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domingo, 13 de febrero de 2022

"CUAL DISFRAZ ?": EL DIA que EJECUTARON al CAPO RAMON ARELLANO con TODO y CREDENCIAL de la PGR...a 20 años del asesinato.



El miércoles 13 de febrero de 2002 fue el día en el que se reportó por primera vez sobre una balacera durante el carnaval de Mazatlán entre “agentes ministeriales y tres presuntos miembros del cártel de los Arellano Félix” que había ocurrido tres días antes. 

En el incidente murieron dos criminales y un policía; en la investigación se encontraron, además de un gran arsenal de armas, un par de identificaciones apócrifas la de PGR. Entonces, se ignoraba que Ramón Arellano Félix estaba disfrazado de agente de la extinta Procuraduría General de la República.

Fue hasta 10 días después, que las autoridades comenzaron a hacer públicas sus sospechas sobre que uno de los muertos era nada más y nada menos que una de las cabezas del cártel de Tijuana.

Su asesinato es histórico porque Ramón y Benjamín debutaron en 2000 en la primera lista exclusiva de narcotraficantes extranjeros más buscados por Estados Unidos, que incluso los equiparó en peligrosidad con el terrorista Osama Bin Laden, líder de Al-Qaeda.

Así fue como EL UNIVERSAL publicó la investigación y muerte del narco Ramón Arellano Félix, en febrero de 2002.


La Procuraduría General de la república (PGR) cuenta con indicios de que Ramón Arellano Félix, una de las cabezas del cártel de Tijuana, habría sido asesinado el pasado 10 de febrero en Mazatlán Sinaloa.

Y aunque el procurador general de la República, Rafael Macedo de la Concha, señaló que esa es una de las “hipótesis” que se trabajan, los indicios con que se cuenta apuntan en ese sentido.

“Hay 98% de posibilidades de que muriera en un choque entre miembros de su organización y la que encabeza Ismael El Mayo Zambada (quien trabaja con Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, prófugo de la justicia) por el robo de cargamentos de droga, en el que también fallecieron dos gatilleros y un policía”, se informó.

La PGR investiga anomalías cometidas por funcionarios de Sinaloa en el manejo del cuerpo del narco, del cual se ignora dónde está, aunque sospechan que habría sido llevado a Tijuana.

(Macedo de la Concha dijo que) “hay pistas” para poder localizarlo.

El pasado 10 de febrero se difundió la noticia de un enfrentamiento entre gatilleros y policías estatales –durante el carnaval de Mazatlán- sin embargo, en ese momento no se mencionó que uno de los muertos identificado inicialmente como el agente federal Jorge Pérez López podría ser el narcotraficante Ramón Arellano Félix.

El diario “El Noroeste” de Mazatlán afirmó –en su edición de ayer- que Pérez López es en realidad uno de los 10 hombres más buscados por la DEA, FBI y autoridades mexicanas. La nota citó como fuente una investigación policiaca de Estados Unidos y México.

Según “El Noroeste” de Mazatlán, Ramón Arellano Félix llegó a este puerto el 5 de febrero con el propósito de ejecutar al también narcotraficante Ismael “Mayo” Zambada García, tras recibir información de que éste se encontraba en el lugar para disfruta del carnaval.

Indicó que Ramón Arellano armó una operación para asesinar a Zambada, pero murió el 10 de febrero.
El enfrentamiento

De acuerdo con fuentes de la Procuraduría estatal, el domingo 10 de febrero alrededor de las 10:30 horas tres personas circulaban en un Volkswagen blanco por la calle Rodolfo T. Loaiza, quienes fueron interceptados por cuatro policías ministeriales para detener la unidad como revisión de rutina. 

Los ocupantes del auto compacto no hicieron caso, mostraron sus armas a manera de reto y se introdujeron al estacionamiento del hotel Plaza Gaviotas, en la zona dorada de este puerto.

Uno de ellos se introdujo al hotel y los otros dos salieron a la calle Privada Buganvilias, donde se encontraron con los policías. 

El agente Ángel Antonio Arias trató de acercarse a ellos y se identificó como ministerial, pero lo recibieron a tiros y murió de dos impactos de bala en el abdomen, afirmó Jesús Antonio Aguilar Íñiguez, director estatal de la PME.

También murieron Jorge Pérez López (el supuesto Ramón Arellano Félix), quien portaba una credencial que lo acreditaba como agente clase B federal número 126623 de la PGR, así como Héctor Solórzano Jiménez, quien traía una identificación como agente C de la PGR con número 135840.


¿Dónde está el cadáver? 

El director de Averiguaciones Previas de la Procuraduría estatal afirmó que 36 horas después del enfrentamiento, se presentó una persona del sexo masculino para reclamar el cadáver de Jorge Pérez López y se acreditó como su primo. A las 23:30 horas hizo lo propio una mujer que dijo ser concubina de Quintero Carrisoza, quien se hacía llamar Héctor Solórzano. Aseguró que ambos acreditaron su personalidad con identificaciones, por lo que el agente del MP ordenó la liberación de los cuerpos.

En la funeraria, los trabajadores no quieren dar información y sólo argumentan que ellos no recibieron la orden de entregar el cuerpo a la familia. Agentes de la DEA en San Diego se trasladaron a México para apoyar la investigación.

El cuerpo de quien se ha señalado como el del jefe del cártel de Tijuana, Ramón Arellano Félix, pudo ser cremado horas después de que fue reclamado y entregado a una persona que se identificó como su familia. Esa posibilidad aumentó, debido a informes oficiales que afirman que el día 12 de febrero, fecha en que fueron entregados los cadáveres del presunto jefe del cártel de Tijuana y uno de sus gatilleros, dos cuerpos fueron incinerados en una funeraria de esta localidad.

Autoridades de la Dirección de Averiguaciones Previas de la Subprocuraduría del estado revelaron a EL UNIVERSAL que es un hecho que ambos cuerpos fueron cremados aquí, y explicaron que el objetivo de ello sería facilitar la transportación de los restos del capo del narcotráfico y mantener oculta a rivales la muerte de Ramón Arellano Félix.

En este puerto sólo hay dos funerarias que realizan cremaciones, Aeternus y Renacimiento, en esta última se comprobó con documentación de la empresa que ese día no se cremaron los cuerpos.

En la funeraria Aeternus, los empleados negaron toda información bajo el argumento de que son “confidenciales” los trabajos que efectúan y que sólo a las autoridades se les proporcionan estos datos.

Mientras que agentes de la Unidad Especializada en Delincuencia Organizada (UEDO) siguen investigando cómo se hizo la entrega de los cadáveres, y se informó que se tiene contemplado llamar a declarar a funcionarios de la Procuraduría estatal que aparentemente facilitaron los trámites para la devolución de los cuerpos.

Los agentes federales tratan de identificar a la persona que se presentó desde el 11 de febrero a reclamar como familiar el supuesto cadáver de Ramón Arellano Félix, y en especial buscan a un taxista que trasladó desde el aeropuerto a la funeraria Calderón al presunto primo que reclamó el cuerpo, además de acompañarlo a realizar diversos trámites para la presunta incineración.

Exigieron confidencialidad

En la funeraria Calderón, donde se practicó la autopsia a las víctimas de la balacera del 10 de febrero pasado, se indicó que las autoridades estatales y federales les exigieron no dar más informes sobre el caso, luego de que varios de los empleados han sido sometidos a interrogatorios por agentes policiacos.

Se ignora el paradero

A juicio de juristas, se cometió un error administrativo por parte del agente del MP que libró la autorización de entrega de los dos cadáveres, sin tener certeza de si identidad, ya que sin los cuerpos no se puede realizar estudios de perfiles antropológicos y de sangre que permitan certificarlo.
Ramón no ha muerto, asegura su hermana

En Tijuana, Enedina Arellano Félix Toledo, hermana de Ramón Eduardo Arellano Félix, aseguró ayer que su hijo (sic.) “no está muerto” e indicó que la persona que aparece en la foto que ha circulado en casi todos los diarios del país “sí es Ramón, pero está vivo, no lo mataron”. 

"Rápida y discreta”, cremación del supuesto capo del narco

26 de febrero de 2002

En menos de dos horas y media, el cuerpo de quien se identifica como Ramón Arellano Félix quedó reducido a cenizas. A las 23:20 horas, en una urna de acrílico, color blanco y con una virgen grabada en el costado, Alexandro Malagón, empleado de la funeraria “Calderón”, recogió lo que quedó de quien se cree es jefe del cártel de Tijuana.

Las cenizas fueron entregadas por el empleado de la funeraria a José Celestino López López, descrito como un hombre delgado y hosco, quien se identificó como “primo” de Jorge Pérez López, nombre que aparece en la credencial falsa de la PGR que usaba el presunto Arellano Félix.

De acuerdo con el expediente de la averiguación previa 12/2002 de la Agencia del Ministerio Público Especializada en Homicidios Dolosos, al cual tuvo acceso EL UNIVERSAL, la entrega y cremación de los cadáveres cumplió con los requisitos. Pero hay un detalle que no incluye el expediente: el misterioso hombre que reclamó el cuerpo ordenó que todo se hiciera con rapidez y discreción. Todo eso se cumplió al pie de la letra. 

Así, la historia consignada en la averiguación previa es la siguiente: 

Un día después del tiroteo donde se presume murió RAMÓN Arellano Félix, un solitario hombre se presentó a la Agencia del Ministerio Público Especializada en Homicidios Dolosos. Se identificó como José Celestino López López.

Su intención de recoger el cadáver de Jorge Pérez López, quien dijo era su “primo”, fue inmediatamente comunicada a la fiscal María Dolores Guadalupe Guzmán Ramírez.

Al filo de las 23:30 horas, es decir, en menos de seis horas tras la petición de entrega del cadáver, Guzmán Ramírez hizo entrega del cuerpo al misterioso José Celestino López López. En el informe oficial sólo se consigna que el citado hombre se identificó plenamente como “primo” del occiso.

José Celestino López López, se describe como un sujeto que no deseaba hablar y se mostraba impaciente en todo momento.


El médico legista, Jorge Aarón Barraza López estableció la causa de muerte del presunto Ramón Arellano Félix. El especialista fijó las 10:45 horas como la hora de la muerte de quien se cree es el jefe del cártel de Tijuana y estableció que ello se debió a un traumatismo craneoencefálico expuesto por proyectil de arma de fuego.

Ya con el documento de la entrega oficial del cuerpo de su “primo”, el misterioso hombre pidió a la funeraria “Calderón” hacerse cargo del resto de los trámites. 

Al empleado de la funeraria, Alejandro Malagón, se le encargó llevar a toda prisa los cuerpos para su cremación a Aeternus. Se le dio un cheque por 11 mil pesos para pagar la cremación de los dos cuerpos. 

Al entregar los documentos al gerente de Aeternus, nada faltaba, todo estaba en orden.

En la funeraria donde se haría la incineración de los cuerpos se preguntó si los familiares de los dos muertos acudirían a esta. La respuesta fue no.

El turno para incinerar el cadáver del presunto Ramón Arellano Félix fue a las 21:20 horas. Se le colocó en la banda eléctrica. Se programó desde el tablero electrónico el encendido y en menos de dos horas y media el cuerpo de quien se cree era el jefe del cártel de Tijuana quedó en cenizas. 

DEA supo primero del caso Arellano

27 de febrero de 2002

Nueve días después de la balacera en la que presuntamente murió Ramón Arellano Félix, la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) puso sobre aviso a las autoridades mexicanas respecto a la posibilidad de que una de las víctimas fuera el jefe del cártel de Tijuana.

La DEA pidió, mediante un documento oficial, colaboración para tener muestras de sangre, tejido y fotografías, así como otros elementos que permiten verificar si el mayor de los hermanos Arellano Félix habría muerto en ese tiroteo. 

De acuerdo con informes contenidos en la averiguación previa 12/2002, se establece que todos los elementos de identificación fueron entregados a la DEA.

El expediente del caso confirmó que la DEA supo primero de la posibilidad de que Ramón Arellano Félix hubiera muerto en el tiroteo.


Hallan errores en pesquisa sobre balacera en Mazatlán

28 de febrero de 2002

La Unidad Especializada en Delincuencia Organizada (UEDO) encontró diversos errores y deficiencias en la investigación e integración de la averiguación previa 12/2002 sobre la balacera en la que presuntamente murió Ramón Arellano Félix, como el cometido en el certificado de defunción donde se indica que quien se cree era el jefe del cártel de Tijuana murió a causa de los impactos de bala que recibió en el pecho, cuando está comprobado que los disparos que lo mataron los recibió en la cabeza y en un glúteo.

La investigación del UEDO sobre cómo y quiénes elaboraron e integraron pruebas y testimonios del expediente sobre la balacera del 10 de febrero pasado, arrojó ya también que son falsos los datos que presuntamente proporcionó el “primo” que reclamó el cuerpo del supuesto Arellano Félix, José Celestino López López, para elaborar el certificado de defunción, así como los datos que proporcionó sobre su residencia en Guadalajara, Jalisco. 

Ante ello, los funcionarios e investigadores encargados de integrar la averiguación previa citada y a la cual tuvo acceso EL UNIVERSAL, están ya declarando para determinar si estas inconsistencias en el expediente son o no producto de actos ilegales, con los cuales se intentó desviar el caso y archivarlo sin mayor problema.

Los dictámenes periciales de balística, toxicológicos y de necropsia consultados revelan que quien se cree era Ramón Arellano Félix, al igual que uno de esos pistoleros, Efraín Quintero Carrisoza, dispararon sus armas y no se encontraba bajo los efectos de drogas o de bebidas alcohólicas, de acuerdo con la averiguación previa 12/2002.

Respecto del certificado de defunción del presunto Arellano Félix, con número de folio 982202595, el documento señala que la muerte de éste se debió a un “shock hipodérmico debido a una laceración pulmonar y renal por proyectil de arma de fuego”, según lo determinó el médico legista Jorge Aarón Barrazza.

En contraste, el certificado de defunción de Efraín Quintero Carrisoza, gatillero de acompañaba al supuesto Ramón Arellano Félix, la causa de muerte se estableció como un traumatismo craneoencefálico expuesto por proyectil de arma de fuego, y está firmado por el mismo médico legista. Un detalle más que llamó la atención de los investigadores es que el número del folio salta y éste está marcado con el número 982202400, es decir, hay una diferencia de 194 casos con respecto del número de folio del certificado del supuesto jefe del cártel de Tijuana.

fuente.-

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