- “Ese hombre [Peña Nieto] y ese gobierno dijeron: ‘nosotros tomamos la responsabilidad sobre las víctimas’, cosa que no había hecho Felipe Calderón, se había negado a hacerlo. Destraban la Ley de Víctimas, dicen que van a cambiar la realidad, que van a cambiar la estrategia de seguridad.
- Peña Nieto entra y nos da la Ley de Víctimas, cumple su palabra, pero después no la sigue. Entonces, Peña Nieto ha hecho algo tan terrible como Calderón; Calderón dijo: ‘Se están matando entre ellos, son bajas colaterales, son cifras’. Este gobierno dice algo peor: ‘Ya no existen’”.
Mexico D.F 20/Ago/2014 El actual mandatario del país tiene un antecedente que no puede olvidarse a la luz de la actual política de comunicación de su gobierno, respecto a las cifras de la violencia. El 5 de septiembre de 2011, cuando emitió su último informe como Gobernador del Estado de México y ya prácticamente con la candidatura presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en las manos, le mintió a los mexiquenses.
Una investigación de The Economist, el semanario político y económico de referencia internacional, desmintió los avances en la materia que presumió en su discurso el entonces aclamado priista: “la afirmación es absolutamente falsa”. La revista británica planteó: “Los números que aparecen en el Informe del Sr. Peña son en realidad las cifras oficiales, pero no hacen mención de una revisión estadística de 2007, que vio reducir a la mitad la tasa de asesinatos durante la noche. Se puede ver un desglose, mes por mes en el sitio web del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), un organismo federal. Si se compara diciembre de 2006 contra enero de 2007, cuando se introdujo la nueva metodología, se verá que el número de asesinatos en el Estado de México por arte de magia se redujo en 62 por ciento en el lapso de un mes”.
Ante la evidencia, a Enrique Peña Nieto no le quedó otra que reconocer, días después, reconoció que las cifras que exhibió en su último informe de gobierno no tomaron en cuenta el cambio metodológico en la medición de homicidios dolosos, con lo cual confirmó que no logró disminuir ese índice a la mitad. Este antecedente se suma a los reclamos de distintas organizaciones civiles, nacionales y extranjeras, que han pedido al actual gobierno federal transparentar las cifras de la violencia en México y no esconderlas bajo el pretexto de “no hacer apología de la violencia, para tener así un padrón real que dimensione la tragedia.
El país vive entre homicidios, secuestros, cobros de piso, extorsiones, robos de autos y casas habitación, trata de personas, feminicidios… Todo aderezado, además, por una crisis en el respeto a los derechos humanos, que denuncian desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hasta los grupos civiles nacionales y locales. Ayer, el presidente del Observatorio Nacional Ciudadano, Francisco Rivas Rodríguez, volvió a poner el dedo en la llaga de la desconfianza en este gobierno al exigir que por lo menos nueve estados del país aclaren sus metodologías para contabilizar los delitos derivados de la violencia en el país. El Estado de México, Michoacán, Morelos, Guerrero, Tamaulipas, Tabasco, Sinaloa, Veracruz y Coahuila “son los que con mayor consistencia han tenido problemas en el registro y son estados donde la problema del delito es manifiesto”, expresó el titular de ese organismo. “Estos números son números que están elaborados de una manera que no nos han permitido poder decir que los cambios en México se han logrado(…) son inconsistentes y nos hace preguntarnos con qué información estamos contando para poder afirmar con toda contundencia que sí hay una reforma sustancial”, expuso Rivas Rodríguez, quien mostró las diferencia entre las cifras estatales, las del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) y las que aporta el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Es decir, nadie, por falta de voluntad y porque los intereses políticos están antes que reconocer que no se está cumpliendo con la palabra y las estrategias no están dando resultado, es capaz de decir la verdad. La opción más rentable, además, es ocultar la realidad, lo que evidencia que nuestro problema en materia de seguridad es una dimensión aún desconocida. Javier Sicilia Zardain, líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, ha acusado en repetidas ocasiones al gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto de esconder las cifras sobre la cantidad real de víctimas por homicidios dolosos y del número de desaparecidos, para sólo dar cuenta de las averiguaciones previas. El activista lo dijo por lo claro desde hace algunos meses: “Ese hombre [Peña Nieto] y ese gobierno dijeron: ‘nosotros tomamos la responsabilidad sobre las víctimas’, cosa que no había hecho Felipe Calderón, se había negado a hacerlo. Destraban la Ley de Víctimas, dicen que van a cambiar la realidad, que van a cambiar la estrategia de seguridad. Peña Nieto entra y nos da la Ley de Víctimas, cumple su palabra, pero después no la sigue. Entonces, Peña Nieto ha hecho algo tan terrible como Calderón; Calderón dijo: ‘Se están matando entre ellos, son bajas colaterales, son cifras’. Este gobierno dice algo peor: ‘Ya no existen’”.