El radar Tzinacan, diseñado para labores de vigilancia aérea, ha sido ya entregado y se destinará a labores de seguridad fronteriza. El Tzinacan, cuyo nombre en náhuatl significa Dios murciélago, si bien tiene la categoría de prototipo, se construyó para ser un producto completamente funcional que puede operar en cualquier parte del territorio nacional si se requiere.
QUE PASO ? POR DONDE PASO Y PORQUE SE PASO ?
Sin embargo, esta pieza también es la base de la línea de investigación y desarrollo de radares de la Secretaria de Marina Armada de México (SEMAR) y de la Secretaria de la Defensa Nacional (SEDENA) para generar nuevos tipos de radares que tengan mayores alcances de detección aérea, señalaron mandos navales. El radar tiene un alcance instrumentado de 40 millas náuticas (73 kilómetros), puede ser ubicado en lugares de distintas características orográficas y tiene sistemas de medición y salida de datos en estándares internacionales (NMEA, ASTERIX) para interconexión con otros sistemas.
Este proyecto y su expansión en el territorio nacional permitirán cubrir la necesidad que tiene el país de vigilancia aérea en sus fronteras e instalaciones estratégicas, así como incrementar la seguridad del espacio aéreo durante operaciones de apoyo a la población civil, señalaron la Marina y el Ejército mexicanos.
La última vez que el Tzinacan fue mostrado en público fue en público fue en abril de 2019, durante la Feria Aeroespacial México (FAMEX 2019) realizada en la Base Aérea Militar Número 1 de Santa Lucía, en donde se le mostró como el proyecto de investigación más avanzado de la Marina junto el Ejército y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT), organismo del Estado Mexicano encargado de impulsar iniciativas como esta no solo en el medio militar, sino también en diversos centros de investigación y educación superior.
La Marina informó que el proyecto Tzinacan tuvo como objetivo ampliar conocimientos y habilidades en tecnología de radares, para posteriormente crear prototipos funcionales de radar en 2D (marcación, alcance) y 3D (marcación, alcance, altitud). El Tzinacan avanzó a partir de las líneas de investigación de procesamiento de señales, radiofrecuencias y antenas, se obtuvieron, además, dos prototipos de radar en tres dimensiones, diseñados con una antena de tipo reflector con alimentador doble y transmisor de estado sólido de mil watts, que emplearon procesamiento digital de señales, con un alcance instrumentado de 40 millas náuticas (73 kilómetros).
Asimismo, cuenta con diferentes herramientas visuales en 2D y 3D, así como de medición y salida de datos en estándares internacionales (NMEA, ASTERIX) para interconexión con otros sistemas, explicó la SEMAR.
El trabajo conjunto de la SEMAR, la SEDENA y el CONACYT durante casi cinco años produjo, además, en materia tecnológica, el desarrollo de diversos radares en dos dimensiones, así como un radar híbrido, consistente en una consola de procesamiento de señales de radar para conectar a unidades transceptoras comerciales, además de un simulador de señales.
Por otra parte, para estar llevar a cabo el proyecto Tzinacan se creó la infraestructura idónea, que consistió en la instalación de un laboratorio de microondas y radiofrecuencias único en su clase en México; uno especializado en mecatrónica; otro de software y procesamiento de señales, así como el laboratorio de antenas, mismo que cuenta con una cámara anecoica para la medición de equipos o dispositivos que emplean el espectro electromagnético libre de interferencias, con el fin de tener diseños más precisos y efectivos.
Otro logro del proyecto fue la formación del recurso humano, ya que para el desarrollo del Tzinacan se contó con la participación de 20 elementos de la Secretaría de Marina (18 militares y 2 civiles), 11 de la Secretaría de la Defensa Nacional, 7 personas civiles contratadas para el proyecto, 18 asistentes de proyectos auspiciados por el CONAC y T en la modalidad de estancia técnica, así como 105 estudiantes en la modalidad de becarios en los grados académicos de licenciatura, maestría y doctorado, indicó la Marina.
Mandos navales destacaron que un aspecto relevante que dará frutos muy pronto tiene qué ver con el desarrollo de esta tecnología por especialistas nacionales, lo cual permitirá a corto y mediano plazo cubrir la necesidad que tiene el país de vigilancia aérea en sus fronteras e instalaciones estratégicas, así como incrementar la seguridad del espacio aéreo durante operaciones de apoyo a la población civil.
Además, dijeron, la experiencia y conocimiento adquiridos durante el desarrollo de tales prototipos, permitió al grupo de trabajo incursionar en el desarrollo de otras líneas de investigación para la generación de nuevos tipos de radares, actualmente en desarrollo por parte del Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico de la Armada de México (INIDETAM). Estos radares navales, indicaron voceros de la secretaría, son para las unidades de superficie de la Secretaría de Marina, así como para incrementar las capacidades de los radares de vigilancia aérea en términos de alcance, precisión y funcionalidades.
fuente.-Jorge A.Medellin/
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