANDESTINAS EN LOS 32 ESTADOS
Es evidente que en México existe un subregistro en el número de fosas y de personas desaparecidas, dice Francisco Rivas, director del Observatorio Nacional Ciudadano.
“Yo creo que hay fosas clandestinas en todo el país porque tenemos desaparecidos en las 32 entidades. Incluso entre las personas desaparecidas hay un enorme subregistro. México es un país de desaparecidos porque tenemos a mexicanos que son privados de la vida por los grupos de la delincuencia organizada, tenemos desaparecidos porque tenemos grupos de migrantes que cruzan por nuestro país y son privados de la vida”, expresa el especialista.
Además, Rivas acusa que en el país están en activo autoridades que ejecutan extrajudicialmente personas y, por lo tanto, cometen desapariciones forzadas.
En el caso de los estados con más fosas clandestinas, el especialista indica que en parte se debe a la debilidad estructural de las instituciones encargadas de impartir justicia.
“Son entidades que cumplen con ciertos criterios: una fuerte presencia de grupos de la delincuencia organizada y al mismo tiempo una debilidad estructural local en la procuración de justicia. Guerrero, por ejemplo, es un estado en donde prácticamente no tenemos instituciones.
“Mientras que Tamaulipas históricamente ha sido una entidad donde no solo la delincuencia organizada ha hecho estragos importantes, también la corrupción y su incapacidad para construir instituciones de seguridad y procuración de justicia eficaces”, detalla.
El fenómeno se explica, de acuerdo con Francisco Rivas, por la debilidad del Estado en todo el proceso que tiene que ver con el control del territorio y la capacidad de resolver los problemas relacionados con las desapariciones.
Una fosa clandestina puede encontrarse ahí donde hay una pobre capacidad del Estado para conocer qué es lo que está pasando en el territorio, para poder buscar a tiempo a las personas desaparecidas y para generar las condiciones para que este tipo de hechos no se sigan repitiendo
FOSAS Y DESAPARECIDOS ‘NO SON SOLO CIFRAS’
Escarbar, limpiar y resguardar restos encontrados en fosas clandestinas con la esperanza de hallar a sus hijos forma parte de la rutina de algunas de las miles de madres de desaparecidos del país.
Movidas por el amor, en más de un colectivo las mujeres se han capacitado en materia forense para poder buscar en un mayor número de lugares a las más de 60 mil personas no localizadas en México.
En entrevista para Reporte Índigo, Emma Mora Liberato, madre de José Alberto, desaparecido en 2011, y también presidenta de la Asociación Civil Familias de Acapulco en Busca de sus Desaparecidos, afirma que el deseo de encontrar a sus familiares es lo único que las motiva para pisar zonas que califica como el mismo infierno.
Para dar con el paradero de sus seres queridos, madres de desaparecidos se han capacitado no solo para buscarlos con vida, también para tratar de localizarlos en fosas clandestinas
“A las madres nos ha quedado clarísimo que la autoridad no va a hacer lo que le corresponde, nosotras también buscamos en vida, pero es la propia realidad la que nos ha empujado a buscar en fosas”, relata.
Con ocho años, cinco meses y 11 días sin saber dónde está su muchacho, Emma asegura que jamás había pensado que iba a tener la necesidad de buscarlo sin vida.
“En la Asociación no solo buscamos a los nuestros, sino a todos los desaparecidos porque para cada uno puedo asegurar que hay una casa, unos padres que lo están esperando, porque no son solo cifras, son hermanos, hijos, esposos, por eso nosotros al buscar sabemos que podemos encontrar al hijo de otra madre”.
Para Emma, quien tiene claro que no descansará hasta tener noticias de su hijo, que las madres estén cargando palas y aprendiendo a reconocer huesos es una consecuencia de la falta de capacitación y voluntad del gobierno para encarar el problema de los desaparecidos.
“De nada sirve que tengamos una Ley de Desaparición Forzada si realmente no se tiene el presupuesto suficiente para tener personal capacitado para atendernos, aquí en Acapulco están rebasadas las autoridades, de qué sirve que haya una Fiscalía especializada si no tienes personal para la atención ni agentes del Ministerio Público que hagan bien la denuncia o (dispongan) elementos para la búsqueda.
El presidente ha dicho que no iba a haber límite presupuestal para la búsqueda de desaparecidos y no es cierto, seguimos aquí sin recursos y haciendo el trabajo que a ellos les corresponde
Convencida que la acción es la única forma de poder sanar su corazón y el de sus compañeras, Emma detalla que desde 2016, año en que nació la Asociación, se han realizado búsquedas en aproximadamente 80 fosas en las cuales han localizado más de 25 restos, tres cuerpos y cientos de fragmentos óseos.
“Claro que te parte saber que puede estar tu hijo en una fosa pero la importancia de hacerlo es no claudicar en esto porque te hace falta una persona en tu casa, te falta una parte de tu corazón, si no tengo esa parte yo estoy muerta en vida, eso es lo que me motiva a seguir adelante”, asegura.
UNA LUCHA DE AMOR Y RESISTENCIA
Lucía Díaz se encuentra librando una batalla que no tendrá final hasta visibilizar la crisis de violación a derechos humanos que viven las madres de desaparecidos en Veracruz y saber qué pasó con su hijo.
Para buscar a Luis Guillermo –desaparecido desde 2013–, y a los miles de desaparecidos en el estado, Lucy, como mejor se le conoce, fundó el Colectivo Solecito
“En la búsqueda fue que tuvimos contacto por primera vez con temas que tenían que ver con lo forense o lo genético, muchas de las compañeras eran amas de casa que jamás pensaron que algún día tendrían que estar haciendo funciones de perito”, cuenta.
Al ver que la violencia en Veracruz crecía con el paso de los años, Lucy –de la mano con las demás madres– no pudo ignorar la posibilidad de buscar en fosas clandestinas a los hijos de todas ellas.
“Solecito ahora está en una nueva etapa, nosotras buscamos en fosas desde 2016 pero actualmente estamos haciendo una exploración en la zona de Arbolillo donde buscó ya la Fiscalía, pero hemos encontrado más que las autoridades, hasta ahora llevamos mil restos óseos y un cuerpo entero. Nos va a llevar tiempo porque son de 60 a 70 fosas y además vamos a buscar donde no lo hizo la Fiscalía pero va a valer, no vamos a dejar a nadie en la clandestinidad”, sentencia.
Con experiencia de búsqueda en fosas desde 2016, Lucy detalla que si bien el mayor trabajo que realizaron como Colectivo fue en Colinas de Santa Fe, donde encontraron desde huesos hasta cuerpos, éste también ha sido un golpe duro al no poder entender cómo se deja a un ser humano en tan pésimas condiciones.
Las madres y familiares de personas desaparecidas aseguran que nunca descansarán en su búsqueda, pues lo que está de por medio es la persona más querida para ellas
“Fue como conocer el mismo infierno. Yo jamás me hubiera imaginado que iba a tener que ver restos en esas condiciones, no me imaginé que iba a tener que tocarlos con mis propias manos. En esa ocasión fueron 298 cuerpos en 156 fosas”, dijo.
Aunque Lucy afirma que la búsqueda como colectivo seguirá, reclama a las autoridades porque no hacen su trabajo correctamente y principalmente porque no actúan para detener el crimen tanto de la desaparición forzada como la cometida por particulares.
“Esto no tendría que pasar si estuviéramos en un país con Estado de Derecho, en uno donde sí existieran respuestas a la sociedad y rendición de cuentas.
Nosotras como mujeres comunes y corrientes no pensamos nunca en andar en estos caminos de exploración forense pero tuvimos que hacerlo porque el gobierno deja un vacío gigantesco, pero aquí estamos nosotras resistiendo, aprendiendo a hacer nuestra propia revolución porque tenemos de por medio a la persona más querida para nosotras, así que no esperen que nos cansemos porque eso jamás va a pasar
Fuente.-