La gestión de Enesto Perez Astorga, Secretario de Desarrollo Económico y Portuario de Veracruz,bajo el gobierno de Morena de Rocio Nahle ,se ha convertido en un auténtico espectáculo de “cantinfleo”, término que la Real Academia de la Lengua Española reconoce como hablar mucho, de forma enredada y sin decir nada en realidad, dejando claro que el genio de Cantinflas dejó huella en el actual gobierno, pues su caso no es unico.
Basta revisar cualquier comparecencia respecto a la inversión extranjera o el supuesto boom económico para presenciar un cúmulo de frases hechas, rodeos interminables y nada concreto, como si el desorden verbal pudiera maquillar la carencia de resultados. La paradoja es brutal: mientras las exportaciones van en picada y la IED se sostiene más por inercias extramuros que por gestión propia, lo único que crece es la habilidad para perderse en el discurso.
Oficialismo y Lealtad Sobre Capacidad
En el morenismo, como lo ha reiterado el propio AMLO, lo relevante no es la pericia, el conocimiento o la solvencia técnica, sino la lealtad ciega al proyecto, una máxima que ha pregonado sin pudor: “Lo que más nos importa es la honestidad, lealtad y la incorruptibilidad… la experiencia es secundaria”.
Así, el gabinete es un aparador de fieles –cada vez menos capaces de articular respuestas sensatas– pero dispuestos a tomar dictado del jefe o la jefa política en turno, aunque eso implique sacrificar la operatividad o el desarrollo económico en aras de la disciplina partidista. ¿Resultado? Una economía sometida a la improvisación, el autoelogio vacío y las prioridades del círculo cercano.
Neurobiología del Deterioro Gubernamental
Pero como somos muy curiosos, nos pusimos en modo de neurobiólogo, para entender el deterioro de este “ente” encargado de la economía del pais y pudimos rastrear una atrofia progresiva de las áreas cerebrales vinculadas a la autocrítica, la plasticidad para innovar y la toma de decisiones basada en datos reales.

Cuando el estímulo dominante es “obedecer antes que pensar”, las conexiones sinápticas responsables del pensamiento estratégico y la transparencia sufren un declive notorio: predomina el circuito de la inercia y la repetición, se apaga la creatividad, y la sinapsis de la autoevaluación queda suprimida.
El resultado es un gobierno donde el reflejo condicionado del discurso se antepone a la realidad, y donde el síndrome de “cantinfleo institucional” deja a la economía navegando a ciegas.
Lo que Deja el “Cantinfleo” en el Gabinete
- Discursos sin contenido y pérdida de rumbo técnico.
- Sustitución de la eficiencia por el celo partidista.
- Acelerado deterioro de la función ejecutiva institucional, indispensable para la misión gubernamental.
- Ejemplo magistral de cómo la lealtad mal entendida puede frenar el desarrollo, incluso desde la mismísima Secretaría de Economía.
Así, mientras la RAE da la bienvenida al “cantinfleo”, el gobierno lo convierte en doctrina y la economía nacional paga el precio.

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