"No entienden este presupuesto porque no saben qué es eso (la pobreza), porque este lado de los diputados sí ha vivido las carencias", gritó la madrugada de ayer la morenista Laura Pérez desde la tribuna improvisada en la Expo Santa Fe.
Mientras sus manos señalaban la parte izquierda del salón de sesiones improvisado, donde le aplaudía la bancada de Morena, del otro extremo, donde ubicaron a los legisladores del PRI, PRD y Movimiento Ciudadano, le respondieron "¡Resentidos sociales!".
"Nos acusan de perverso asistencialismo, no, el Estado asume su responsabilidad, sin intermediarios, cuotas ni corrupción", remató la legisladora jalisciense.
Ahí, en lo que fue la sede alterna de la Cámara de Diputados, los 399 diputados, sin la presencia del PAN, discutían el Presupuesto de Egresos de la Federación 2020, entre ofensas que se convirtieron en burlas e ironías.
Los morenistas impusieron la estrategia de oídos sordos que les aplicaron cuando ellos eran Oposición. Escucharon los argumentos de unos 50 legisladores que les exigían aumentar recursos a seguridad, campo, educación, infraestructura carretera y hospitalaria, obras hidráulicas, medicamentos y organismos autónomos, pero no reasignaron ni un centavo a esos rubros.
"¡Quiere moche!", fue el coro con el que intentaban callar las acusaciones de los legisladores de Oposición que los acusaron de aprobar un paquete clientelar y electoral rumbo a la elección de 2021.
"Nosotros no pedimos moche, lo que queremos son mil 567 obras que hagan ustedes, la 4T, háganle el agua al pueblo, el drenaje, la vivienda, ustedes que no reciben moches", ironizó el diputado del PRI, Brasil Acosta, uno de los líderes de Antorcha Campesina.
El morenista Francisco Borrego lo interrumpió para preguntarle cómo repartía el dinero que le daban como líder de Antorcha por hacer bloqueos, como el de la Cámara de Diputados y por el que no pudieron sesionar en San Lázaro.
"Le pido en público que demuestre el dinero que me han dado", le refutó el priista.
Cada bloque dio sus cifras, el lopezobradorista presumió una reasignación de un billón 700 mil millones al gasto federalizado, mientras que sus adversarios enumeraron la desaparición o disminución de recursos a programas.
"Este dictamen es presidencialista, a capricho de un solo hombre, es clientelar, es un presupuesto de cuarta como todos ustedes", les lanzó la perredista Verónica Juárez a la bancada morenista.
Llegó la votación en lo general, que arrojó 321 votos a favor del proyecto y 78 en contra.
Luego apareció la lista con 514 reservas, de las cuales sólo se leyó un centenar por diputados del PRI, PRD, MC, PES y PT.
El reloj marcaba las 4:30 horas, cuando varios legisladores, de todas las bancadas, dormitaban en las sillas no tan cómodas como sus curules, mientras algunos, como la diputada Adela Piña, de plano se acurrucó en un sillón del lobby.
Para esa hora, los ánimos encendidos habían bajado. Morena echaban carrilla a sus adversarios para apresurar la presentación de sus reservas.
Cuando el ex líder del PRI, Enrique Ochoa, pedía no recortar 19 por ciento a los órganos encargados de impartir justicia, pues generaría impunidad, le gritaban "¡Quiere taxis!", por aquella flotilla que compró en Nuevo León.
Tras ocho horas con 44 minutos, la sesión concluyó con la aprobación en lo general y lo particular. El coordinador de Morena, Mario Delgado, interceptó a la presidenta de la Mesa Directiva, la panista Laura Rojas, para soltarle: "Muy buena decisión. Todo salió bien".
Afuera cientos de granaderos desmontaban las estructuras metálicas que instalaron para blindar la sede alterna.
Fuente.-
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