Y es que, a días de otorgar una de las licitaciones más importantes de su gobierno -la de la renovación del famoso Sintram (Sistema Integral de Tránsito Metropolitano), de mil 500 millones de pesos- los participantes acusan que la convocatoria está amañada para favorecer a una empresa en particular y señalan al jefe de la Oficina Ejecutiva del Gobernador, Miguel Flores Serna, como el principal bróker entre el gobierno estatal e intereses privados del ramo de la infraestructura y la seguridad.
El ocho de abril de 2021, el entonces candidato a la gubernatura del estado, Samuel García, anunció un proyecto cuyo objetivo expreso sería el de mejorar la movilidad en la Zona Metropolitana de Monterrey.
Parte integral de este plan es la ampliación y modernización de la enorme red de semáforos en la metrópoli regia, así como del complejo sistema que la hace funcionar -en teoría- de manera inteligente.
“Esa empresa va a poner así como en Madrid y en Nueva York, el Sintram volumen 2. Ya tenemos el software y los mil 100 cruces”, dijo el emecista en un evento de campaña, el 8 de abril de 2021.
En ese momento, García no tuvo empacho en admitir que la firma regiomontana Semex -con S- sería la encargada de renovar el Sintram y que el costo del proyecto rondaría los 400 millones de pesos.
Para octubre, el ya gobernador electo mencionaba un costo estimado de mil 100 millones de pesos, de los cuales 300 millones provendrían de la Federación, de acuerdo con García.
Pero el 29 de diciembre, a escaso mes y medio de haber iniciado el gobierno, la Secretaría de Movilidad y Planeación Urbana encabezada por Hernán Villareal, publicó un extenso documento técnico con las bases de una convocatoria supuestamente abierta a la empresa o consorcio que presentara la mejor propuesta.
Tres compañías respondieron al llamado realizado el 29 de diciembre, en pleno periodo vacacional: Avanzia Instalaciones y Electronic Traffic de México, Int Intelligence and Telecom Technologies México – y sí, Semex. Avanzia, de origen español, declinaría unas semanas después.
El 12 de enero, una cuarta empresa, Telecomunicaciones y Servicios del Norte (TSN), cuestionó las bases del concurso y alegó que éstas estaban dirigidas para que ganara Semex.
Entre los candados y condiciones que señala la empresa inconforme, están el hecho de que la compañía ganadora deberá contar con experiencia exclusiva en el tema de semáforos, más de 10 años de experiencia en instalación de señalética vial, un enorme capital inicial de 300 millones de pesos, así como especificaciones técnicas ad hoc al sistema francés de controladores Gertrude, el cual -coincidencia- ya maneja Semex.
Pero además de un diseño de la convocatoria claramente dirigido a una empresa en particular, existe otro conjunto de factores los cuales levantan sospechas alrededor de esta mega adquisición del gobierno estatal de Samuel García.
El primero es que el autor de la convocatoria haya sido Gerardo Vildósola, director del Centro de Gestión de Movilidad, quien por 12 años se desempeñó como gerente de desarrollo comercial en Semex.
Y quien en el año 2000 -como empleado de la compañía- coordinó el sistema de SINTRAM junto con Hernán Villareal, cuando éste último se desempeñaba como director ejecutivo del Consejo Estatal de Transporte.
El segundo es el hecho de que se le haya permitido a la empresa INT participar en la concurso pese a no contar con experiencia en la instalación de semáforos, supuesta condicionante para participar en el convocatoria.
De acuerdo con fuentes involucradas en el caso consultadas por Código Magenta, la participación de INT tendría como objetivo el de simular competencia en la licitación.
El tercer factor tampoco es menor. Y ese es el pobre historial de Semex en Nuevo León y el resto de la República.
Y es que, a más de dos décadas de la introducción del SINTRAM en la Zona Metropolitana de Monterrey, no existe un diagnóstico que dé cuenta de su efectividad. De hecho, el grave problema de congestionamiento vial en la ciudad -que solo ha incrementado desde que desplegó el SINTRAM de Semex- es más que evidente.
Y finalmente, la respuesta del gobierno estatal a las muestras de inconformidad por parte de la empresa TSN. Pues, un par de días después de manifestar públicamente sus quejas, la compañía regiomontana recibió la visita sorpresiva de tres dependencias estatales, una de las cuales le dictó una suspensión temporal de sus instalaciones industriales por presuntas irregularidades en materia ecológica.
La turbia situación en torno a la modernización del SINTRAM en la Zona Metropolitana de Monterrey abre una serie de preguntas:
¿Por qué, si Samuel García ya tenía a Semex en mente desde antes de tomar posesión, se abrió un proceso de licitación y no una adjudicación directa?
¿Qué conflicto de interés representa que un ex ejecutivo de Semex y otro de Senda hayan sido los autores de las bases de la licitación?
¿Por qué publicar la convocatoria de una megalicitación un 29 de diciembre, en pleno periodo vacacional?
¿Qué rol ha desempeñado el actual jefe de la Oficina Ejecutiva del Gobernador, Miguel Flores, en la relación de Semex con el gobierno de su también compadre, Samuel García?
Porque los ciudadanos del nuevo Nuevo León, merecen tener un verdadero SINTRAM, sin trampa de por medio.
fuente.-
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