Las huellas de aterrizaje y despegue de aeronaves delataron lo que ocurría en ese sitio, ubicado en el poblado La Palma, del municipio de Acapetahua. Lo peculiar tenía que ver con actividades del narcotráfico.
Y EL NARCO LOS ELUDE:
Este es uno de los 16 hechos de aseguramientos de pistas de aterrizaje clandestinas que la Sedena llevó a cabo en 2020. Este es el número más bajo que tiene la dependencia federal desde que tiene registro público (2014).
Datos de la propia Secretaría del registro de sus operaciones contra el narcotráfico, indican que en 2019 se aseguraron 65 pistas, es decir que tan sólo en un año cayeron 75%.
¿FUE LA COVID-19?
El año pasado la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), detectó que a escala mundial la Covid-19 también impactó al narcotráfico, cambiando las rutas para movilizar drogas. También afectó sus cadenas de suministro de precursores químicos. Con las restricciones aéreas, los traficantes tuvieron que voltear a otras opciones, como transportarlas vía terrestre o por mar.
“Las medidas implementadas por los gobiernos para contrarrestar la pandemia de Covid-19 han afectado inevitablemente a todos los aspectos de los mercados de drogas ilícitas, desde la producción y el tráfico de drogas hasta su consumo”, refiere el análisis de la UNODC.
Explica que el suministro de drogas por vía aérea pudo haberse visto completamente interrumpido con un probable efecto en el tráfico de drogas sintéticas, en particular de metanfetamina.
Se sabe que Guatemala es un punto de intersección del tráfico de drogas con México. En ese país también la incautación de aeronaves y de pistas de aterrizaje es muy común: de igual manera, el aseguramiento cayó.
En agosto de 2020, el subjefe de la Fiscalía de Delitos de Narcoactividad del Ministerio Público, Alan Ajiatas, dijo ante medios guatemaltecos que la disminución de hallazgos se debía a la pandemia, ya que toda la actividad se reorganizó por las restricciones de movilidad.
DE EPN A AMLO
Aunque la pandemia puede ser un factor del desplome en 2020. Desde el primer año de Andrés Manuel López Obrador (2019) estos aseguramientos de las denominadas “narcopistas” cayeron, si se compara con el último de Enrique Peña Nieto (2018), fueron 40% menores.
Pero durante la gestión peñista también fueron descendiendo. En 2014 se registraron 354, para 2015 incrementaron a 446; no obstante, en 2016 cayeron a 326 y finalmente en 2017 y 2018 bajaron hasta 142 y 108 pistas de aterrizaje clandestinas, respectivamente.
En tanto que, en el caso de las aeronaves incautadas al narco el año pasado, de igual manera muestran un descenso: se reportaron 13, mientras que en 2019 fueron 28.
En los años que se tiene de EPN se mantuvo con variaciones, fueron 14 en 2014, 22 en 2015, 30 en 2016, 19 en 2017 y 13 en 2018.
Las pistas y las aeronaves han sido la apuesta del narco y con esto han evolucionado a lo largo del tiempo. Una nota de La Jornada, basada en un informe de la Sedena, refiere que el crimen ahora utiliza pistas de aterrizaje clandestinas que son cada vez más largas –en 2020 una buena parte supera los 700 metros– y las aeronaves son más grandes y rápidas.
En el presupuesto para 2019, en los programas y proyectos de inversión, la Sedena contempló la adquisición de cuatro radares tridimensionales para la vigilancia y control del espacio aéreo nacional, para la intercepción de vuelos ilícitos. Esto mediante un arrendamiento financiero. El costo total era de 3.5 mil millones de pesos.
Ejército y Fuerza Aérea aseguran una aeronave en el sureste mexicano. Foto: Cuartoscuro.com.
LAS FUERZAS ARMADAS EN TODO
No es un secreto que en general a las Fuerzas Armadas en esta administración se le han encomendado varias labores, más allá de la seguridad, por ejemplo, la Sedena recientemente está ocupada en el Plan de Distribución de la vacuna contra la Covid-19 y serán sus mismas brigadas las que la apliquen.
Además del desarrollo de infraestructura, el presidente ha dicho que la operación y administración del Tren Maya y de los aeropuertos quiere que queden en las manos de esta dependencia, pues en el primero quiere evitar la privatización.
AMLO ha dejado ver su fe ciega por el general Luis Cresencio Sandoval. “Se cuenta con un secretario de la Defensa responsable, trabajador, leal, incorruptible, que ha sido un extraordinario colaborador, un servidor público de primer orden; me ayuda mucho, no sólo en las tareas propias de las Fuerzas Armadas”, señaló en noviembre del año pasado.
¿Y LOS NARCOTÚNELES?
Parece ser que los túneles clandestinos ya no son tan preferidos o viables para el crimen organizado. Según información de la Sedena, a partir de 2016 se han localizado menos de estos en la frontera norte.
En 2010 y 2011 se ubicaron 12 en cada año, en 2012 bajaron a 7, en 2013 a 4, en 2014 y 2015 a 6. Pero en 2016 sólo fueron dos y en 2017 uno. En tanto que, en 2018, 2019 y 2020, cada uno se mantuvo con dos túneles localizados.
En agosto del año pasado, en un recorrido, elementos de la Sedena encontraron un narcotúnel entre Matamoros, Tamaulipas, y Brownsville, Texas. En el lugar se halló armamento y municiones. Cinco meses antes, en conjunto con autoridades de Estados Unidos, se ubicó un túnel clandestino en la frontera con Arizona.
El gobierno de México y Estados Unidos han hecho convenios para intensificar revisiones en puntos fronterizos del norte y en los narcotúneles. En junio pasado, la Secretaría de Relaciones Exteriores reconoció el esfuerzo bilateral para el combate al tráfico de armas y mercancías ilícitas.
En cuanto a la destrucción de plantíos ilegales por parte de la Sedena, no hubo una reducción con la pandemia. En el caso de marihuana, en 2020 se acabó con 21 mil 849 plantíos, un incremento de 2.3% respecto a 2019. Los de amapola erradicados fueron 88 mil 615, esto es 10% mayor.
Fuente.-@ptcervantes/
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