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lunes, 24 de noviembre de 2025

AL «ESTILO HARFUCH»:»COLOMBIA PRESUME DECOMISO HISTORICO de 14 TONELADAS de COCAINA pero PRODUJERON MAS de 3,000 en 2024″…celebran sacar un vaso de agua de una alberca olímpica, mientras se sigue llenando con una manguera industrial.


El decomiso de 14 toneladas de cocaína en Buenaventura ,Colombia,se festejó en redes y comunicados oficiales como si el Estado colombiano hubiera dado un golpazo al narcotráfico: perros, contenedores, cifras redondas, millones de dólares y trofeos políticos para fanfarronear en rueda de prensa. Sin embargo, tras el humo queda una realidad incómoda: el narco colombiano está lejos de temblar. Esa tonelada de “éxito” apenas representa el 0.4% de la producción anual, un grano de coca en el mar blanco de casi 3,000 toneladas que Colombia produce al año, como cita EL Colombiano,con estimaciones de la ONUDC.

La narrativa oficial y sus cifras

El gobierno y sus portavoces se deshacen en autoelogios. Dicen proteger a la sociedad, “golpear al crimen” y cortar el flujo de miles de dosis que nunca llegarán a las calles de Europa. Pero la cifra de producción real supera los 3,000 toneladas para el ciclo anual más reciente, una avalancha que hace ver cualquier decomiso récord como una anécdota estadística. Mientras el ministro de Defensa se enorgullece, los carteles ya consideran estos “golpes” parte del costo operativo.

El contexto global del narco

Colombia concentra el 67% de la producción mundial de cocaína y mantiene una tendencia al alza: más hectáreas sembradas, mayor eficiencia química y procesamiento más sofisticado. En 2024, pese a las narrativas redentoras, el país rompió su propio techo histórico con 3,001 toneladas producidas—y las incautaciones representan, en promedio, menos del 10% de ese total. Para los narcos, cada decomiso es apenas un ajuste logístico, nunca una crisis de modelo de negocio.

El “éxito” medido en migajas

Aplaudir un decomiso que significa el 0.4% del total pone en evidencia la desconexión entre el show mediático y la macroestructura del tráfico de drogas. Mientras los gobiernos celebran individualmente, los flujos de cocaína hacia Europa y Estados Unidos no disminuyen ni un ápice, y las rutas, alianzas y organizaciones se adaptan y diversifican.

¿Cambio o espejismo?

El decomiso récord queda como anécdota de museo. Sirve para legitimar una política antidrogas bajo asedio diplomático, pero no supone ninguna alteración real en el negocio, ni en las finanzas criminales, ni en la violencia asociada. Colombia, con su monstruosa capacidad productiva y sus narcos incólumes, demuestra que la guerra contra las drogas, al menos desde la retórica oficial triunfalista, está perdida desde antes de empezar.

Equivalencias para dimensionar la narrativa

Presumir el decomiso de 14 toneladas de cocaína en Colombia y al mismo tiempo producir 3,000 toneladas al año es como celebrar haber sacado un vaso de agua de una alberca olímpica, mientras se sigue llenando con una manguera industrial. Por cada cargamento asegurado así, más de 200 cargamentos idénticos sí logran burlar a las autoridades y llegar a su destino.

  • Si una pizzería produce 3,000 pizzas al año y decomisan 14, es como si el gerente presume su lucha contra la glotonería mostrando apenas una rebanada incompleta.
  • Los narcos colombianos pueden perder uno de cada 250 paquetes sin que su negocio sienta un rasguño real.
  • Mientras los funcionarios arman la foto del decomiso, los verdaderos balances —producción y exportación— siguen sumando miles de toneladas fuera del radar estatal.

Por cada tonelada que presume el gobierno, hay al menos 214 que pasan tranquilas por el mismo puerto, carretera o selva. Si el show oficial fuera el marcador real, el partido ya estaría 214 a 1, a favor del narco.

Con informacion: ELNORTE/

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