No cabe duda que en la política mexicana, los escándalos nunca se van de vacaciones, ¡pero ahora ni las casas se salvan del relajo! Resulta que Adalina Dávalos, la ex primera dama de N.L y esposa sufrida del ex-gobernador y ex-presidiario Jaime Rodriguez,alias el «Bronco», decidió meterle turbo a la dignidad y regresar la voz después de años de silencio, miedo y aguantar a un Bronco que, francamente, ni para corcel da. Porque aquí, la bronca no es una casa: es la dignidad, el respeto y el derecho de no andar con amenazas al estilo de narcos.
El Bronco, con la fama de haber estado en todas –incluido el penal y alguna pista de carreras donde el único que corre es él para evadir broncas–, ahora sale con que le robaron sus relojes, sus vaquitas y quién sabe qué más.
Pero mientras Jaime anda contando los metros cuadrados y hasta los centavos, Adalina bien clarito dejó que esto no es una pelea por ladrillos sino una guerra por recuperar su lugar, el de sus hijos, y de paso, ventilar que años de no decir nada no fueron por indiferencia, fueron por cuidado, por miedo y por tener a un gobernador que usaba más el poder para patear que para gobernar.
Y cómo no ponerse jocoso: ¿Qué marido amenaza con meter a la cárcel a la mujer que fue su dama de gala, todo por querer quedarse en una casa donde, ¡sorpresa!, también hay menores, dinero y documentos oficiales? Si no lo graba la cuñada, ni caso le hacen; si llama a la policía, llegan escoltas, y si le reclama el Bronco, va directo a Facebook a decir que no busca venganza, que busca un final digno… aunque digno, lo que menos tiene el ex gobernador, según narra la propia Adalina, quien ya no está para trotes sino para ponerle zancadilla a la impunidad.
Aquí no hay “caballo ganador”. Lo que hay es una ex primera dama que, entre demandas cruzadas, amenazas y denuncias al por mayor, decidió que al Bronco no se le doma ni con cariño ni con leyes, sino con la verdad, con cierre digno y con la justicia de por medio. Y si el ex gobernador no entiende, seguro lo hará cuando se reviente otro escándalo y le toque mudarse, ahora sí, del Rancho a la realidad.
Porque la dignidad no es negociable y no se compra por metro cuadrado, menos cuando te acechan escoltas y el ex gobernador te quiere sacar a pestes que ni el penal huelen. ¡Ánimo, Adalina! Y Bronco… como buen caballo cansado, ya es hora de darle las gracias y cambiar de carril.
Con informacion: ELNORTE/
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