Contrabando de mercancías, evasión de impuestos en procesos de importación y trasiego de productos ilícitos en el país tienen otro motor: la renta de patentes de agentes aduanales, de acuerdo con testimonios de los propios integrantes del gremio.
—¿A quiénes se les rentan? —se pregunta a Gerardo González, agente aduanal desde hace casi 30 años, y quien, de tiempo atrás y mediante cartas, ha intentado compartir estas anomalías a autoridades involucradas.
—A coyotes, a supuestos representantes de empresas, a cualquiera que llegue al precio.
—¿A la mafia?
—Cabe todo…
El agente aduanal es un particular a quien el Servicio de Administración Tributaria (SAT) autoriza realizar trámites de despacho aduanero mediante una patente o permiso. Una especie de notario en todas las exportaciones e importaciones. No hay proceso de comercio exterior, permitido o ilegal, en el cual no participen.
Operan en México alrededor de mil: la Confederación de Asociaciones de Agentes Aduanales de la República Mexicana (CAAAREM), agrupación gremial más representativa, tiene registrados 830.
Tras las publicaciones de Crónica sobre el ingreso ilegal de artículos y abuso de programas sectoriales como IMMEX, agentes aduanales adscritos a distintos puntos del territorio y especialistas en el tema denunciaron el modo de operación.
“Los agentes muchas veces no ejercen, sólo firman y rentan su patente a un tercero, lo más peligroso es que ese arrendatario puede cometer delitos como contrabando”, cuenta Carlos Sánchez, asesor aduanero con especialización en empresas IMMEX, algunas de las cuales no operan o introducen de forma tramposa mercancía ilegal.
“Todas esas IMMEX fantasma se manejan a través de una patente rentada por un agente, ahí comienza la cadena de corrupción, y sigue en Secretaría de Economía, SAT y Aduanas”.
PROHIBICIÓN. El artículo 165 Fracción VI de la Ley Aduanera prohíbe a los agentes “permitir el uso de cualesquiera de los derechos consignados en la patente por un tercero”.
—¿Cuál es el interés por rentarlas? —se le pregunta a Manuel Hernández, otro agente.
—Hay mucho billete de por medio, hay enfermos de dinero. Los pedimentos aduaneros son como un número de escritura con los que puedes meter todo o bajarle el precio a las mercancías, por eso tanta subvaluación.
—¿En cuánto se rentan?
—Son cantidades fuertes y variables, dependen del volumen que quieran traer los coyotes. Pero el negocio alcanza para corromper a todos los actores: agentes y funcionarios. Rentas y ni sabes qué hacen con las patentes.
Bajo esta modalidad fraudulenta, los movimientos clandestinos se multiplican en las Aduanas: en Nogales, por ejemplo, donde están autorizados una veintena de agentes, se ha detectado la intervención en los despachos aduaneros de un centenar de operadores. Y así, en todas las plazas…
“A quien le rentas se le dan folios de pedimentos; al darlos, es como si le giraras cheques en blanco. Las IMMEX anómalas o cualquier trampa en comercio exterior, necesita cómplices. Si el que renta está en contubernio con alguna red, puede hacer una infinidad de cosas”, describe González.
—¿Cómo qué?
—Cuando exportas, por ejemplo, pasas el pedimento por un módulo y te sometes a la selección aleatoria de semáforo: rojo o verde. Si es rojo, haces a un lado el contenedor o tráiler, descargas y se hace el reconocimiento aduanero. Cuando un IMMEX o cualquier importador trabaja con un agente aduanal fantasma, que renta su patente, predominan los sobornos al agente del módulo o plataforma y se hacen pedimentos también fantasma, que sirven para cancelar importaciones temporales.
—En IMMEX es obligación retornar la materia prima transformada…
—Sí, pero en realidad los productos se quedan en México sin pagar impuestos ni nada, porque hubo contubernio con un agente aduanal. La renta es un cheque al portador, se puede importar lo que sea, hablo de todo: hacen pedimentos por tal o cual cosa, van y lo arreglan todo con el módulo de importación: ´ahí viene tal vehículo, ten tu moche y que me toque el verde´.
Algunas plazas consideradas puntos rojos son Tijuana, Manzanillo, Tuxpan, Guaymas, Nuevo Laredo, Ciudad Juárez y el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
“Hay que concientizar a las maquiladoras que están trabajando con coyotes, ¿recurren a ellos porque son iguales? Siempre hay transas de por medio. Por esas compañías y agentes se le pega a quienes actúan derecho. Los agentes debiéramos ser mecanismos de control del comercio, no corruptores; es nuestra responsabilidad checar quiénes son nuestros clientes y pedimentos”, refiere la agente María Moreno.
En el terreno de las propuestas, el especialista Alberto Carlos Sánchez sugiere una depuración del padrón con la colaboración de las Confederaciones gremiales, “para cotejar cada una de las patentes, detectar cuáles se rentan y separar los malos de los buenos; el monstruo es muy grande, falta un golpe de timón”.
Los agentes aduanales, dice González Guerra, “se pueden volver guardianes de los intereses del país y del gobierno federal. ¿Para qué venden sus firmas?, ¿en manos de quién caen los pedimentos? Muchos problemas se terminarían si el SAT nos alineara. Es mejor ir derecho y vivir tranquilos”.
—¿Qué hacer entonces?
—Hay que cancelar las patentes nacionales que permiten operar en tres aduanas distintas a las de adscripción; que se trabaje en una sola aduana. Y que se nos jale uno por uno, no somos tantos. El gobierno tiene las herramientas tecnológicas para encarrilarnos y toda nuestra información fiscal, hay modo de rastrearnos, saben para cuántas empresas trabajamos, con una es suficiente, ¿para qué tener 20 o 30? Sólo para hacer negocios...
fuente.-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu Comentario es VALIOSO: