Momentito mi querido conservador, calme sus ansias neoliberales y de pirata. La ministra Yasmín Esquivel no traicionó los valores de la Cuarta Transformación, movimiento que la nominó para ocupar una de las 11 sillas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Doña Yasmín no robó, no mintió y no traicionó, ella solo plagió. Y ya lo dijo el Presidente López Obrador: “Ojalá los problemas de México fuesen por plagio, los problemas de México son por robo”.
Así, la ministra podrá ser abogada “balín”, plagiaria de las ideas de otro, o se podrá haber amafiado con su asesora de tesis, pero no ha incumplido con ninguno de los tres valores de la 4T, cuya observancia sirvió para que el líder máximo de este movimiento revolucionario la propusiera para integrar el grupo de jueces que tienen la más alta responsabilidad en materia de ley y la justicia en el país.
Y bien hace el Presidente López Obrador en minimizar la travesura estudiantil de su recomendada, pues Enrique Peña Nieto también se fusiló su tesis y llegó a ser presidente de México sin que nadie dijera nada. Dónde estaban esos conservadores que hoy critican a la ministra cuando se supo del plagio de Peña. El que esté libre de plagio, que aviente la primera tesis.
Si plagiar fuera malo, ya hubiese sido castigado el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, quien sin mayor problema se fusiló en su obra “Guillermo Prieto (Biografía)”, publicada por la Secretaría de Educación Pública en 1967, partes del libro “Guillermo Prieto y su época”, de la autoría de Salvador Ortiz Vidales, que fue publicado por la Editorial Botas en 1939.
El hecho de que don Alejandro haya olvidado poner algunas cuantas comillas y citar a Salvador Ortiz Vidales, lo puede convertir en plagiario, pero al igual que la ministra Esquivel, eso no lo hace un traidor de los principios de la Cuarta Transformación, movimiento que confió en él y en su honestidad para nominarlo como el fiscal de la República.
La procuración y la impartición de justicia pueden dormir tranquilas pues ahí están para velar por ellas Gertz y Esquivel, quienes solo copiaron uno que otro párrafo de otros textos y olvidaron dar crédito a los verdaderos autores de esas ideas. Y ahora no me vaya a salir con eso de que la ley es la ley, y de que el plagio es plagio, cuando mucho se trata de un descuido, pero no más que eso, malo fuera que se hubiesen robado algo.
Los adversarios del actual gobierno aprovechan cualquier detalle para criticar a la 4T, por ejemplo, se le fueron encima al doctor José Antonio Romero Tellaeche, director general del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) por el pequeño detalle de que cometió plagio en dos artículos académicos que publicó a su nombre. Romero Tellaeche llegó al CIDE, y se mantiene en el cargo, gracias al apoyo de la Directora General del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), María Elena Álvarez-Buylla, quien afortunadamente tiene un criterio muy liberal en materia de derechos de autor y coincide con la filosofía de la Cuarta Transformación, o como se le llama ahora, el “humanismo mexicano”, de que incurrir en plagio no es una práctica inmoral, ilegal, o siquiera, mal vista.
No se confunda querida lectora, querido lector, lo que verdaderamente está detrás de estos señalamientos en contra de la ministra Esquivel, un claro complot machista conservador. Está clarísimo.
No dude, que, como la propia ministra lo ha dicho, todo este asunto sea parte de un complot para evitar que una mujer llegue la presidencia de la Suprema Corte de Justicia. Complot que, gracias al santísimo señor del buen despacho, fracasó, pues al final, una ministra, Norma Lucía Piña, es la titular del Poder Judicial Federal.
Sin embargo, la teoría de la confabulación de la mafia del poder contra la ministra Esquivel no es nada descabellada.
Es posible que al ver que la joven Yasmín era una alumna brillante y con mucho potencial, algún fifí infiltrado en la FES Aragón comenzó a fraguar, entre 1986 y 1987, un plan para desprestigiar a la futura abogada e impedir que 35 años después pudiera llegar a la presidencia de la Suprema Corte. Usted no sabe de lo que son capaces los conservadores con el fin de mantener sus privilegios. Además, esta conspiración no solo es conservadora, sino machista, pues se diseñó para cerrar el paso a esta mujer a uno de los más altos y honorables cargos de la Republica.
Ahora, que lograron que la ministra no llegara a la presidencia del Poder Judicial, los conservadores piden que se le quite el título de licenciatura, e incluso que renuncie a la Corte.
Sin embargo, como el bien siempre triunfa sobre el mal, será una mujer, perteneciente a la 4T, quien deba decidir el futuro de doña Yasmín. La maestra Leticia Ramírez. titular de la Secretaría de Educación, será la encargada de determinar si la ministra mantiene el titulo de abogada y su cédula profesional, o si se le retira. Seguramente, la secretaria coincidirá en que cómo no robó, no mintió y no traicionó, el plagio de la tesis no es razón suficiente para retirarle el titulo a la ministra. Ahora, solo falta que los conservadores digan que la maestra Lety no está titulada, que copió en sus exámenes de matemáticas, que su boleta de quinto año de primaria es falsa, o que plagió su tesis. No lo dude.
ME CANSO GANSO. - El que cita no plagia. - “Acaba de anunciar oficialmente la FES de la UNAM, palabras más palabras menos, que la ministra Esquivel de Riobóo ¡SÍ SE RIOBÓO LA TESIS!”, estas líneas pertenecen al publicista, y articulista de esta casa editorial, Carlos Alazraki. Y como ve están entrecomilladas y atribuidas a su autor, pues ese Arlequín no miente, no roba, no traiciona y no plagia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu Comentario es VALIOSO: