“DIPUTADOS de N.L se COMPRAN 48 AUTOS 2025 MIENTRAS TU PAGAS el CAMBIO de BALATAS a PLAZOS”…van incluidos seguros y gasolina de ida vuelta a su eterna carretera preferida: la del despilfarro.

Si alguien pensaba que el Congreso de N.L estaba para legislar, ¡pues no! En realidad funciona como sucursal de autos nuevos “Autópolis Poder Legislativo”, donde la palabra mágica es “páguese con el dinero público”.

Ayer, los próceres de la patria chica estrenaron juguetitos: 48 flamantes vehículos blancos (porque hasta para despilfarrar son burocráticamente aburridos en el color). La cuenta, eso sí, venía bien sabrosa: 19 millones 080 mil pesos. Total, lo paga Juan Pueblo, que para eso madruga, paga impuestos y se come el tráfico en su Tsuru 2005.

De la pasarela motorizada, 45 sedanes Nissan Sentra CVT 2025 —el nuevo uniforme móvil de los diputados— más tres camionetas Nissan NP300. Porque claro, ¿cómo va a andarse un legislador en Uber como un mortal normal? Que le falte criterio para legislar, vaya y pase. Pero carrito cero kilómetros, ni pensarlo.

Detalles del showroom legislativo:

• No tienen placas, pero ya están estacionados muy monos en la explanada.
• No traen logos del Congreso, pero tranquis: ya habrá presupuesto para esas calcomanías “oficiales”.
• No se pueden usar todavía, pero ya se asignarán por bancada, cual piñata de cumpleaños.

¡Qué tiempos aquellos del austericidio republicano! Porque, ojo, la última vez que se consintieron públicamente fue en 2020, cuando se compraron 20 Prius híbridos, dizque en plan ecológico. Hoy, el verde ya no vende: se impone el elegante blanco de flotilla corporativa.

Y para que no digan que hay favoritismo, todo esto fue tras una licitación pública, esas en las que mágicamente gana la empresa exacta que todos sabían que iba a ganar: Autópolis Cumbres. Porque el guion se repite: se pide una fianza del 10%, se cobra puntualmente y se reparten las llaves como se reparten las comisiones.

En resumen:

Mientras usted cambia las balatas de su coche a plazos, los legisladores ya tienen aseguradas sus naves nuevas con aire acondicionado, seguros y gasolina de ida vuelta a su eterna carretera preferida: la del despilfarro.

En el Congreso no hay bancadas. Hay flotillas.

Con informacion: ELNORTE/