El escandalo político subió de nivel. Alejandro Moreno Cárdenas, alias Alito, agarró las cajas de Pandora y las aventó directo contra Palacio Nacional: acusó a López Obrador de ser el mero jefe del flamante “Cártel de Macuspana”. Así, sin anestesia, lo denunció ante la Procuradora de EU, el Tesoro, la DEA y hasta el FBI, exigiendo que lo investiguen por delitos de huachicol, fentanilo, lavado de dinero, robo a Segalmex y cuanta transa se puedan imaginar porque hubo de todo.
Con su séquito priista de respaldo en el Senado, Alito sacó lista negra: gobernadores en funciones, familiares incómodos, militares de alto rango y políticos morenistas que —según él y las evidencias— anduvieron embolsándose cientos de millones con negocios turbios. Y si alguien pensaba que era puro choro nacional, aclaró que ya fue a tocar puertas gringas porque esto, dice, rebasa fronteras.
Alito presume y no se equivocas, que México vive bajo un narco-gobierno: “Estado capturado por el crimen organizado”, igual como lo dice Trump.
¿Y a quién pone en la silla eléctrica del “cártel”? A nadie menos que a López Obrador en la cabecera, con Rocha Moya (Sinaloa), Américo Villarreal (Tamaulipas) y Durazo (Sonora) levantando la mano. Y para hacer la salsa más espesa, incluyó a los hijos del expresidente —Andy, José Ramón y Gonzalo— acusándolos de jugar en el equipo sucio durante el sexenio de papá.
La denuncia salpica también a Mario Delgado (hoy secretario de Educación), al fallecido Sergio Carmona, al tamaulipeco José Ramón “Jota Erre” Gómez Leal, y hasta al todopoderoso ex secretario de Marina, el almirante Ojeda, junto con sus sobrinos almirantes que, según Alito, “vendían gasolina ilegal a granel como si fueran litros de agua de horchata”.
Pero no paró ahí: también le tiró con todo a Adán Augusto López, jefe morenista en el Senado, y a Hernán Bermúdez, exfuncionario de Tabasco que hoy se pasea vestido de reo en el Altiplano tras ser cazado en Paraguay.
¿El argumento de Alito? Que en México ya denunció todo y que nadie mueve un dedo, porque, según él, el Poder Judicial está atado a Morena y otra vez, no se equivoca.
Y para cerrar con broche, el timing fue pura dinamita: justo cuando lo removieron de la Comisión de Marina, la encargada de indagar el huachicol fiscal y las aventuras navales de la familia Farías, cargo que ahora será del morenista Carlos Lomelí.
¿La respuesta de Adán Augusto? Lacónica y brutal: “Yo no hago caso a mafufadas”.
Con informacion: CODIGO MAGENTA/

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