El mensaje oficialista de Morena,pronunciado ayer por la lideresa estatal e ilustre desconocida Ma. Guadalupe Gómez Nuńez, busca blindar al gobierno de Américo Villarreal recurriendo a la descalificación y la evasión, en vez de encarar con honestidad las severas fallas de seguridad que afectan a Tamaulipas,tras el asesianto del ex-alcalde de Burgos,Jorge Eleazar Galvan Garcia que se suma a la larga lista de crímenes sin resolver.
Este tipo de retórica, lejos de defender honra pública del gobierno manchado, se convierte en un ejercicio de distracción y culpabilización de adversarios. Mientras el Estado enfrenta el asesinato de un ex alcalde, el partido oficial redirige la indignación pública señalando supuestas campañas de “percepción” y reviviendo agravios de sexenios previos, en vez de exigir resultados y rendición de cuentas al actual gobierno frente a la violencia e impunidad que persisten, pues en todos los casos todo queda impune.
Mecanismos de defensa y ausencia de autocrítica
Lejos de condenar con firmeza la inoperancia de la administración de Villarreal en temas de seguridad y justicia, Morena opta por acusar al PAN de “politizar” el crimen. Esta postura se muestra incongruente: evita cuestionar a sus autoridades, ocupar espacios de auténtica exigencia ciudadana y dar prioridad a las víctimas.
La retórica oficialista traslada siempre la culpa a gobiernos pasados, buscando diluir su responsabilidad en el deterioro de la paz pública. Es esta actitud, sobre todo cuando se aferra al cliché de “ataques mediáticos” y “orquestaciones externas”, la que confirma la incapacidad o desinterés de los gobernantes actuales para responder a las verdaderas causas que cobran vidas en Tamaulipas bajo el gobierno de Morena de Americo Villarreal,recien fichado por «NARCOPOLITICO».
Uso faccioso del discurso
Utilizar términos como “campaña de percepción” y acusar a redes sociales o a los medios de crear “sensación de inseguridad” constituye una forma gastada de manipulación que trata de encubrir carencias estructurales del gobierno en materia de seguridad y justicia. El mensaje oficial no asume ninguna autocrítica ni propone investigaciones a fondo de lo sucedido bajo la administración actual, sino que simplemente reitera discursos del pasado y deja de lado la exigencia urgente que la sociedad tamaulipeca merece.
Nunca se defiende la honra de una narco administración ignorando la realidad ni persiguiendo fantasmas del pasado. El verdadero agravio para el pueblo de Tamaulipas es que, frente a la tragedia, sus gobernantes no hablen de soluciones, resultados y responsables, sino que perpetúen el círculo vicioso de culpas y promesas vacías.
Con informacion: HoyTamaulipas/
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