Ocho años después de su presunta participación en la ola de terror que azotó a Nuevo León, cuando era líder de una célula del grupo del narcotráfico conocido como Cártel del Golfo (CDG), Yahir Pérez López, el Chicano, regresó a un penal de dicha entidad para ser juzgado por su implicación en las ejecuciones de celadores y policías en el 2011 en el extinto penal de Topo Chico.
A este narcotraficante se le adjudican al menos 21 asesinatos entre ellos el registrado en contra de Julio César Guzmán Valdez, entrenador de la Asociación de Futbol Americano Infantil de Monterrey A.C. (AFAIM), perpetrado en el municipio de San Nicolás de los Garza; así como el de la policía del municipio de Allende, una mujer de nombre Éricka Ledezma Ruiz.
Otro de los casos por los que es recordado es porque era pareja sentimental de Gabriela Elizabeth Muñiz Tamez, la Pelirroja, líder de una banda de secuestradores y quien el 27 de diciembre de 2010 fue secuestrada durante un traslado del penal de Topo Chico a un hospital y aunque se creía que lo ocurrido había sido para liberarla, días después fue encontrada colgada semidesnuda en un puente peatonal y de un puente peatonal.
La mujer de 31 años quien había sido detenida en el 2009 e internada en la penitenciaría estatal, tenía pintada al momento de su muerte en el pecho y espalda las letras negras la palabra Yair.
Desde ese entonces, el Yahir estuvo preso en un penal del estado de Sonora, pero ahora regresará al lugar en donde sembró el miedo debido a la violencia con la que operaba.
Aunque nunca se confirmó oficialmente, también hay versiones sobre que él mismo estuvo detrás de su propia pareja, la Pelirroja.
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