Un tribunal federal resolvió mantener la condena de 40 años de prisión contra Miguel Ángel Félix Gallardo por un caso de tráfico de cocaína en aerotaxis, sin embargo, ordenó a la Fiscalía General de la República investigar las presuntas torturas alegadas por el capo.
El Segundo Tribunal Colegiado Penal en la Ciudad de México negó en forma unánime el amparo directo solicitado por el narcotraficante, contra la sentencia impuesta en un juicio por delitos contra la salud, acopio de armas y cohecho.
EL CDG LO CONDENO A MUERTE:
De acuerdo con el fallo, propuesto por el magistrado Alejandro Gómez Sánchez, la pena de prisión no viola ninguno de los derechos del sinaloense y fue dictada conforme a todas las formalidades que exige la norma.
"Tocante al delito sub júdice contra la salud, en la modalidad de sacar ilegalmente del país cocaína, se estima que el acto reclamado no es violatorio de derechos fundamentales, pues la responsable lo estimó acreditado con pruebas que este tribunal convalidó en el año 2003", señaló el magistrado al plantear el proyecto de sentencia.
El tribunal estableció que todas las pruebas que fueron consideradas en este proceso en su momento fueron avaladas por las instancias judiciales precedentes y, por tanto, los argumentos o conceptos de violación planteados para combatirlas resultaban inoperantes, infundados y deficientes.
El líder delictivo también reclamó la devolución de bienes decomisados, con base en la fecha de adquisición, presumiblemente porque fueron comprados antes de los hechos que le acusan, sin embargo, el tribunal no le dio la razón.
Sólo obtuvo algo con su reclamo de las supuestas torturas, pues el colegiado dio vista a la FGR para que inicie una investigación de los presuntos malos tratos sufridos, aparentemente cuando fue capturado en 1989.
UNA ENTREGA ARREGLADA:
En este asunto, el capo fue sentenciado por las armas que le fueron aseguradas el 8 de abril de 1989, cuando fue detenido en su residencia de la colonia Jardines del Bosque, en Guadalajara, y por un soborno que ofreció a la Policía Judicial Federal para que lo liberaran en esa ocasión.
Otro hecho que le atribuyen es que utilizaba un servicio de taxis aéreos para traficar droga a Estados Unidos.
Esto último deriva del aseguramiento de un avión Turbo Commander que fue asegurado el 27 de mayo de 1985 por la entonces Procuraduría General de la República, cuando estaba en reparación en los talleres de la empresa Aerolíneas Ejecutivas.
Dentro de esta aeronave de matrícula estadounidense, peritos de la PGR hallaron residuos de cocaína.
El capo también cumple con otra condena de 37 años de cárcel por el asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena y el piloto mexicano Alfredo Zavala, secuestrados el 7 de febrero de 1985.
Preso en el penal de Puente Grande, Jalisco, el narcotraficante sólo debe compurgar con la sentencia más alta, pues las penas de prisión de distintos juicios no son acumulables. A la fecha, cumple ya 33 años en la cárcel y terminará de saldar su castigo en el año 2029.
El pasado 8 de enero el nativo de Culiacán cumplió 76 años de edad. El líder criminal fue el pionero del tráfico de cocaína a gran escala en aviones que volaban desde Perú y Colombia a Estados Unidos, con escala en México. Tras su captura, quien tomaría la estafeta en este sistema de transporte sería Amado Carrillo Fuentes "El señor de los cielos".
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