La elección por urnas en el Poder Judicial ha generado un profundo desorden institucional, reduciendo a la mitad los jueces y magistrados de carrera, lo que anticipa una grave crisis de capacidad y experiencia en la resolución de los más de medio millón de casos federales pendientes.
Impacto inmediato en la estructura
Solo 830 de las 1,711 plazas seguirán ocupadas por juzgadores designados vía concurso de oposición previo a la reforma, mientras que el otro 50% será reemplazado por suplentes o recién electos, muchos de ellos sin experiencia judicial previa. Esta transición fulminante debilita notablemente la continuidad y calidad del servicio judicial, dado que gran parte de quienes dejan su cargo son magistrados veteranos de circuito.

Vacantes y suplencias
De las 863 plazas sorteadas para elección:
- 487 preferirieron renunciar, jubilarse o declinar participar.
- 376 concursaron en la elección; solo 80 resultaron vencedores, es decir, apenas el 21% de quienes participaron, y los 296 restantes deben abandonar sus cargos según mandata la Constitución.
En paralelo, 98 plazas de jueces y magistrados (no sorteadas para elección aún) estarán vacantes hasta 2027, y deberán ser cubiertas por secretarios en funciones durante dos años, lo que jamás había sucedido por lapsos tan prolongados.
Consecuencias sobre la carga de trabajo
Ya existen 552,800 expedientes federales en trámite: un crecimiento del 25% en relación al año anterior, al que se suman más de 50,000 casos laborales (58% más que hace un año). La salida masiva de juzgadores experimentados profundiza el rezago, pues los suplentes y nuevos jueces requieren tiempo para adaptarse y resolver los procesos acumulados.
Improvisación y riesgos de gobernabilidad
La mitad de los juzgadores a partir de hoy serán improvisados —muchos sin experiencia judicial, ya sea porque provienen de otros organismos o por ser abogados sin trayectoria jurisdiccional— lo cual augura fallos erráticos, menor capacidad de gestión y una reducción en la solidez jurídica de las resoluciones. El sistema judicial opera ahora con enormes lagunas institucionales y una carga operativa sin precedente, propiciando el colapso parcial de la administración de justicia federal.
Proyección a mediano plazo
El escenario descrito pronostica no solo una sobrecarga administrativa y jurídica, sino también una posible pérdida de confianza ciudadana en el Poder Judicial, pues miles de litigios quedarán a merced de personal no profesionalizado o en formación, con elevados márgenes de error y parcialidad.
Por que del Titulo :
“HOY INICIA EXPERIMENTO SALDO de ACORDEONES”: “CON 50% de IMPROVISADOS y 552 MIL CASOS SIN RESOLVER ARRANCA la ERA de la JUSTICIA CUATRERA”…serviran a dos amos y ya sabemos a quienes les van a quedar mal.

Nuestro encabezado busca capturar con precisión el núcleo crítico que se ilustra ademas en la caricatura: el reemplazo masivo de jueces y magistrados experimentados por improvisados marca el inicio de una “justicia cuatrera”, caótica y sujeta a intereses ajenos a la legalidad y profesionalismo.

El saldo de más de 552 mil casos rezagados y la improvisación en el 50% del Poder Judicial abren un escenario donde la promesa de “servir al pueblo” es solo retórica, pues la realidad apunta a una justicia que tenderá a fallar tanto contra los ciudadanos como en favor del poder de turno—los dos “amos” a los que la nueva judicatura dice responder.
Servir a dos amos
La caricatura desnuda la trampa detrás del discurso oficial: la supuesta transición de un Poder Judicial “al servicio de intereses particulares” a uno “para el pueblo” es un giro semántico hueco, ya que el pueblo se convierte retóricamente en “el gobierno” mismo. Así, los juzgadores electos quedan atrapados entre la presión de la legitimidad popular—en la práctica, controlada por el aparato gubernamental—y la desatención a la real pluralidad de conflictos sociales e individuales que llenan los tribunales.
Desorden y desprotección de derechos
La narrativa de nuestro título—“justicia cuatrera”—expone la pérdida de orden judicial, experiencia y garantías procesales. No solo habrá desorganización interna y rezago, sino que la ciudadanía queda desprotegida frente al abuso de poder, pues la Corte queda “sin defensor para tus derechos” cuando el gobierno arremeta contra el ciudadano. El “experimento” pone en riesgo la neutralidad e imparcialidad judicial, y aunque jure servir “al pueblo”, resulta evidente que sus resoluciones quedarán mal con ambos: el ciudadano y el propio sistema de justicia.
Síntesis del mensaje
Nuestro argumento y el cartón como argumento coinciden: el “experimento” judicial, con un 50% de improvisados y un rezago abrumador, conduce a una justicia incapaz de servir adecuadamente ni al pueblo ni al individuo, perpetuando el desorden y la desconfianza. El Poder Judicial, ahora en manos de jueces y magistrados electos sin carrera, “servirá a dos amos” y—como se advierte—lamentablemente “ya sabemos a quiénes les va a quedar mal”, a los que no los pusieron y que llaman pueblo.
En conclusión, el “experimento” de la elección por urnas amenaza con paralizar el sistema judicial, desbordar aún más el rezago y comprometer seriamente no solo la impartición de justicia en México,tambien su independencia, pues para servir al amo,Morena,le van a quedar mal a los ciudadanos.













