Los Zetas tuvieron bajo su nómina
a presidentes municipales, policías locales, funcionarios de la
Procuraduría General de la República (PGR), a elementos del Ejército y a
gobernadores de Coahuila y Veracruz.
Incluso, el grupo criminal se
favoreció hasta de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de
Electricidad (CFE).
Lo anterior se desprende del
análisis que la Clínica de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la
Universidad de Texas realizó de las declaraciones de más de 20 testigos que
hablaron como parte de tres juicios federales llevados a cabo en Estados Unidos
contra miembros de Los Zetas.
Según el documento, titulado
"Control... sobre todo el Estado de Coahuila", en 2004, Efraín Torres
"El Z-14", en ese entonces brazo derecho del líder Heriberto Lazcano,
le dio 12 millones de dólares a Francisco Colorado Cessa para apoyar la campaña
de Fidel Herrera rumbo a la Gubernatura de Veracruz.
La "donación" fue para
que su empresa de Colorado Cessa, ADT Petroservicios, que Los Zetas usaban para
lavar dinero, fuera beneficiaria de contratos de Pemex.
"Como socios, ellos
(Colorado Cessa y Torres) iban a expandirla (a ADT Petroservicios) y crecer
usando contratos públicos. Cuando el candidato ganara la gubernatura, él les
daría los proyectos, y entonces, ellos iban a obtener el contrato público del
Gobierno federal a través de Pemex", declaró José Carlos Hinojosa, un ex
fiscal convertido en contador de Los Zetas, que fue detenido en 2008.
Rodrigo Uribe Tapia, otro lavador
de dinero para Los Zetas, describió una reunión en 2010 en una casa que le
pertenecía al ya Gobernador de Veracruz Javier Duarte, en cuyo patio mataron a
una contadora.
El informe plantea que la
estrategia la repitieron en Coahuila, donde Los Zetas concentraron sus
operaciones y donde realizaron sus más atroces crímenes.
El mismo Uribe Tapia declaró que
él acompañó a Danny Menera, quien era el jefe de plaza de Piedras Negras, a
entregar dos pagos de 2 millones de dólares en efectivo a cambio de control
total sobre Coahuila.
El dinero lo entregaron a Vicente
Chaires, el secretario personal del entonces Gobernador Humberto Moreira, y a
Jesús Torres Charles, el Procurador General del Estado en ese tiempo, para
sobornar al Mandatario estatal, según el relato.
"Lo que hicieron ahí en
Saltillo, sobornaron al Procurador General del Ministerio Público y eso fue por
protección y el acuerdo al que habían llegado con el Sr. Humberto Moreira,
quien era el Gobernador de Coahuila en ese entonces", declaró Uribe.
Según Adolfo Tavira, identificado
como ex administrador de producción de Televisa y narcotraficante, el actual
Gobernador, Rubén Moreira, también colaboró con Los Zetas.
Él describió una ocasión en la
que entregaron un pago al Mandatario en el rancho de otro narcotraficante, Beto
Casas, a través de una camioneta Suburban llena de maletas repletas de dinero.
"Los testigos explicaron
cómo Los Zetas pagaron sobornos y contribuyeron a las campañas electorales de
gobernadores y candidatos políticos para garantizar la continuación sin
restricciones de sus negocios ilegales", determina el trabajo de la
Universidad de Texas.
"Estos sobornos también
garantizaron que las compañías de Los Zetas recibieran contratos públicos y
permisos de construcción".
Uribe Tapia, quien lavaba dinero
a través del centro comercial Black City Mall de Piedras Negras, aseguró que
Los Zetas también le vendían carbón a la CFE, además de que la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público les ayudó a inventar deudas para reducir la tasa de
interés que debían pagar sobre sus ingresos.
El control que Los Zetas
lograron, ya sea mediante sobornos o mediante una estrategia del terror,
incluyó a la Policía Federal, a la PGR y a elementos del Ejército, además de
ministerios públicos de Coahuila y policías estatales y municipales.
"Si bien los testigos no
ofrecieron detalles respecto de cuáles divisiones del Ejército o la Policía
Federal eran corruptas, en algunos testimonios se hizo mención de algunos
incidentes específicos", indica el documento.
"(Jorge) De León (asistente
de un líder Zeta) explicó que el Ejercito mexicano mantenía una relación no
hostil con las agencias policiales locales que trabajaban con Los Zetas.
Además, (Adolfo) Tavira declaró que la unidad militar asignada a Ciudad Acuña
trabajaba junto con la policía local y con Los Zetas".
Fuente.-