No es lo mismo Mayo que Mayito y la diferencia puede ser un océano de paranoia. Un peluquero con tijeras en mano termina fichado porque su apodo coincide con el de un capo y los burócratas del «intelligence» lo metieron en un mismo costal, la espuma de afeitar y la cocaína, las máquinas de rapar y los fusiles de asalto.
En entrevista, Mario Alberto Herrera Sanchez recuerda que recién llegaba a su casa cuando uno de sus vecinos lo alcanzó mientras abría el portón y le dijo: “¿Mira Mayo, qué está pasando aquí?”.
Mario Alberto no entendía de qué le hablaba, su vecino le extendió su celular para que viera una publicación del gobierno de Estados Unidos en la que aparecía su nombre y su rostro, y lo relacionaba con el crimen organizado.
Se trata de un anuncio realizado el 18 de septiembre por el Departamento del Tesoro, titulado El Tesoro Sanciona a Poderosa Facción del Terrorista Cártel de Sinaloa. En él revela que la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) aplicó sanciones a miembros de ese bloque criminal, entre ellos empresarios locales y la exalcaldesa. En esa lista aparece el nombre de Mario Alberto Herrera Sánchez, identificado junto a su hermano Karlo Omar Herrera Sánchez como lugarteniente, bajo el mando de René Arzate García, alias La Rana, líder del cártel en ese municipio.
Junto al nombre fue colocada una fotografía en blanco y negro de un hombre con barba de candado, bigote, ojos grandes y separados, además de una nariz chata. Esa imagen corresponde a la del barbero Mario Alberto, quien reside desde hace 20 años en Ensenada, y no al criminal que refieren las autoridades de EU.
Aqui el barbero dejó de ser barbero para mutar en “objetivo prioritario”. El error semántico se volvio un acto de poder: rapar cabezas o cortar cabelleras no es tan distinto de cortar biografías.
Con informacion: ELUNIVERSAL/

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