Creado en 1969 para la clase media de Sinaloa, donde podrían descansar empresarios, políticos o figuras públicas, el panteón Jardines del Humaya se convirtió, desde finales de la década de 1980, en el lugar preferido para los narcotraficantes. Hasta sus tumbas presumen dinero y poder.
Con el tiempo, este camposanto se transformó también en un sitio turístico, porque la gente, local y foránea, puede admirar los mausoleos de narcotraficantes famosos.
GOZABA DE SU PROTECCION Y YA NO PODRA HABLAR:
El panteón se ubica en la calzada Heroico Colegio Militar, en la colonia Miguel de la Madrid, en Culiacán, Sinaloa, de donde sobresalen construcciones de dos y tres niveles, con terraza, luz, aire acondicionado, pantallas de última generación, comedor, sótano, sala y cocineta, además de cámaras de videovigilancia y antenas satelitales.
Y es en este lugar donde descansa Arturo Beltrán Leyva, “El Barbas” o “El Jefe de Jefes”. La construcción de su mauseleo se calculó en unos 650 mil dólares, es decir, alrededor de 13 millones de pesos.
Su tumba cuenta con wifi, televisión satelital, habitaciones y una cocina equipada. Este mausoleo es considerado el segundo más costoso del panteón Jardines de Humaya.
Arturo Beltrán Leyva fue abatido en un enfrentamiento contra elementos de la Marina el 16 de diciembre de 2009 en un fraccionamiento de lujo en Cuernavaca, Morelos.
Las imágenes de su muerte circularon rápidamente en internet y medios de comunicación, en las cuales se pudo ver el cadáver del narcotraficante, desnudo y cubierto de billetes.
No es una residencia en un exclusivo fraccionamiento. Es la tumba de "El Barbas", Arturo Beltrán Leiva del cártel de los Beltrán Leiva en el cementerio Jardines del Humaya en México🏦.
— Kuh (@Kuh_News) February 22, 2020
📷La foto es de Jeoffrey Guillemard, finalista del Sony World Photography Awards 2020. pic.twitter.com/cMpdEVfK3w
LA MÁS CARA
De acuerdo con autoridades y analistas, la tumba más cara fue financiada por el Cártel de Sinaloa y le pertenece a Arturo Guzmán Loera, “El Pollo”, hermano de Joaquín “El Chapo” Guzmán, asesinado a tiros en el penal de máxima seguridad de La Palma, el 31 de diciembre de 2004.
La construcción de su tumba tuvo un costo de aproximadamente 1 millón 200 mil dólares, es decir, unos 24 millones de pesos. Cuenta con aire acondicionado, baños, vigilancia, habitaciones múltiples y está compuesto por cinco edificios.
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