La noticia de la detención del ministro de la Suprema Corte, Javier Laynez, por conducir en estado de ebriedad en Coahuila se dio a conocer el martes, pero en el máximo tribunal se conoció casi de inmediato, el pasado sábado por la noche, porque funcionarios del gobierno estatal se lo avisaron a Arturo Zaldívar.
Según se comenta en la Corte, Zaldívar impulsó que se hiciera pública la noticia de Laynez, quien quedó en libertad tras pagar una multa. Esto tampoco fue demasiado sorpresivo si se considera la tendencia del ministro al divertimento y las largas sobremesas con políticos y abogados.
ministro alega abusos:
Zaldívar y Laynez arrastran conflictos de diversa índole. El más reciente: Laynez fue, junto a Norma Pigna, de los principales impulsores para que Zaldívar no pueda extender su mandato como presidente de la Corte, tal como él había acordado con Andrés Manuel López Obrador.
Necesitamos más Laynez y menos Zaldívar...
Funcionarios judiciales allegados a Laynez también se habrían interesado en la compra más reciente de computadoras que hizo el Consejo de la Judicatura Federal y que benefició a la empresa Black Ecco, que no tendría la capacidad financiera para abordar el contrato.
Más atrás en el tiempo, Zaldívar y Laynez tuvieron un contrapunto cuando el primero se inclinó porque la Fiscalía Estatal de Chihuahua pudiera investigar a Enrique Peña Nieto. Entendible: Zaldívar tiene una amistad y múltiples acuerdos con Humberto Castillejos, que era el consejero jurídico de Peña Nieto.
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