En este desglose irreverente, pleito más digno de un episodio de “Vecinos” que de una cruzada institucional contra el crimen, Loret de Mola expone la cruzada de Omar Garcia Harfuch disfrazada de “expediente judicial”. Aquí, los protagonistas no son solo funcionarios, sino hijos de expresidentes y altos mandos que parecen más aliados que adversarios del crimen organizado.
Pleito personal vs institucional
- Un hijo del expresidente López Obrador aparece embarrado en el expediente de la Fiscalía General de la República por presuntamente proteger la red de huachicol administrada por los sobrinos del exsecretario de Marina.
- El testigo clave, apodado “Santo”, suelta la bomba de que la red de huachicol se siente más víctima de un pleito personal entre el hijo de López Obrador y el secretario de Seguridad Omar García Harfuch, que de una política de Estado contra el crimen.
- Todo esto parece un desempance muy personal, casi de novela de venganzas familiares, que después intentan tapar con la bandera anticrimen.
Los nombres y la paranoia institucional
- El capitán de aduana de Tampico, Carlos Estudillo Villalobos, se la pasaba con miedo mientras veía llegar buques con huachicol como quien cuenta los coches que pasan por la avenida.
- Según el chismoso principal (MK), no había que asustarse, pues “todo estaba arreglado” por un choque político entre los de arriba, pero resulta que nada se arregló y se descubrió el buque con 10 millones de litros de huachicol.
¿Qué sigue? El expediente no aclara a cuál hijo de López Obrador se refiere el testigo protegido, pero ponen en la lista de sospechosos al senador morenista Adán Augusto López, porque así funciona la dramaturgia mexicana: todos dentro, nadie fuera.
El trasfondo de la “lucha anticrimen”
- La declaración estrella muestra más un ajuste de cuentas familiar disfrazado de operativo federal que una verdadera cruzada anticrimen.
- El escándalo comienza no cuando descubren el crimen, sino cuando el acuerdo político termina y sale a flote el cargamento ilegal.
- En resumen: más novela moreno-familiar, menos batalla institucional y mas circo para el publico. Los protagonistas se pelean, arreglan y desenmascaran, pero los buques de huachicol siguen llegando como si nada.
Con informacion; Carlos Loret/LATINUS

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