En el discurso, el Gobierno federal defiende la estrategia de "Abrazos no balazos", pero en las licitaciones militares gastan millones de pesos en armas de alto poder.
Sólo durante el cierre del año pasado, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) destinó 761 millones de pesos para comprar fusiles de asalto e insumos para el control de disturbios para la Guardia Nacional (GN).
Estas licitaciones, que anteriormente no se daban a conocer, detallan que el Ejército compró 3 mil 546 armas largas, entre ellas 604 ametralladoras calibre 7.62 Negev NG-7 de fabricación israelí y 319 fusiles Barrett calibre 50 para uso de la Guardia.
Fuentes militares informaron que las ametralladoras calibre 7.62 son las que utilizan en el combate a la delincuencia organizada.
"En cada enfrentamiento hay armas de ese calibre, incluso en el combate aéreo, como en el último caso de la captura de Ovidio Guzmán", confirmó un mando consultado.
Los Barrett, a su vez, son para el adiestramiento de francotiradores en una guerra convencional y hasta ahora se concentran principalmente en el Centro Nacional de Adiestramiento de Santa Gertrudis, Chihuahua, y no en tareas contra la delincuencia.
"Excepto cuando hay una amenaza inminente", según el mando consultado.
Conforme las licitaciones también fueron adquiridas 2 mil 533 carabinas Colt M4 calibre 5.56, pero no para la GN, sino para la Brigada de Fusileros Paracaidistas de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM).
Estas, según las fuentes militares, se usan para adiestramiento de las fuerzas especiales y también en operativos de alto impacto.
El contrato de 6.2 millones de dólares para las ametralladoras Negev fue ganado por Israel Weapon Industries (IWI), empresa actualmente privada pero que originalmente fue establecida por el Gobierno de ese país y que fue la inventora de las subametralladoras Uzi.
IWI también proveerá a la Sedena 24 mil 160 cartuchos calibre 7.62 y 2 mil 58 juegos de mil eslabones desintegrables M13, que son las tiras o cintas en las que se colocan los cartuchos para alimentar la ametralladora.
Las carabinas Colt y los fusiles Barrett, en tanto, serán vendidos por las dos empresas estadounidenses que los fabrican, Colt Manufacturing Company y Barrett Firearms Manufacturing, las cuales ganaron contratos por 7.3 y 4.4 millones de dólares, respectivamente.
Estas empresas estuvieron entre las ocho a las que el Gobierno de México demandó ante una corte federal en Boston, para buscar hacerlas responsables por el tráfico de armas a nuestro país, litigio que un juez federal desechó el pasado 30 de septiembre.
La GN también recibirá 3 mil 948 lanzadores de 40 milímetros para granadas no letales, 3 millones 549 mil proyectiles de gas lacrimógeno, gas pimienta, pintura verde y amarilla para marcar a objetivos, 88 mil 339 granadas de humo blanco y 40 mil 418 rociadores portátiles de gas.
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