En el surrealista circo legislativo del Congreso de Veracruz, la diputada morenista Victoria Gutiérrez Pérez se aventó el numerito de la década: de pie, orgullosa —probablemente sin rubor alguno— tomó el micrófono para lucirse con una declaración digna de los Expedientes Secretos X tamaleados con “Chespirito”.
Según ella, científicos jarocho-cósmicos construyeron una nave espacial con manos veracruzanas para ir a Marte, y en el paquete llevarán el legendario café de la región, para que el planeta rojo despierte con aroma a planicies de Córdoba. Porque, cómo no, si la 4T está para transformar… lo que sea, incluida la cordura colectiva.
La diputada, que ni la primaria acredita públicamente, cobra 58 mil pesos mensuales —dato oficial— por soltar lo que la oposición llama “ocurrencias”, pero lo que la opinión pública ya clasifica como insultos a la inteligencia social con denominación de origen y olor a café soluble.

No hay constancia, ni nombres, menos aún planos o palitos de paleta con los que tales “científicos” habrían armado la plataforma interplanetaria. Tampoco hace falta: lo importante es que —en la lógica de la diputada— hasta en Marte se merece el terrícola un pocillo de café con pan y demagogia, mientras la NASA y SpaceX apenas sueñan con poner un pie en el planeta rojo, y los memes vuelan más rápido que cualquier nave ficticia.
Por si fuera poco, cuando la incredulidad reventó redes y curules, la legisladora remató acusando al resto de “incultos e ignorantes”, seguramente porque no todos tuvieron acceso a ese exclusivo conocimiento astronáutico impartido en las bardas de Xalapa.
Así que, mientras Veracruz arde en problemas reales, el Congreso regala ciencia-ficción de baja calidad. Y en esta aventura interplanetaria, sólo hay un pequeño paso para la cafeticultura… y un gigantesco salto para la ridiculez legislativa nacional.
Con informacion: MEDIOS/REDES/

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