La historia de este personaje es sencilla, pero puede dañar al presidente Andrés Manuel López Obrador. Tuvo puestos clave en el SAT, Migración y Gobernación, y a pesar de ser cuestionada su lealtad y especialmente su trabajo honesto al interior de la administración lopezobradorista, se le dejó continuar, al menos hasta septiembre de 2020 que llegaron las primeras pruebas irrefutables de sus malos pasos, y se le pidió la renuncia.
Se trata de Ricardo Peralta Saucedo, un personaje que tras su salida de la administración pública no desapareció, por el contrario, buscó cómo continuar cerca de la 4T y lo consiguió, aseguran que de la mano del líder de Morena, Mario Delgado.
El expediente de inteligencia que se ha ido integrando de él, señala que trató infructuosamente de ser diputado en 2021, pero no tuvo la fuerza para sacudirse los señalamientos tanto de privados como de sus excompañeros en su paso por la administración pública. Pero tuvo una gran idea, crear una organización y la llamó “Alianza Patriótica por la 4T”, y con ella ha seguido navegando por el país, insistiendo en su fidelidad al presidente Andrés Manuel López Obrador.
El problema para el gobierno morenista, es que esta agrupación recabó, en diferentes estados del país, miles de firmas para que se le diera curso legal a la consulta de la revocación del mandato. Y aunque mezcló firmas válidas con irregulares, que abarcaron desde muertos, documentos falsos o ciudadanos que no autorizaron el uso de sus datos, su contribución fue importante en este proceso.
Es un inconveniente o lo será, cuando sea acusado. Al menos por allí avanza el expediente de Peralta Saucedo, en el que ya tiene participación la Fiscalía General de la República.
Los problemas para el exsubsecretario de Gobernación comenzaron en Sinaloa y hace varios meses atrás. Sin querer la DEA se topó con su nombre y luego sus números telefónicos en los seguimientos de investigación que llevaba a cabo. Y fue sin querer, porque investigaba a los aliados y socios del capo de Sinaloa, Ismael Zambada García, “El Mayo”, no a políticos mexicanos.
Se podría decir que la mala suerte del exfuncionario con la DEA comenzó con dos números telefónicos: el que terminan en 419469, y el que tiene los últimos dígitos 489000. Después del primer análisis de conversaciones de los agentes estadounidenses decidieron seguir sus pasos, porque Ricardo Peralta presumía sus relaciones políticas con la 4T con socios de los grupos criminales; mencionaba su influencia para colocar funcionarios en diferentes dependencias y las posibilidades que se abrían para él en 2024, por su apoyo al gobierno de López Obrador.
La sorpresa de la DEA fue que Peralta Saucedo comenzó a contactar a otros personajes importantes de otros cárteles; lo hizo, por ejemplo, con miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Los investigadores fueron ligando más números telefónicos, pero ahora de funcionarios estatales y municipales a los que ha visitado o ha contactado Saucedo Peralta, y con los que se supone está construyendo una red de apoyo. Al menos los agentes antinarcóticos lo ha ido documentando paso a paso.
Las alertas se encendieron aún más, y por eso la agencia compartió la información con sus contactos mexicanos de confianza, porque aseguran que el exsubsecretario ha pedido recursos económicos y prometido la paz en el territorio mexicano, a cambio de beneficios, pero lo ha hecho a los diferentes grupos criminales.
De todo esto ya tienen noticias en Palacio Nacional, las Fuerzas Armadas y la Fiscalía General de la República, habrá que ver si lo investigan a fondo y si otros políticos aparecen. Si no lo hace México, al menos la DEA ya lo tiene en la mira.
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