No, un estado no puede ser calificado como el “mas seguro” cuando carga con el peso de 13,516 víctimas de desaparición forzada (…hasta las 01:29 hrs), la segunda mayor cifra de todo México. Este dato no es solo una estadística fría, sino la evidencia contundente de una tragedia social, una llaga abierta en el tejido de Tamaulipas.
Es absolutamente inaceptable —y éticamente obsceno— que, en este escenario, el gobernador de Morena,Américo Villarreal, médico de profesión y autoproclamado artífice de la “cura” a todos los males, pues juraba que iba sanar Tamaulipas,pretenda engañar a ciudadanos con discursos de progreso y seguridad, mientras se confabula con el delito y el crimen organizado.
Resulta irónico y profundamente lamentable que quien alguna vez juró velar por la vida —portando bata blanca y promesas de remedio— hoy muta en charlatán político, vendiendo placebos de esperanza mientras el dolor de las familias crece y la impunidad se enquista. Hablar de seguridad en Tamaulipas ante más de trece mil desaparecidos es insultar la inteligencia, es practicar la negación patológica y revestir el cinismo con ropaje de estadista.
En su retórica vacía, amplificada por la “prensa de prepago”, Villarreal se autoproclama como el restaurador de la paz, el “curandero” providencial de los males sociales. Pero los hechos —esas realidades que ni la manipulación mediática ni el afán burdo de control pueden sepultar— lo desmienten categóricamente: Tamaulipas es el epicentro de una tragedia humanitaria de dimensiones históricas. Las cifras se imponen como sentencia: ningún territorio habitado por miles de desaparecidos puede autodenominarse seguro, ni legítimo el gobierno que, pudiendo evitarlo, no ha hecho nada salvo presumir falsos logros.
Presumir seguridad rodeado de cuerpos sin nombre y nombres sin cuerpo y familias desgarradas, sólo confirma que el gobernador de Tamaulipas no es sino un sofista de la política, un vendedor de cuentos, incapaz de enfrentar la realidad sin disfrazarla con mentiras. Su discurso se desmorona frente al dolor innegable de 13,516 familias, en la mayor página de ignominia para la entidad y su gobierno.

Así, la historia jamás lo recordará como sanador, sino como un impostor brutalmente ajeno al sufrimiento colectivo, aferrado al espejismo de una seguridad ficticia, incapaz de comprender que la cura real de Tamaulipas no está en discursos, sino en justicia, verdad y dignidad para sus víctimas.
¿Qué le decimos al Gobernador de “el estado más seguro del norte del país”?
Que Estados Unidos quiere encerrarlo.
Que la justicia internacional y sus propios ciudadanos ya lo identifican como parte de una red de enriquecimiento ilícito, colusión con el crimen organizado y como operador de una estrategia de seguridad pública fundada en mentiras públicas, impunidad institucional y manipulación de datos.
Ya no se trata del señalamiento anónimo, sino de evidencia verificada y testimonialmente probada, tan grave que medios locales e internacionales recopilan implicaciones directas tanto del gobernador como de su círculo más cercano en tramas de corrupción y crimen organizado.
1. Américo, el “número nueve” en la lista negra del crimen y la transa
Una lista internacional que salpica desde a Andrés Manuel López Obrador, sus hijos y aliados políticos, hasta Américo Villarreal, quien aparece como el “número 9” en el ranking de los nuevos ricos vinculados a operaciones de lavado de dinero y acuerdos con grupos criminales, en particular el Cártel del Golfo, con base en evidencia financiera y testimonial. No se trata de especulación: esa información ha sido compilada, filtrada y ya está en poder de agencias estadounidenses.
2. Documentado vínculo con el Cártel del Golfo en Reynosa
Uno de los episodios más graves y mas recientes: la ejecución del activista Gabriel Hernández en Reynosa —quien dejó testimonio en video antes de morir—. Su testimonio incrimina a Irving Barrios Mojica,l fiscal del Estado y la La Chispa del CDG como parte de un gobierno que a cambio de votos protege a criminales.
Además, existe ya una imagen en la que Américo aparece públicamente junto al lugarteniente del Cártel del Golfo en Reynosa. El nexo criminal no es insinuado: es explícito y registrable.
3. 81.1% de percepción de inseguridad en Reynosa
En contraste con su frase triunfal —“Tamaulipas ya está dentro de los 10 estados más seguros”— los datos duros dicen otra cosa: Reynosa tiene un 81.1% en percepción de inseguridad, casi al nivel de Culiacán, Sinaloa. ¿Cómo puede un gobernador sin_verguenza presumir mejorías cuando la percepción social lo desmiente con tal fuerza?
4. Impunidad probada con documentos, videos y registros públicos
Los vínculos con el crimen, la desviación de fondos, el uso de recursos públicos, las reuniones con capos, todo eso no es ya de dominio exclusivo del periodismo: hay documentos, contratos, videos y registros bancarios. La impunidad está construida sobre la complicidad del aparato judicial local.
5. El peor gobernador de México
Según encuestas nacionales de desempeño de gobernadores, Américo Villarreal ha sido el peor evaluado de México, no una, sino múltiples veces. Su administración se ha caracterizado por opacidad, violencia, autoritarismo y alianzas criminales sistémicas. Promete patrullas pero entrega territorios.
6. “Estado más seguro del norte”: la mentira cínica
Ayer lunes 28 de julio, Villarreal dijo en San Fernando:
“Tamaulipas es el más seguro del Norte del país […] Gracias a todo lo que hemos avanzado.”
Pero la realidad lo contradice:
- Es la segunda entidad con más desaparecidos, después de Jalisco.
- La violencia en la frontera va en aumento.
- Reynosa, San Fernando y Matamoros siguen bajo el dominio criminal.
- La migración forzada interna, causada por violencia, sigue activa.
¿Qué decirle al Gobernador?
Que no basta repartir patrullas para encubrir alianzas oscuras.
Que no se puede usar el discurso de la paz mientras se flanquea con criminales.
Y que los hechos documentados, las imágenes y las pruebas materiales ya armaron un expediente que lo compromete más allá del fuero y mucho más allá del discurso.
Tamaulipas no está mejor: está controlado.
Y quien presume seguridad, también presume impunidad.
“NO,no es el mas seguro,es otro estado en mal estado,donde desaparecer equivale a morir y donde la extorsión es un deporte exclusivo de Carteles y gobierno”.

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