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jueves, 24 de abril de 2025

LAS “TACTICAS de DESINFORMACION del VOCERO”: “CUELLAR PENSO en SERVIR a AMERICO pero TERMINO por NO SERVIR a CIUDADANOS al PROSTITUIR la VERDAD DOLOSAMENTE”…otra bola de nieve que al rodar acumuló contradicciones y se derritio ante la evidencia.


El mas reciente caso de escandalo, tras la detención de Jose Luis Aranza Aguilar, Delegado Estatal del IMSS en Tamaulipas,quien fuera sorprendido armado y cargado de billetes,a decir de la Guardia Estatal del gobierno de Morena y Americo Villarreal, ilustra perfectamente cómo las instituciones gubernamentales pueden convertirse en fuentes de desinformación deliberada, comprometiendo la confianza pública y socavando los principios democráticos. 

En este análisis periodistico examinamos las graves contradicciones en la comunicación oficial a cargo de Jorge Cuellar y sus implicaciones para la sociedad tamaulipeca en materia de inseguridad,pues el sujeto de marras traiciona la confianza y prostituye su vocación.

El fenómeno de la desinformación gubernamental

El libro “State-Sponsored Disinformation Around the Globe” (2025) ofrece un marco teórico pertinente para analizar este caso, revelando que la desinformación patrocinada por el Estado constituye un fenómeno global que amenaza los fundamentos democráticos de nuestras sociedades. Esta investigación realizada por expertos internacionales señala que cuando los gobiernos manipulan la información, generan un daño particularmente grave, pues abusan de la confianza otorgada por los ciudadanos y utilizan recursos públicos para distorsionar la realidad.

La obra examina casos en 14 países diferentes, demostrando que la desinformación estatal opera tanto en regímenes democráticos como autocráticos, utilizando aparatos gubernamentales formales para legitimar narrativas falsas o manipuladas. El libro sostiene que estas operaciones “describen aparatos específicos de desinformación patrocinados por instituciones estatales en varios países del mundo, como gobiernos, partidos políticos y políticos”.

Disección del comunicado oficial de la Vocería de Seguridad

El comunicado emitido el 22 de abril a las 6:01 PM por la Vocería de Seguridad de Tamaulipas, a cargo de Jorge Cuéllar Montoya, sobre la detención del delegado del IMSS José Luis Aranza Aguilar, presenta características que merecen un análisis detallado:

Elementos estructurales y retóricos

  1. Lenguaje burocrático y despersonalizado: El comunicado utiliza un lenguaje técnico-administrativo que despersonaliza los hechos (“se le marcó el alto”, “se realizó una inspección”, “se verificaron los nombres”).
  2. Omisiones estratégicas: El comunicado omite mencionar que el delegado fue esposado, como se aprecia en fotografías que circularon ampliamente, creando una narrativa de “revisión rutina” que contradice la evidencia visual disponible, atropella las leyes y violenta el estado de derecho,
  3. Conclusión categórica: Afirma tajantemente que “no se encontró algún indicio constitutivo de delito”, ignorando dolosamente las versiones sobre hallazgos de armas y dinero que posteriormente requirieron aclaraciones oficiales y ahora son materia de indagación por orden presidencial.

Contradicciones con otras fuentes

La narrativa oficial choca frontalmente con múltiples evidencias y declaraciones:

  1. Evidencia fotográfica: Las imágenes muestran al delegado esposado y sometido por agentes estatales, contradiciendo la descripción de una simple “revisión”.
  2. Declaraciones de alto nivel: La propia presidenta Claudia Sheinbaum declaró que el delegado “asegura que no llevaba nada y que, en todo caso, le estaba plantando un arma la Policía Estatal”, reconociendo la existencia de una controversia seria sobre los hechos que ya son materia de escrutinio legal.
  3. Posición del IMSS: La institución emitió un comunicado donde defendió a su delegado y especificó que fue “liberado” (no simplemente “dejado continuar”), implicando que existió una detención real, exhibiendo otra vez de “puerco completo” la narrativa sesgada y mentirosa de Jorge Cuellar.

Tácticas de desinformación identificadas

El caso ejemplifica varias de las tácticas identificadas en los estudios sobre desinformación estatal:

  1. Manipulación por omisión: El comunicado excluye elementos cruciales que cambiarían la interpretación de los hechos. Esta táctica es identificada en el libro como una forma sutil pero efectiva de desinformación, donde no se dicen falsedades completas, sino que se distorsiona la realidad mediante omisiones selectivas, el sello de la casa “Morena de conciencia prieta”.
  2. Oficialización de una narrativa conveniente: La Vocería utiliza su posición oficial para legitimar una versión que busca proteger a la institución policial de posibles acusaciones de abuso o irregularidades.
  3. Astroturfing institucional: Se utiliza una plataforma oficial para crear la impresión de normalidad y procedimiento estándar, cuando las evidencias sugieren un evento altamente irregular.

El fenómeno del “astroturfing institucional’ se distingue de la propaganda tradicional por su doble capa de simulacro: no solo transmite contenidos favorables al régimen, sino que fabrica una ilusión de participación ciudadana auténtica. Como señala el informe de CISA (2025), estas campañas “inundan el ecosistema informativo con narrativas coordinadas que parecen emerger de múltiples voces independientes”.

Implicaciones éticas y democráticas

La conducta de la Vocería de Seguridad presenta graves implicaciones:

  1. Violación del derecho a la información: Como señala el manual ético para medios de difusión, “la información no debe ser falsa, parcial o manipulada ya que se estaría violando el derecho a la información”. La presentación parcial de los hechos constituye una violación a este derecho fundamental.
  2. Erosión de la confianza pública: Las contradicciones evidentes entre el comunicado oficial ,otras fuentes y la realidad en imagenes, generan desconfianza en las instituciones que provocan “una severa crisis de credibilidad que nos llevan al caos y a la ingobernabilidad bajo un gobierno manchado desde antes,durante y después.
  3. Instrumentalización política: El caso evidencia cómo las vocerías oficiales pueden convertirse en instrumentos de manipulación política para servir al gobernador en vez de servir a ciudadanos, algo que el libro identifica como una característica común en diversos regímenes,particalarmente los autoritarios.

La responsabilidad del vocero oficial

Jorge Cuéllar Montoya, como titular de la Vocería de Seguridad, tiene responsabilidades éticas específicas que fueron comprometidas en este caso y muchos anteriores en que ha demostrado que los suyo es mentir, negar o matizar:

  1. Obligación de veracidad: Los manuales de vocería institucional establecen claramente que el vocero “se limitará a transmitir la posición institucional mediante mensajes previamente establecidos” y no debe “brindar datos inexactos, falsos o no corroborados”.
  2. Prohibición de minimizar problemas: Los estándares éticos de vocería indican explícitamente que un vocero no debe “minimizar la gravedad de un problema o minimizar sus alcances”, práctica que parece evidente y reiterada en este y otros comunicados analizados.
  3. Verificación y contrastación: La comunicación institucional debe estar sujeta a principios de “verificación, contrastación, precisión y contextualización”, elementos ausentes en el tratamiento informativo de este caso.

La Paradoja del Reconocimiento: Entre el Ideal y la Práctica de la Comunicación Institucional

En la imagen publicada,a se observa a Jorge Cuéllar Montoya, actual vocero de Seguridad de Tamaulipas, sosteniendo orgullosamente un reconocimiento enmarcado otorgado por el Centro de Estudios Martianos. La distinción lleva inscrito el lema “PENSAR ES SERVIR”, una frase que evoca los más altos ideales de la función pública y la comunicación institucional. El escenario complementado con la bandera mexicana y elementos protocolarios, subraya la formalidad del reconocimiento.

La contradicción entre el reconocimiento y la práctica

El contraste entre este reconocimiento y las acciones perpetradas por este timador profesional, no podría ser más pronunciado. La distinción “Pensar es Servir” sugiere un compromiso con la reflexión crítica y el servicio a la verdad, valores fundamentales para cualquier comunicador institucional, especialmente uno encargado de informar sobre temas de seguridad pública.

El lema frente a la evidencia documental

El lema “Pensar es Servir” implica una práctica comunicativa basada en:

  1. Reflexión crítica: Un análisis cuidadoso de los hechos antes de comunicarlos
  2. Compromiso con la verdad: Priorización de información verificada y contextualizada
  3. Servicio público: Orientación hacia el bienestar ciudadano mediante información transparente

Sin embargo, el análisis del comunicado sobre la detención del delegado del IMSS reveló prácticas diametralmente opuestas:

  • Omisión deliberada: Se excluyeron detalles cruciales sobre las circunstancias de la detención
  • Manipulación narrativa: Se presentó como “revisión rutinaria” lo que evidencias visuales mostraban como una detención formal
  • Priorización institucional: El comunicado pareció proteger intereses corporativos sobre el derecho ciudadano a información veraz

La ironía de “pensar” en la fabricación de narrativas

La primera parte del lema, “pensar”, adquiere un significado particularmente irónico en este contexto. Si aplicamos los principios del astroturfing institucional analizados anteriormente, vemos que el “pensamiento” ejercido no fue el de la reflexión crítica al servicio de la verdad, sino posiblemente el cálculo estratégico para:

  1. Construir una narrativa protectora para las instituciones
  2. Anticipar argumentos que neutralizaran cuestionamientos sobre procedimientos policiales
  3. Diseñar una estructura comunicativa que aparentara normalidad y rutina

Esta forma de “pensar” contradice frontalmente el espíritu del reconocimiento, transformando el acto reflexivo en un ejercicio de ingeniería narrativa alejado de los hechos comprobables.

La distorsión del concepto de “servir”

La segunda parte del lema, “servir”, plantea una contradicción aún más profunda. El servicio público en democracia está cimentado en:

  • La comunicación transparente como derecho ciudadano
  • La rendición de cuentas como principio de gobernanza
  • El acceso a información verificable como base para la participación cívica

El comunicado analizado, con sus múltiples contradicciones y omisiones, parece haber “servido” principalmente a:

  • Proteger la imagen institucional de los cuerpos de seguridad
  • Minimizar un posible incidente irregular en un procedimiento policial
  • Desviar la atención de interrogantes legítimas sobre el trato a un funcionario federal

La distinción como símbolo de la disociación ética

Esta imagen, más allá de la persona específica, representa un fenómeno preocupante en la comunicación gubernamental: la creciente disociación entre los ideales profesados y las prácticas implementadas. El reconocimiento enmarcado establece una expectativa ética que se ve traicionada por las prácticas comunicativas documentadas.

Los estudios sobre desinformación estatal advierten precisamente sobre este peligro: la cooptación de símbolos de legitimidad (como reconocimientos, lemas inspiradores o referencias a principios éticos) para revestir de autoridad moral prácticas que socavan los fundamentos democráticos.

Conclusión

La imagen del vocero sosteniendo un reconocimiento con el lema “Pensar es Servir” mientras su oficina gubernamental es cuestionada por prácticar la desinformación como deporte, representa una dolorosa paradoja de nuestra comunicación institucional. 

El Centro de Estudios Martianos, presumiblemente inspirado en el pensamiento de José Martí -defensor inclaudicable de la verdad- ha otorgado una distinción que parece contradecir la evidencia documentada sobre la gestión informativa de la Vocería.

Esta contradicción no es meramente anecdótica, sino sintomática de una crisis más profunda: la instrumentalización de los valores democráticos como decorado escenográfico para prácticas que los niegan en su esencia. Como sociedad, debemos cuestionar si reconocimientos como éste conservan algún valor cuando las acciones de sus receptores contradicen tan frontalmente los principios que dicen honrar.

Conclusión

En sintesis,el análisis periodístico del comunicado de la Vocería de Seguridad de Tamaulipas revela un caso preocupante de desinformación estatal, con características que coinciden con los patrones previamente identificados en estudios académicos globales sobre el tema. Esta situación representa un peligro significativo para la democracia y la confianza institucional en Tamaulipas.

Como advierte el libro “State-Sponsored Disinformation Around the Globe”, cuando los gobiernos se convierten en fabricantes de narrativas distorsionadas, se atenta contra los fundamentos mismos del contrato social. La sociedad tamaulipeca merece instituciones que informen con transparencia y veracidad, no aparatos de comunicación que oculten o manipulen la realidad para proteger intereses particulares o institucionales al amparo de un gobernador criminal y politicamente organizado.

Las inconsistencias en este caso ilustran la urgente necesidad de fortalecer los mecanismos de transparencia, rendición de cuentas y verificación independiente de la información gubernamental, especialmente en áreas tan sensibles como la seguridad pública, donde la confianza ciudadana resulta fundamental para la gobernabilidad democrática.

Con informacion: MEDIOS/REDES

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