El embajador Ken Salazar (Alamosa, 67 años) se detiene frente a una fotografía del histórico líder campesino César Chávez al llegar a su residencia en Ciudad de México. El diplomático estadounidense observa detenidamente, por primera vez, la imagen capturada por el fotógrafo Alan Pogue en la que Chávez da un discurso sobre los derechos de los trabajadores agrícolas en 1978. Es miércoles y Salazar recibe desde Washington esta y otras piezas de arte que decorarán la residencia mientras sea embajador en México. La selección habla de sus intereses: el arte chicano, los muralistas mexicanos y algunas fotografías panorámicas de las rutas en el desierto por las que los migrantes cruzan la frontera hacia Estados Unidos.
El veterano político de Colorado lleva nueve meses en México y desde entonces ha mediado entre las Administraciones de Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador en todo tipo de asuntos: desde los planes regionales de migración, pasando por una nueva estrategia de seguridad, y hasta la reforma energética del presidente mexicano. Salazar acude frecuentemente a Palacio Nacional para expresar directamente ante el mandatario las preocupaciones de la Casa Blanca y los avances de la relación bilateral, que en diciembre cumple 200 años.
El embajador ha vuelto optimista de la Cumbre de las Américas, que se ha celebrado en Los Ángeles, y toma unos minutos para conversar con EL PAÍS sobre los acuerdos para ordenar la migración en América, la seguridad en la frontera y los planes energéticos del Gobierno mexicano.
Pregunta. En la Cumbre de las Américas hubo resultados relevantes, pero uno fundamental ha sido la migración. ¿Cuál es la perspectiva que a partir de este momento está tomando la Administración sobre el tema?
Respuesta. La Cumbre fue histórica. Y una de las cosas que se enunció fue la declaración de Los Ángeles, que es un reconocimiento de 20 líderes de las naciones de las Américas sobre que necesitamos un acuerdo nuevo para la migración en este hemisferio. Entonces, estamos trabajando en todos los aspectos para crear un sistema nuevo para la migración. Este sistema tiene varios componentes. Uno de ellos es el control de las fronteras de cada país, porque eso se requiere. Otro es ver de qué manera los migrantes pueden hallar trabajos en una forma legal sin entrar en el corredor de los migrantes, que es un camino que ahora domina el crimen organizado.
P. La seguridad en la frontera es uno de los aspectos en los que han enfocado la estrategia del nuevo Entendimiento Bicentenario, por ejemplo. ¿Qué es lo que se necesita reforzar en cuanto a la frontera y la seguridad?
R. En la frontera del norte se requieren muchas cosas para asegurar que vamos a tener éxito. Lo primero es que los migrantes no tengan que entrar por el corredor de los migrantes porque van a tener una manera legal para entrar a Estados Unidos o para venir a México, o ir a Canadá. Lo segundo es que las cadenas de criminalidad las tenemos que quebrar. Y llevamos un trabajo conjunto con México para hacer eso, tenemos los casos y las investigaciones. Lo tercero es asegurar que cuando tengamos oportunidades para recibir a migrantes, sea con trabajos. Es un plan que contempla todos los factores. Tenemos que hacer, incluso, más.
P. Los homicidios en México siguen aumentando y existe una preocupación desde Estados Unidos por el tema ¿Cuál es la perspectiva que tiene ante un problema tan complejo?
R. El entendimiento entre Estados Unidos y México es que tenemos que tener seguridad compartida. No se puede obtener nada más en Estados Unidos o en México porque las armas, las drogas y la criminalidad existe en los dos lados de la frontera, y las tenemos que resolver entre las dos naciones. Reconocemos lo difícil que es esto, porque ha sido un problema por mucho tiempo. Estamos trabajando de manera cercana con el Gobierno mexicano, a ver en qué manera se puede resolver la violencia, cómo se puede disminuir y el resultado se verá con el tiempo. Hay diferentes realidades en distintas partes de México, hay Estados donde hay más dificultades. Estamos, siempre con el respeto a la soberanía, ayudando a México. Hay los recursos y los esfuerzos para disminuir la violencia.
El embajador Ken Salazar posa en su residencia en Ciudad de México.
P. Le hemos visto estos meses muy involucrado en el sector energético, primero, con la propuesta de reforma eléctrica y luego con el tema de las energías renovables. ¿Cuál es la posición que mantiene frente a los planes energéticos de López Obrador?
R. Nosotros vemos una oportunidad para la energía renovable y la necesidad de enfrentar de una manera efectiva el cambio climático. Trabajamos con el Gobierno mexicano para impulsar la energía renovable. Ese es el futuro de México y de Estados Unidos. Tenemos que tener una integración sobre la energía que le dé poder a la economía. Había 17 empresas que tenían inversiones en México, pero se habían parado por distintas razones y entonces el presidente [López Obrador] estuvo de acuerdo en tener reuniones con estas compañías para escucharlas y tratar de resolver el problema que traían. Hemos tenido bastante éxito, se van a hacer inversiones de hasta 30.000 millones de dólares y se las va a proteger por estas reuniones que hemos tenido.
P. El presidente ha advertido de que podría llevar a un arbitraje internacional a algunas empresas. ¿Percibe cierta hostilidad hacia las compañías estadounidenses que quieren invertir en México?
R. Estoy seguro de que lo que México requiere es un clima de negocios que atraiga inversión extranjera. Nosotros pasamos muchísimo tiempo tratando de ver en qué manera se trae inversión a México y la forma de protegerla, porque sabemos que las economías de Estados Unidos y México ya están bien integradas y en el futuro van a estar más integradas. Existen las protecciones legales y otros arreglos internacionales, cada empresa tiene sus derechos y el Gobierno también tiene derechos bajo esas leyes. No todos tienen que ir a los tribunales.
P. ¿Qué le parece el clima de este momento para invertir en México?
R. Los líderes de la economía y los fondos de inversión ven a México como un lugar donde pueden y quieren invertir. Nosotros estamos trabajando para que cuando esas inversiones se hagan, se puedan hacer con seguridad y estén protegidas.
P. Hay algunas críticas sobre la frecuencia con la que visita Palacio Nacional en su papel de embajador…
R. Mi trabajo como embajador es avanzar en la mejor manera que pueda la relación entre Estados Unidos y México. Y eso es lo que hago. Entre más hablo con el presidente y su gabinete, es más fácil para mí avanzar en esos temas. No siempre estamos de acuerdo sobre la manera en que se ve una cosa, pero la relación entre Estados Unidos y México es para siempre. Paso también bastante tiempo en todas las agencias del Gobierno estadounidense, incluso en la Casa Blanca. Acá voy al Palacio y también he visitado 20 Estados en los últimos nueve meses. La crítica no me importa, porque yo voy a ser yo.
P. ¿Ya hay planes para la reunión de los presidentes Biden y López Obrador de julio en Washington?
R. Todavía no se fija el día y la agenda no está cerrada. Pero se me hace que va a ser una buena reunión.
P. ¿Es difícil convencer al presidente López Obrador de ir a Washington?
R. No le gusta salir del país, pero va por el respeto que le tiene al presidente Biden y a la relación entre Estados Unidos y México. Ha salido pocas veces del país y en tres ocasiones ha ido a Estados Unidos.
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