¡Que susto el de Rodrigo Medina! Aunque ya sabe lo que es probar colchón en el sistema penitenciario mexicano, parece que el exgobernador de Nuevo León no esperaba que los oficiales gringos de Aduanas le hicieran sudar la gota gorda justo cuando iba, bien campante, de vacaciones con la familia al otro lado del charco fronterizo.
Imagínense el momento: Medina, que en 2017 ya había sentido el calambre por 19 horas tras las rejas en México por “asuntos administrativos”, enfrenta ahora a los serios oficiales texanos que, por rutina, lo llevan a revisión exhaustiva en el Puente Los Indios.
Treinta minutos que debieron saberle a condena perpetua, repasando mentalmente los pecados de aquel sexenio y —por si las moscas— revisando que no hubiera “sorpresas” en la cajuela, ni más ni menos que frente a los gringos, los mismos que no se andan con rodeos si te corretean la ley.
Pero que no panda el cúnico: después de comprobar papeles y verificar que lo más turbio que llevaba era el protector solar para la “vacación familiar”, Medina pudo continuar su camino, aunque la anécdota ya circulaba en redes como si lo hubieran atrapado con las manos en el frijol charro.
Si en la aduana mexicana se doblan con una mordida, en la gringa ni las carcajadas lo libran de una inspección rutinaria; y aunque esta vez no hubo celda ni fotos virales con uniforme naranja, ya puede presumir que, por sustos públicos, le falta conocer sólo la celda texana estilo “orange is the new PRI”.
Que le quede de recuerdo: cruzar la frontera no es lo mismo que cruzar la línea de la impunidad. Y a Medina… ¡se le notó el nervio norteño!
Con informacion: INFOBAE/

No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu Comentario es VALIOSO: