De cada 100 delitos en proceso judicial en Sinaloa, 97 permanecen impunes, expuso el Consejo Estatal de Seguridad Pública.
Según los indicadores del Sistema de Justicia Penal Acusatorio, recabados por el organismo, al primer trimestre del 2025 el Poder Judicial del Estado acumuló 9 mil 613 carpetas de investigación y se emitieron 217 sentencias, ya sea por procedimiento abreviado, juicio oral, absolutorias o por acuerdos reparatorios.
¿Qué significa que el 97% de los delitos en Sinaloa permanezcan impunes?
Imagina que en Sinaloa, de cada 100 crímenes denunciados y en proceso judicial, solo 3 terminan con una sentencia o castigo real para los responsables. Los otros 97 quedan en la nada: ni justicia, ni castigo, ni claridad para las víctimas. Es como si en una escuela, de cada 100 alumnos que copian en el examen, solo a tres les pusieran un reporte, y los demás siguieran copiando sin ninguna consecuencia. ¿Te imaginas el desmadre?
¿Por qué ocurre esto?
- Falta de personal: Hay muy pocos agentes ministeriales para investigar tantos delitos. Según datos previos, cada investigador en la Fiscalía tiene que atender cerca de 290 casos al año, lo que hace imposible que puedan resolverlos todos.
- Sistema saturado: El número de denuncias aumenta cada año, pero la capacidad de la Fiscalía y el Poder Judicial no crece al mismo ritmo. Es como si los doctores de un hospital tuvieran que atender el doble de pacientes sin más personal ni recursos.
- Violencia creciente: La disputa entre grupos del crimen organizado ha hecho que aumenten los delitos comunes, como robos y asaltos, y también los crímenes graves. Más delitos, menos posibilidades de resolverlos.
- Ineficacia e impunidad estructural: No es solo que los fiscales no puedan, sino que a veces parece que hay una especie de “parálisis” o falta de voluntad para avanzar en las investigaciones, como si nadie quisiera realmente resolver los casos.
¿Por qué debería escandalizarnos?
- Justicia selectiva: Si casi nadie es castigado, los criminales saben que pueden actuar sin miedo a las consecuencias. Es como si las reglas solo aplicaran para unos pocos.
- Víctimas abandonadas: Las personas que sufren robos, agresiones o incluso asesinatos ven cómo su caso se pierde en el laberinto de la burocracia y la impunidad. ¿Qué mensaje les mandamos?
- Democracia en riesgo: Cuando la justicia no funciona, la gente pierde confianza en las instituciones y en el Estado. La impunidad es el caldo de cultivo perfecto para que la violencia y la corrupción sigan creciendo.
¿Y ahora qué?
Hay iniciativas para mejorar la situación, como crear fiscalías especializadas para proteger a periodistas y defensores de derechos humanos, pero aún falta mucho por hacer. Mientras tanto, la impunidad sigue siendo la norma, no la excepción.
En resumen: que el 97% de los delitos queden impunes no solo es vergonzoso, sino peligroso. Es como vivir en una ciudad donde casi nadie respeta las reglas y nadie hace nada para cambiarlo. Y eso, querido ciudadano, debería escandalizarnos a todos.
Con informacion: NOROESTE/
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