Luego de analizar al menos cuatro narcomensajes atribuidos a Guerreros Unidos, colocados en las inmediaciones de Iguala entre 2012 y 2014, sicólogos forenses de la PGR concluyeron, sin especificar grado, que el líder del grupo criminal tenía una “instrucción escolar superior” y que los integrantes del cártel podrían ser personas enojadas y frustradas, pero con un pensamiento estructurado y organizado.
Una revisión del análisis de los expertos, incluido en expedientes desclasificados el pasado 24 de septiembre por el gobierno federal, señala, además, que en los narcomensajes hay una declaración directa de guerra contra el Estado mexicano, en la que amenazan con revelar nombres de sus cómplices dentro del gobierno.
Por otra parte, sicólogos independientes consultados por este diario cuestionan el profesionalismo de los especialistas que hicieron el diagnóstico de las narcomantas.
“Mientras no tengas a las personas físicamente, accesibles, hay un margen de error, no te permite confirmar plenamente que las apreciaciones que se tienen sean del todo ciertas, pero también eso no significa que no se puedan identificar indicios válidos e importantes”, señaló Olga Leticia Galicia García, experta en Psicología Jurídica y Forense.
Martín Barrón Cruz, maestro en Ciencias Penales con especialidad en Criminología, criticó el dictamen elaborado por los peritos de la PGR porque, a su juicio, está lleno de contradicciones.
Afirmó que un análisis sicológico no se puede realizar de manera simple y llana sin hacer una evaluación presencial. “Medir el coeficiente intelectual por un escrito es poco profesional. Para ello existen, dentro de la Psicología, diversas pruebas”, comentó el investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe).
Descifrando al líder
El 6 de octubre de 2014, 10 días después de los hechos registrados en Iguala, el grupo criminal Guerreros Unidos, al que se le adjudica la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, colocó dos lonas —de ocho metros de largo por cuatro de ancho— exigiendo a los gobiernos federal y estatal que liberaran a 22 policías que habían sido detenidos unos días antes.
De acuerdo con los peritos, el autor de los comunicados es una persona que dentro de su grupo ocupa un nivel jerárquico de líder; su función es dirigir y representar a su organización, y su actividad requiere el despliegue de herramientas de tipo intelectual.
“Por las palabras utilizadas en el texto se infiere que la autoría de las lonas es de un grupo; sin embargo, el mensaje fue ordenado y redactado por una persona, es posible que sea el líder de dicho grupo, al cual llamaremos autor intelectual”, se lee en el documento contenido en la averiguación previa del caso Ayotzinapa, que la PGR desclasificó después de la solicitud de información 0001700276914 hecha por este diario en octubre de 2014.
De acuerdo con la PGR, el líder máximo de Guerreros Unidoses Sidronio Casarrubias Salgado, detenido el 16 de octubre del año pasado, 10 días después de que aparecieron las mantas. Su lugarteniente es Gildardo López Astudillo, detenido el pasado 16 de septiembre, acusado de ser el autor material de la desaparición de los alumnos de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa.
Para los expertos periciales, la estructura del mensaje es lógica, coherente y congruente, y el autor posee un pensamiento abstracto, estructurado, claro y organizado, toda vez que expresa ideas concretas.
“Podemos inferir que el autor intelectual maneja un autocontrol de los sentimientos y emociones propios y de los demás miembros de su grupo. Es una persona capaz de tomar decisiones”, indica el análisis.
Sin embargo, se advierte que es posible que pueda reaccionar de forma irreflexiva y muy probablemente violenta.
Los expertos en Psicología Forense interpretaron que el tipo de mensaje plasmado en la lona da cuenta de un sujeto enojado, frustrado, con deseos de emprender acciones y con alta posibilidad de llevarlas a cabo.
Debido al tipo de mensaje, el autor puede llegar a la confrontación directa con la autoridad. Por el vocabulario empleado, “impresiona con un coeficiente intelectual que lo ubica en un nivel de término medio”, lo que indica que ha desarrollado un pensamiento abstracto, con capacidad de análisis y síntesis.
“A través de firmar como GU [Guerreros Unidos] es evidente que el autor desea guardar el anonimato. Esto le favorece ejecutar acciones desde su posición jerárquica, el grupo lo respalda en sus actividades y por tanto le brinda la seguridad y el respaldo que necesita para llevar a cabo las acciones violentas que desee”.
El mensaje se puede calificar como una exigencia a los gobiernos federal y estatal para que actúen en función de sus exigencias. De no obtener una respuesta favorable, emprenderá acciones hasta obtener lo que demanda, llevando a cabo otras medidas.
Los peritos de la Coordinación de Servicios Periciales anotaron en sus conclusiones que el autor tiene una instrucción escolar superior y se puede inferir que su edad oscila entre los 35 y los 45 años.
“Es una persona con capacidad de tolerancia a la frustración y control de impulsos bajo. En esta persona predomina la razón sobre las emociones, por lo que posee adecuada capacidad de anticipación y planeación”, indican.
También anotaron en sus conclusiones que el tipo de mensaje da cuenta de un sujeto que ha experimentado frustración y posiblemente afectación en sus intereses y los del grupo delictivo al que representa.
Significado de frases
Los peritos que analizaron el contenido de la lona, además de brindar el perfil sicológico del líder de la organización, también interpretaron el mensaje por frases.
Sobre el texto: “Se les exige que liberen a los 22 policías que están detenidos, les damos 24 hrs. Para que los suelten, sino aténganse a las consecuencias (sic.)” , explicaron que el tono en que se escribió esta frase permite inferir que el autor estaba frustrado.
“El objetivo principal del mensaje se encuentra contenido en este párrafo, ya que mediante la frase: ‘se les exige… les damos 24 hrs. (sic)’ ponen un ultimátum al gobierno para que acceda a sus exigencias, y al mismo tiempo se lanza una advertencia a las autoridades federales y estatales que, de no actuar en función de su demanda, ellos emprenderán acciones”.
En una de las líneas del mensaje se lee: “Ya empeso la guerra (sic)”. A través de esta frase se infiere que los autores le han declarado la guerra a los gobiernos federal y estatal.
De acuerdo con el análisis, el autor amenaza, y de no cumplir sus exigencias lo primero que hará es ventilar información, dando datos de las personas que se encuentran laborando en el gobierno y que les brindan apoyo.
En busca de apoyo social
En octubre de 2012, los expertos en Psicología de la PGR también habían analizado un par de mensajes escritos por miembros de Guerreros Unidos en una lona ese año.
“El grupo que firma presume, mediante la lona, su capacidad de planeación y ejecución, de dominio sobre el lugar geográfico en el que se desenvuelve y sobre las personas que habitan dicho lugar”, anotaron los peritos en su informe de aquel año.
En el mensaje, redactado en un tono imperativo, el grupo se adjudica la capacidad de resolver problemáticas sociales, legales, jurídicas, y criminales mediante la violencia. Utilizan frases intimidatorias y tratan de generar emociones de intranquilidad y miedo, resaltaron.
“No es el primer mensaje que se analiza de este grupo delictivo, por lo cual probablemente buscan ser reconocidos y ubicados específicamente por la ciudadanía y por los organismos de procuración de justicia. Pretenden tener presencia”, señala el estudio sicológico.
Se infiere que se trata de un grupo bien organizado, que posee recursos económicos, contactos y personal a su servicio.
En otro mensaje atribuido al grupo criminal, localizado y analizado también en 2012, los peritos de la PGR resaltaron que los autores gozan con el sufrimiento de los amenazados y muestran seguridad en sus palabras.
En uno de los fragmentos los delincuentes se autoproclaman redentores y buscan la aceptación de la ciudadanía generando suspicacia en ésta respecto del trabajo de procuración de justicia de las autoridades.
“Al evidenciar como ineficientes a las autoridades, intentan desestabilizar a la población queriendo generarle desconfianza, inconformidad y enemistad con las figuras de autoridad. Al mostrarse como defensores justicieros de una causa, buscan dar la aparente imagen de hacer el trabajo de las autoridades, queriendo tener aceptación y respeto de la población”.
En otro mensaje, donde los integrantes del grupo criminal pedían disculpas a la población, los especialistas concluyeron que con esto trataban de allegarse de simpatías porque consideran que su labor criminal puede ser justificada y buscan apoyo.
“Se puede leer como una actitud de cinismo y burla, ya que no puede hacerse justicia mediante la violencia y el ajuste de cuentas por propia mano”, acotaron los expertos.
Los autores de los mensajes, expusieron, tienen una distorsión de valores y normas morales, carecen de un adecuado control de impulsos, son probablemente revanchistas, impulsivos, transgresores de límites, y muestran falta de remordimiento y sentimientos de culpa.
Además, denotan una falta de respeto a las figuras de autoridad, tienden a quebrantar las normas y límites establecidos, tanto sociales como legales. Al ser parte de un grupo criminal obtienen sensación de poder e identidad, y desean reconocimiento y control.
Especialistas
Para Olga Leticia Galicia García, perito auxiliar en Psicología del Tribunal de Justicia del Distrito Federal, elaborar un perfil sicológico es muy importante porque ayuda a las autoridades a saber qué tipo de grupo criminal buscan y a partir de esos hallazgos pueden prever situaciones de riesgo.
Un perfil sicológico sí se puede elaborar analizando los narcomensajes del grupo criminal, pero de acuerdo con la experta, no puede ser el único elemento que se tome en cuenta para reconstruir la personalidad de sus integrantes; se tendría que crear tras el análisis de varios mensajes de los mismos sujetos a estudiar, además de apoyarse de otros elementos que consten en la investigación sobre el grupo delictivo.
Advirtió que no se puede determinar con tanta exactitud si el autor del mensaje en las lonas es el líder de la organización, por ello es mejor enfocarse en general en el grupo criminal.
“Eso no se puede saber [si fue el líder quien escribió el texto]. Si representa a un grupo delictivo se pudiera especular que el jefe de la organización está de acuerdo con ello, pero así para asegurar que es el perfil de una persona en particular, pues no, a menos de que esta persona firme el mensaje”, mencionó.
La experta comentó que para poder tener un perfil sicológico más certero es necesario entrevistar a la persona.
Martín Barrón, investigador del Inacipe, cuestionó que se haya inferido que el autor de los mensajes tiene un coeficiente intelectual de término medio, ya que al parecer no se hicieron las pruebas sicológicas para llegar a dicha conclusión. Además, destacó algunas de las contradicciones que, a su juicio, hay en las interpretaciones de los peritos de la PGR.
“Se indica que es un sujeto que posee autocontrol de sus sentimientos y emociones; a partir de que es un sujeto controlado emocionalmente, entonces tiene capacidad de planeación y organización. Impresiona la capacidad de quien hizo el análisis, pues no lo conoce y puede llegar a tal conclusión a partir de una serie de narcomensajes”, dijo.
Además, expuso, la aseveración del perito al considerar que la capacidad de juicio del autor de las mantas no se encuentra alterada, confirma que no es un análisis “profesional”.
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