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martes, 20 de octubre de 2020

"CHECATE el DATO": LA "MUERTE por COVID_19 TRAE CHAMBA pero las CIFRAS TRAEN TRUCO"...los de atínale al pico las prostituyen y maquillan.


La cifra de variación de decesos estimados entre semanas epidemiológicas que la Secretaría de Salud presenta cada domingo, y en la que se sostiene la idea sobre la disminución de fallecimientos por Covid-19 en el país desde finales de agosto, es engañosa, ya que no refleja el comportamiento real de la epidemia durante ese periodo, y que en todos los casos resulta menor a lo anunciado por las autoridades federales.

Alejandro Cano, ingeniero químico con publicaciones en la Universidad de Berkeley y el Instituto Tecnológico de Massachusetts, graficó las variaciones entre las defunciones por Covid-19 reportadas en la base de datos de la Dirección General de Epidemiología (DGE) y las estimaciones presentadas durante las conferencias vespertinas, lo que permite observar el ajuste real de estos datos.

Por ejemplo, José Luis Alomía, titular de la DGE, dijo el domingo 11 de octubre que, entre las semanas 39 y 40 se registró una disminución de 49% en las defunciones estimadas para ese lapso; sin embargo, Ruy López Ridaura, director del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece), corrigió esta cifra y la ajustó a sólo 24%, una reducción de 25 puntos respecto a la proyección original de siete días atrás.

El problema es que incluso esa cifra no se ajusta a la realidad que muestran los datos del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave), y que sitúan esta variación en 12 por ciento, al registrar 273 muertes menos en los periodos comparados, en lugar de las 546 anunciadas por la Secretaría de Salud el día de ayer, y de las mil 115 reportadas por Alomía durante la conferencia del 11 de octubre.

Pero este desajuste en la información no es casual, y se debe principalmente a la decisión de contar las muertes por la fecha en que los pacientes iniciaron síntomas, y no por cuando ocurrieron estos hechos, lo que da la sensación de una mayor disminución a la real, ya que a este retraso se suma el de ingreso al sistema, lo que provoca que las cifras de la conferencia no reflejen la situación completa de la epidemia en el último mes.

Las gráficas de seguimiento que Alejandro Cano elaboró para medir este desfase, demuestran que el retraso entre el inicio de síntomas y la ocurrencia de una muerte es en promedio de 12 días, a lo que hay que sumar entre dos o tres semanas para que el deceso sea ingresado en el sistema, por lo que los datos son poco confiables y las grandes disminuciones anunciadas por la Secretaría de Salud se diluyen en el tiempo hasta llegar por debajo del 15 por ciento. 

fuente.-


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