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domingo, 28 de septiembre de 2025

«SIGUEN SACANDO CUENTAS del VUELO FANTASMA de BERMUDEZ»: «DUDAR es de GENTE INTELIGENTE y DUDAR del GOBIERNO es MAS INTELIGENTE AUN»…esperemos que las mentiras de Sheinbaum y el segundo piso,mueran jovenes.


Dudar es un ejercicio inherente a la inteligencia crítica y es la base del verdadero periodismo, especialmente frente a estados con un historial en prácticas opacas y desinformación sistemática. El libro “State-Sponsored Disinformation Around the Globe”,(“Desinformación patrocinada por el Estado alrededor del mundo”) por Echeverría, García Santamaría y Hallin, documenta cómo los gobiernos democráticos y autoritarios recurren a la manipulación, disimulo y ocultamiento como herramientas cotidianas de poder. Negar espacio a la duda —esa palanca intelectual que detiene la complacencia y el conformismo— solo genera sociedades vulnerables ante la mentira oficial y abre la puerta a la impunidad.

Por qué dudar es inteligente

Dudar permite someter las versiones oficiales al crisol de la razón y la evidencia, evitando la sumisión ciega ante el relato del poder. Tal como enseñan los clásicos del periodismo, la duda es la defensa última contra el adoctrinamiento y la propaganda: solo quien se pregunta puede descubrir las contradicciones, las zonas de silencio y las “casualidades” sospechosas que suelen esconder la corrupción institucional. Una democracia sana exige periodistas que desconfíen, cuestionen y reconstruyan la realidad más allá del comunicado gubernamental.

Fundamentando la desconfianza: disinformación patrocinada por el Estado

El libro expone ejemplos de cómo la opacidad y la manipulación desde la estructura estatal son moneda corriente: omisión de datos, justificación de mecanismos ilegales, ocultamiento de información pública y silencios prolongados en casos incómodos. En este entorno, la duda se justifica aún más cuando los gobiernos reservan información clave por años, eluden respuestas concretas o introducen argumentos que se contradicen con los hechos, características que no solo legitiman sino que exigen una posición irreverente y desafiante por parte del periodismo.

El vuelo de Hernán Bermúdez: las sospechas son mandato profesional

El periodista Héctor de Mauleón —maestro de la irreverencia y la desconfianza profesional bien sustentada— despliega, en su mas reciente videocolumna, un catálogo de motivos para sospechar del gobierno de Claudia Sheinbaum,el “extraño vuelo” de Hernán Bermúdez. Repasemos el sainete oficial:

  • Bermúdez, exsecretario de Seguridad de Tabasco y presunto jefe criminal, fue detenido y expulsado de Paraguay. El avión oficial hizo escalas inexplicables en Bogotá y Tapachula, permaneció casi 24 horas fuera de radar y nadie, ni la Fiscalía ni el gobierno actual, ha dado explicaciones verosímiles.
  • El supuesto “mal clima” para desviar el plan de vuelo nunca existió: los aeropuertos donde debía aterrizar nunca cerraron ni suspendieron vuelos. Entonces, ¿qué se negociaba a bordo durante esas horas de “retraso” con Bermúdez confinado en el avión oficial? Silencio sepulcral como respuesta.
  • Más jugoso aún: el gobierno de Tabasco reservó por cinco años toda la información sobre las propiedades, bienes y vínculos de Bermúdez, mientras a nivel federal se blinda toda investigación real sobre la red de protección política que permitió al grupo criminal La Barredora operar con total impunidad.
  • Para colmo de surrealismo, Bermúdez fue protegido durante años, incluso después de que la Defensa Nacional documentó su colusión criminal,aunque al mismo tiempo tambien lo encubria.¿Por qué la urgencia de envolver este caso en la clásica “cortina de opacidad”? ¿Quién lo acompañó, qué se habló, qué se negoció durante las largas horas en tierra y vuelo? Nadie en el gobierno responde.

Cierre irreverente

La duda y la irreverencia son, por lo tanto, armas éticas del periodismo ante la impudicia estatal. No se trata de paranoia ni de pose “anti-sistema”: se trata de que, ante gobiernos que hacen de la simulación y la opacidad su doctrina, desconfiar no solo es legítimo, es necesario. Y frente a episodios tan putrefactos de antes,durante y despues en torno a Bermúdez y no solo su vuelo, la única reacción lógica —incluso moral— es preguntarse, denunciar y exigir cuentas… aunque a los poderosos no les guste. Dudar, como señala la mejor teoría y la mejor práctica, es la prueba máxima de inteligencia ciudadana y periodística.

Con informacion: YOUTUBE/HECTOR DE MAULEON/

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