Fue una de las promesas emblemáticas de la campaña de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia, y siguió siendo uno de los grandes temas simbólicos de esta administración: vender el avión presidencial. Tras muchas peripecias, finalmente se logró cumplir. Pero ¿realmente fue un buen negocio?
Tras los primeros intentos fallidos de venderlo, en febrero de 2020 el gobierno pensó que sería una buena idea que el avión presidencial se rifara y las ganancias se destinaran a hospitales y medicinas.
Después el gobierno descubrió el sinsentido de rifar un avión a los ciudadanos, ya que es incosteable para la gran mayoría de la gente, por lo que fue una rifa simulada: el avión nunca fue parte de los premios. La rifa, además, no sirvió para fortalecer al sistema hospitalario, según la Auditoría Superior de la Nación. El reporte de la ASF indica que de todo lo había dicho gobierno que planeaban donar, solo el 22.5% le llegó al sistema de salud pública.
Sin embargo, contra todo pronóstico, el 21 de abril de 2023 lograron vender el avión presidencial al gobierno de Tayikistán por $1,659 millones de pesos, unos 92,000,000 de dólares.
Desde entonces, han surgido un sinfín de dudas sobre la venta, los detalles y qué pasará ahora. Por ello el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, afirmó “Pérdidas económicas no hay [por la venta del avión], ya que todo bien se deprecia”, en la conferencia de prensa del 27 de abril.
¿Es cierto o el gobierno federal “tiene otros datos”?
El avión fue comprado por el gobierno de Tayikistán al 42% de su valor inicial. La diferencia entre el precio de compra y el precio de venta se debe, según el presidente, a “varios factores” que influyeron en su depreciación.
Originalmente, el avión presidencial lo compró Banobras a la empresa Boeing por la cantidad de 114,600,000 dólares (en ese momento el tipo de cambio estaba en 13.5 pesos por dólar). Después el valor del avión “José María Morelos y Pavón” ascendió a 218,700,000 millones de dólares debido a las adecuaciones que se le hicieron, tanto de ingeniería y sistemas como de estructura.
Una vez que se concretó la compra en noviembre de 2012, Banobras firmó un contrato de arrendamiento financiero con el gobierno federal a 15 años; es decir, que lo iría pagando hasta 2027 (como un leasing de un automóvil que lo pagas hasta que es tuyo).Aunque el avión presidencial ya fue vendido… datos oficiales muestran que aún no se termina de pagar.
Si consideramos el contrato de arrendamiento por 15 años de 2012 y el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF 2023) el gobierno federal aún debe pagar 2,180 millones de pesos.
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