El Congreso de Tamaulipas, que es dominado por Diputados de Morena,que son dominados por el gobernador dominado por el crimen organizado, que fue una de las primeras legislaturas del pais que presentó el 21 de enero de 2025,una iniciativa para prohibir los narcocorridos en eventos y espectáculos en el Estado,cuya censura ya se convirtió en tendencia nacional, tres meses después el proyecto sigue detenido porque la corriente cambio de sentido.
La propuesta, que busca reformar y adicionar diversas disposiciones para prohibir eventos que a decir de la ignorancia legislativa promueven la apología del delito, fue detenida tras la postura de la Presidenta Claudia Sheinbaum de no censurar.
Las sanciones contempladas incluyen multas que van de los 37 mil a los 186 mil pesos, así como la clausura temporal o definitiva de eventos que infrinjan la norma.
Contradicciones y reculada política
La situación en Tamaulipas es un ejemplo claro de la contradicción entre la narrativa oficial y la realidad política. Por un lado, los legisladores impulsan la prohibición con el argumento de proteger a la juventud y combatir la “narcocultura”. Por otro, la máxima autoridad federal rechaza la censura directa, lo que llevó a una “reculada” legislativa: la iniciativa, que ya había pasado comisiones, quedó en el limbo y sin fecha para su votación en el pleno.
El diputado morenista Humberto Prieto intentó matizar la medida, argumentando que no se trata de prohibir toda la música regional, sino únicamente los contenidos que hagan apología del delito: “El tema de los corridos es que los cantantes también cantan canciones bonitas… Julión Álvarez, Alfredo Olivas, no todo es tumbado… simplemente que canten las canciones más bonitas”. Esta postura, que raya en lo absurdo, da pie a la sátira política.
El diputado de los “corridos bonitos”
Esta escena política a la tamaulipeca ,se presta para una sátira que resalte la incongruencia de prohibir la música que narra la violencia, mientras la violencia real sigue sin ser atendida de raíz.
El diputado de los “corridos bonitos” propone que los artistas solo interpreten canciones “lindas”, como si la censura selectiva pudiera resolver el trasfondo social del fenómeno. La medida, además, exige a los organizadores de eventos entregar una lista previa de las canciones que se interpretarán, como si el problema fuera el repertorio y no la realidad que lo inspira, una realidad secundada por Moreno y su gobierno que no les inspira iniciativas.
“No es que vayan a dejar de venir ese tipo de artistas, simplemente que canten las canciones más bonitas”, declaró el “diputadillo” Prieto de apellido y prieto de conciencia, en un intento de matizar la censura con un toque de ingenuidad burocrática.”…Dip. Prieto
Comparación nacional y contexto de la censura
Tamaulipas no es el único estado con iniciativas de este tipo. Aguascalientes, Michoacán, Chihuahua, Nayarit, Querétaro y municipios como Tijuana y Cancún ya han implementado restricciones similares, con multas que pueden superar el millón de pesos y sanciones que incluyen la cancelación de permisos y clausura de eventos.
Sin embargo, la tendencia nacional enfrenta el mismo dilema: la censura a la música no resuelve la violencia estructural, y la prohibición parece más un gesto simbólico que una solución efectiva.
Conclusión
La iniciativa para prohibir los narcocorridos en Tamaulipas, y su posterior “reculada”, es un ejemplo de políticas públicas que atacan el síntoma y no la causa. Mientras la violencia real sigue presente, la clase política opta por regular la narrativa musical, en ocasiones con argumentos dignos de sátira. El diputado de los “corridos bonitos” encarna la paradoja de un Estado que prefiere censurar la crónica de la violencia antes que enfrentar la violencia misma, peor aun, su gobernador es parte de esa violencia y el ecosistéma que los prohija a cambio de votos.
Con informacion: ELNORTE/
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