La quinta visita del gabinete de seguridad federal a Sinaloa, lejos de ofrecer resultados sólidos, ha dejado a los ciudadanos una especie de terapia de frustración grupal, acompañada de estadísticas que no alcanzan a tapar el desgaste y la desconfianza que se respira en las calles.
Balance crudo: ¿Soluciones o resignación?
Durante el periodo del 9 de septiembre de 2024 al 21 de septiembre de 2025,de acuerdo con Noroeste, los números pintan una realidad que ni la retórica oficial logra suavizar: 2,044 homicidios dolosos (5.4 diarios), 2,009 personas privadas de la libertad (5.3 diarios), 7,308 vehículos robados (19.3 diarios), 1,733 personas detenidas (4.6 diarios) y 116 personas abatidas[1]. Las cifras parecen una montaña rusa de terror cotidiano para quienes sobre_viven aquí.
La ceremonia del gabinete: catarsis sin terapia
Este martes, una vez más, los funcionarios federales vuelven a reunirse en Sinaloa, ahora ante directivos de medios de comunicación, repitiendo el ritual “quincenal” que la Presidenta Claudia Sheinbaum instauró. El desfile de secretarios y mandos militares en la Base Aérea Militar #10 roza la teatralidad: mucha forma, poca sustancia. La fórmula es la misma: un encuentro formal, declaraciones huecas y el saldo del día—aunque se inviten empresarios y se dé acceso especial a la prensa—, la narrativa sigue sin pasar la prueba de la vida real.
¿Qué pagan los ciudadanos?
Lo que se factura es inseguridad, miedo, indignación. Los ciudadanos reciben promesas impagables, una retahíla de resultados insatisfactorios y, por si faltara, el eco de una administración que repite la misma escena: mucho discurso, poca autocrítica y un saldo que ni abona ni paga. Sinaloa, atrapada entre las cifras y los rituales políticos, sigue esperando que la terapia deje de ser grupal y se convierta en acciones que realmente sanen—no sólo contengan—la frustración.
El por que del titulo
Nuestro encabezado busca el tono, enfoque y contexto: capta perfectamente la frustración ciudadana ante las constantes giras de alto nivel en Sinaloa sin resultados realmente satisfactorios, resaltando la puesta en escena oficialista frente a promesas reiterativas y avances que no convencen a la sociedad.
Contexto relevante
- El gabinete federal de seguridad ha realizado visitas frecuentes a Sinaloa, donde insisten en reforzar estrategias, prometen más patrullas, mayor tecnología y frecuentemente destacan cifras de decomisos y detenciones.
- Sin embargo, ni la percepción de inseguridad ni los indicadores de violencia han mostrado mejoras sustanciales, y la población sigue enfrentando episodios graves de violencia incluso durante estas giras oficiales.
- El formato de “terapia de frustración grupal” resulta apropiado para describir reuniones donde funcionarios con todo el poder operativo no pueden entregar resultados satisfechos, y la ciudadanía recibe promesas reiteradas mientras la crisis de violencia se mantiene plenamente vigente.
El titulo busca conceptuar el desencanto colectivo y la naturaleza performática del evento, alineándose con la realidad informativa y el pulso público en Sinaloa.
Dinámica empresarial vs gobierno
La iniciativa privada ya los habría corrido porque en el sector empresarial, el desempeño está ligado a resultados concretos y medibles, no a promesas ni reportes maquillados. Si en una empresa los altos directivos no entregan mejoras, reducen pérdidas o cumplen metas, simplemente se quedan sin empleo: nadie tolera juntas interminables y diagnósticos recurrentes que no se traducen en soluciones reales.
- En la iniciativa privada, si un equipo directivo no logra contener una crisis—o incluso la agrava—el consejo de administración ejerce presión inmediata para renovar el liderazgo, sin importar antigüedad ni galones.
- Las empresas privadas dependen de resultados para sobrevivir; si los encargados de seguridad fueran directivos de una corporación, la alta rotación sería el reflejo natural ante la falta de cumplimiento de objetivos de seguridad y protección.
Quien ocupa una silla importante sabe que los accionistas exigen evidencias, no discursos. Si las cifras en Sinaloa siguen mostrando violencia y miedo, en cualquier CEO su puesto estaría en juego antes de la siguiente junta trimestral.
Con informacion: NOROESTE/

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