La imagen muestra a dos figuras políticas de Tamaulipas, el actual gobernador Dr. Américo Villarreal y el exgobernador Francisco Cabeza de Vaca, enfrentados en un paisaje natural, con el texto en inglés “Trading PUNCHES” (Intercambiando golpes).
Pero la composición y el encabezado de una nota de “Texas Border Business” no solo sugiere un enfrentamiento directo, casi boxístico, entre ambos, simboliza la serie de disputas políticas y jurídicas que han protagonizado y están en constante confrontación, lanzándose ataques y defensas en el terreno político y legal, como si se tratara de un combate de boxeo público donde Don Americo sigue perdiendo.
El tropiezo jurídico del gobierno de Américo Villarreal: una pifia que ya es costumbre
La reciente sentencia del Juzgado Séptimo de Distrito en Tamaulipas, que concede el amparo al exgobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca y deja sin efectos la sanción de inhabilitación impuesta por la Contraloría estatal, es mucho más que un revés aislado: es la confirmación de una cadena de errores procesales y legales que han caracterizado la estrategia jurídica del gobierno de Américo Villarreal. Y, francamente, ya ni siquiera sorprende: la administración morenista parece tener una puntería infalible… pero solo para dispararse en el pie.
Violaciones graves al debido proceso: ¿descuido o desconocimiento?
La sentencia es clara y contundente: la notificación a Cabeza de Vaca fue ilegal. El citatorio no fue entregado personalmente, sino a un tercero, sin que el acta justificara la hora de espera ni garantizara que el exgobernador tuviera conocimiento real del procedimiento.
Además, el notificador omitió entregar copias certificadas de documentos clave, como el informe de presunta responsabilidad y el acuerdo de admisión, indispensables para ejercer una defensa adecuada. Todo esto vulneró el derecho de audiencia y el debido proceso, principios consagrados en el artículo 14 constitucional y reiterados por la Suprema Corte de Justicia de la Nación como formalidades esenciales de cualquier procedimiento sancionador: notificación legal, oportunidad de defensa, acceso a pruebas y resolución fundada.

¿De verdad la Contraloría estatal desconoce estos principios elementales?
El artículo 193 de la Ley de Responsabilidades Administrativas de Tamaulipas y la Ley del Procedimiento Contencioso Administrativo local son clarísimos: si la notificación es ilegal, todo lo actuado queda sin efecto y debe reponerse desde el origen. Aquí no hay margen para interpretaciones creativas ni para atajos administrativos.
La estrategia fallida: litigios millonarios, resultados nulos
No es la primera vez que el gobierno de Villarreal y sus tinterillos tropiezan en la arena jurídica frente a su rival favorito. Basta revisar el historial de recursos, amparos y suspensiones que han terminado favoreciendo a Cabeza de Vaca, pese a los millonarios recursos públicos invertidos en despachos privados por parte del GOBERNADOR VILLARREAL ANAYA para litigar asuntos que, en muchos casos, son más de interés político que de auténtica defensa institucional.
El caso de los 23.2 millones de pesos pagados al bufete Olea y Asociados para litigar contra el exgobernador —incluyendo intentos de impedir su candidatura al Senado— es solo la punta del iceberg de una estrategia donde el dinero público fluye, pero los resultados simplemente no llegan.
¿Persecución política,politico perseguido o incompetencia técnica?
La narrativa oficial insiste en señalar a Cabeza de Vaca como el enemigo a vencer, pero cada revés judicial fortalece la percepción de que la persecución política se estrella, una y otra vez, contra la pared de la legalidad. Incluso los intentos del Congreso local por presionar a jueces federales para que fallen “con apego a la legalidad” en expedientes contra el exgobernador terminan siendo inútiles cuando los procedimientos están plagados de errores básicos que cualquier estudiante de primer semestre de derecho podria argumentar mejor.
La ironía jurídica: el enemigo agradecido
Habría que preguntar: ¿no estará Cabeza de Vaca tentado a enviar una canasta de agradecimiento a la Contraloría de Américo Villarreal? Porque, con cada pifia procesal, no solo le despejan el camino legal, sino que le regalan argumentos para denunciar persecución y victimización, mientras la administración estatal queda exhibida por su falta de rigor y profesionalismo.
Conclusión: el “enemigo” gana, el gobierno tropieza… y el erario paga
El fallo del Juzgado Séptimo de Distrito no es solo una victoria de Cabeza de Vaca; es un recordatorio de que el Estado de Derecho no admite atajos ni improvisaciones. Cuando la autoridad olvida las reglas del juego, el resultado es predecible: el procedimiento se cae, el sancionado se ampara, y el gobierno queda, otra vez, en ridículo. Y para colmo, todo pagado con recursos públicos. ¿Hasta cuándo el gobernador Villarreal entenderá que es muy poco enemigo para Cabeza de Vaca, no porque Cabeza de Vaca sea mucho, sino porque el es muy poco.
El gobernador Américo Villarreal y sus secuaces: retrato de una administración inútil en la litis jurídica
Si la política es el arte de lo posible, la administración de Américo Villarreal en Tamaulipas parece haber perfeccionado el arte de lo imposible: perder una y otra vez en tribunales, dilapidar recursos públicos en litigios fallidos y, para colmo, quedar exhibidos como amateurs frente a sus adversarios políticos.
Un gobernador rodeado de escándalos y pifias legales
Américo Villarreal Anaya, médico de profesión y político priista por herencia, llegó al poder bajo la bandera de Morena prometiendo transformación y justicia. Sin embargo, su gestión ha estado marcada por escándalos de financiamiento ilícito, de traficar huachicol,de fotografías incómodas con Zetas en cenas donde luego desaparecen o de audios filtrados que lo vinculan con todos los cárteles,”porque esta bien amarrado con todos”.
Los secuaces: operadores de la derrota
El equipo cercano de Villarreal —su gabinete jurídico, contralores y asesores— han demostrado una pericia singular para tropezar con la misma piedra. La Contraloría estatal, encargada de perseguir a exfuncionarios, no solo ha armado expedientes endebles, sino que ni siquiera logra notificar correctamente a sus “enemigos” políticos, como en el caso de Cabeza de Vaca, donde el procedimiento de inhabilitación fue anulado por violaciones básicas al debido proceso.
La inutilidad institucionalizada
En cada revés judicial, el gobierno de Villarreal responde con discursos de victimización, promesas de agotar todas las instancias y anuncios de denuncias que rara vez prosperan, pues no importa si hay 15 ordenes de aprehensión vigentes, como dice el ex-presidiario que tiene de Fiscal Anticorrupción,la efectividad se mide en la cifra de capturados, donde 1 no es ninguno.
Un retrato entre serio y jocoso
Resulta inevitable preguntarse, entre la indignación y la sorna: ¿es este el gobierno que prometió transformación? ¿O más bien una tragicomedia de errores, donde el enemigo político termina agradeciendo la torpeza de sus adversarios? Porque, en Tamaulipas, la litis jurídica no solo exhibe la inutilidad del gobernador y su séquito, sino que los convierte en el mejor aliado involuntario de quienes dicen combatir con el tiempo en contra.
En resumen, Américo Villarreal y sus secuaces han logrado lo impensable: hacer del fracaso legal una rutina institucional, y del erario, un fondo perdido para litigios inútiles y escándalos interminables.
Y surge la pregunta,acaso seguirá su administración perfeccionando el arte de perder en tribunales?.
Con informacion: NOTICIERO DE VICTORIA/

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