El más reciente análisis de los cárteles del narcotráfico, sus células y pandillas con el que cuenta el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no incluye a Los Jaguares, que según el fiscal de Chihuahua –César Augusto Peniche– sería el grupo criminal que estaría aliado al cártel de Sinaloa y habría asesinado a los integrantes de la familia LeBarón el pasado 4 de noviembre, incluidos seis niños.
Consultado por Contralínea durante la conferencia de prensa del 6 de noviembre sobre esta posibilidad, Alfonso Durazo –secretario de Seguridad y Protección Ciudadana– aseguró que no se descartará ninguna línea de investigación, pero no se pronunció sobre la existencia o no de esa organización.
“Vamos a investigar a fondo todos los elementos de inteligencia que tenemos. Puedo decirles que hay suficientes elementos de inteligencia como para colaborar de manera muy importante con las instancias responsables de la investigación. La información del fiscal de Chihuahua por supuesto que hay que atenderla y tomarla en cuenta, porque una parte de la investigación está en su espacio y en su responsabilidad, y también la que aquí se ha puesto sobre esta información que se ha compartido con ustedes. Creo que no es momento de descalificar ninguna información. El avance de la investigación irá indicándonos la veracidad de alguna de las hipótesis”, respondió el secretario.
La hipótesis del gobierno federal a la que se refirió Durazo la dio a conocer en esa misma conferencia el general Homero Mendoza, jefe del Estado Mayor de la Secretaría de la Defensa Nacional, y tiene que ver con una disputa territorial entre las bandas de Los Salazar y La Línea.
“Hay un hecho muy relevante que se le está encontrando conexión o vínculos con este evento: a las 03:15 horas del 4 de noviembre, en Agua Prieta, entre miembros de La Línea, que es una organización delictiva con presencia en Chihuahua, y Los Salazar, con presencia en Sonora, tuvieron un enfrentamiento en el cual el C-4 del municipio de Agua Prieta refiere o recibe un reporte sobre detonaciones de armas de fuego. Al lugar acudieron agentes ministeriales, policía municipal y bomberos y localizaron una casa y un vehículo incendiándose. A las 6:10, a las afueras de una funeraria en el citado municipio, se localizó un cuerpo sin vida de un masculino, así como al hospital ISSSTE de esa localidad arribó una persona herida por proyectil de arma de fuego. Este hecho es una de las primeras líneas de investigación que están siguiendo las autoridades de la Fiscalía General del estado.”
De acuerdo con el general Mendoza, “partiendo de esto se asume que la organización delictiva de La Línea, ante esta amenaza –por llamarle así a la intención de Los Salazar de ingresar a Chihuahua–, deciden mandar una célula entre [la zona de] Janos y Bavispe para limitar, como resultado de ese enfrentamiento o de esa confrontación que se está dando de hecho en los límites de ambos estados, deciden enviar una célula y se supone, se asume que esta célula que la envían para detener cualquier incursión o penetración de alguna célula delictiva de Los Salazar hacia Chihuahua, que es a la que se le está atribuyendo la materialización de estas agresiones a la familia LeBarón”.
Esta hipótesis de las bandas enfrentadas coincide con el más reciente mapa del narcotráfico que poseen las autoridades federales. En éste se indica que Los Salazar son un grupo criminal aliado del Cártel de Sinaloa que opera en Sonora, mientras que La Línea está ligado al Cártel de Juárez y tiene control territorial en Chihuahua.
Los datos oficiales
El análisis del narcotráfico más reciente elaborado por el gobierno federal refiere que son 45 cárteles, células y pandillas los que operan en México, entre los que no figuran Los Jaguares. Es decir, esta supuesta banda identificada por el fiscal chihuahuense está fuera del “radar anticrimen” de la administración de López Obrador.
Ni siquiera en el análisis que hizo la entonces Procuraduría General de la República a inicios del sexenio de Enrique Peña, en 2013, se le incluía en la larga lista de 88 cárteles, células y pandillas con presencia territorial.
En el mapeo actual –que da cuenta de 45 grupos–, al Cártel de Sinaloa se le atribuye contar con otras nueve células y pandillas, además de Los Salazar. Se trata de Gente Nueva, que opera en Chihuahua y Sinaloa; Los Cabrera, en Durango y Chihuahua; dos pandillas en Chihuahua: Los Artistas Asesinos y Los Mexicles; en Sonora Los Memos (junto con Los Salazar); en Durango y Coahuila, el Cártel del Poniente y/o de La Laguna y/o Los Bardales; en Baja California, dos células: El Aquiles y El Tigre; y en Baja California Sur, los Del 28.
Respecto del Cártel de Juárez o de los Carrillo Fuentes, se le ubica como aliado de la organización criminal La Línea y la pandilla de Los Aztecas, con las que mantiene bajo su control Chihuahua. Según la DEA, además de ese norteño estado mexicano, el área tradicional de operación del Cártel de Juárez incluye el Oeste de Texas y Nuevo México.
“Aunque no es tan expansivo como el de Sinaloa, el Cártel de Juárez continúa impactando en los mercados de consumidores de drogas de Estados Unidos, principalmente en El Paso, Denver, Chicago y la ciudad de Oklahoma”, indica el informe 2018 National drug threat assessment.
Los dos productos que más trasiega son cocaína y mariguana, aunque también se ha detectado que distribuye heroína y metanfetaminas. La Agencia Antidrogas estadunidense incluso refiere que, desde 2013, ha aumentado significativamente el cultivo de opio ligado a esta organización en regiones de Chihuahua.
Tanto el de Juárez como el de Sinaloa son considerados grandes cárteles, al lado del Cártel Jalisco Nueva Generación, Arellano Félix, Familia Michoacana, Carrillo Fuentes, Beltrán Leyva, Los Zetas, El Golfo y Caballeros Templarios.
De éstos dependen 35 grupos criminales, sea por dependencia directa o por alianzas de protección y de negocios; uno más desertó de las filas de La Familia Michoacana antes de que concluyera el gobierno de Peña Nieto; y, según ese mapa, Jalisco Nueva Generación es el único gran cártel que opera sin células menores ni coaliciones con pandillas. Además, se le ubica como la más poderosa organización al lado del Cártel de Sinaloa e incluso por encima de éste.
Ese grupo delictivo que comanda Nemesio Oseguera Cervantes, alias el Mencho, tiene presencia en Veracruz, Jalisco, Colima, Michoacán, Guanajuato, Nayarit, Guerrero y Morelos, indica la autoridad mexicana; mientras que la DEA le atribuye “presencia en 22 de los 32 estados mexicanos”, y contrabandeo de cocaína, heroína, metanfetaminas y fentanilo a Estados Unidos, considerado el mayor mercado mundial de drogas ilegales. El trasiego se hace por varios corredores a lo largo de la frontera, incluidos Tijuana, Juárez y Nuevo Laredo.
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