Una juez federal condenó a 89 años de prisión a Jaqueline Malinali Gálvez Ruiz, hermana de la ex candidata presidencial Xóchitl Gálvez, tras estimar que está acreditada su pertenencia a la banda de plagiarios “Los Tolmex” y haber participado en dos secuestros.
Mariana Vieyra Valdés, Juez Tercero de Distrito en Materia Penal de Toluca, la halló culpable de los delitos de delincuencia organizada, en la hipótesis de secuestro; privación ilegal de la libertad, en la modalidad de secuestro en agravio de dos víctimas; y posesión de cartuchos de uso exclusivo del Ejército.
Además de la pena privativa de la libertad, la impartidora de justicia le impuso el pago de una multa de 12 mil 437 días, equivalentes a 734 mil 807.50 pesos, informaron fuentes del Poder Judicial de la Federación.
Gálvez se encuentra internada en el Centro Femenil de Reinserción Social de Tepepan, al sur de la Ciudad de México, la misma prisión en la que estuvieron presos Andrés Granier y Elba Esther Gordillo.
La condena le fue impuesta al acreditarse su plena responsabilidad en los secuestros de Marcela Patricia Flores Domínguez y Rodolfo Morales Hernández, ocurridos el 22 de mayo de 2012, en Tultitlán, Estado de México.
Según la acusación, la ahora sentenciada citó a las dos víctimas y al llegar al lugar acordado fueron plagiadas y confinadas en una jaula.
“Los Tolmex”, como bautizaron a la banda de secuestradores, pidieron un rescate inicial de 20 millones de pesos por la pareja, pero final cobraron 2.4 millones de pesos y unas alhajas. Aun así, no los liberaron tras el cobro.
Malinali Gálvez fue detenida el 20 de julio de 2012 en Otzolotepec, Estado de México, durante un operativo de la Policía Federal en el que fueron rescatados Flores y Morales, quienes para entonces ya tenían 60 días en cautiverio.
Benito Rojas Rodríguez, alias “El Gordo”, uno de los plagiarios que poco después fue detenido, señaló a Malinali Gálvez de ser la responsable de elegir a las víctimas y llevarlas a casas de seguridad.
“Su función era poner a la gente y tenernos al pendiente o al corriente de lo que pasaba en la casa de los secuestrados, ella tenía la confianza de poder entrar a las casas, tenía mucha sangre fría la señora como para hacer eso”, dijo este sujeto en un video grabado por la Policía Federal.
El fallo condenatorio contra la hermana de Xóchitl Gálvez fue dictado en un juicio que tardó 13 años en tramitarse y el litigio todavía tiene por delante un largo camino.
La sentenciada puede impugnar la condena ante un tribunal de apelación y, en caso de que la resolución no le resulte favorable, podrá presentar una demanda de amparo que pasará cuando menos por dos instancias judiciales.
El caso de Jaqueline Malinali Gálvez Ruiz, hermana de la ex candidata presidencial Xóchitl Gálvez, deja varias reflexiones sobre las dinámicas familiares y sociales:
1. La dualidad entre reputación pública y acciones privadas
El contraste entre el perfil político de Xóchitl Gálvez y los delitos de su hermana expone cómo las familias pueden albergar realidades contradictorias. Mientras una figura pública proyecta valores cívicos, miembros del círculo cercano pueden operar en la ilegalidad, cuestionando nociones simplistas sobre “honradez familiar”.
2. El abuso de capital social
Jaqueline utilizó su posición social para ganar la confianza de las víctimas, demostrando cómo el acceso a redes privilegiadas puede convertirse en herramienta delictiva. Su capacidad para infiltrarse en entornos vulnerables revela una apropiación perversa de la influencia familiar.
3. Responsabilidad individual vs. estigma colectivo
Aunque no hay indicios de complicidad de otros familiares, el caso evidencia el riesgo de estigmatización por asociación. Plantea un debate ético: ¿hasta qué punto los vínculos sanguíneos deben influir en la percepción pública de figuras políticas?.
4. Fracturas en el sistema judicial
Los 13 años de proceso legal reflejan deficiencias estructurales en la impartición de justicia, particularmente en delitos de alto perfil. La prolongada resolución sugiere posibles asimetrías entre la velocidad procesal y la necesidad de reparación para las víctimas.
5. Mecanismos de corrupción organizada
La operación de “Los Tolmex” con células satélite (“Los Perros”, “Los Cancunes”) ilustra cómo las redes delictivas trascienden núcleos familiares, creando estructuras híbridas que combinan relaciones personales y alianzas estratégicas.
6. La normalización de la violencia
El testimonio sobre la “sangre fría” de Gálvez al seleccionar víctimas expone cómo entornos delictivos pueden distorsionar la moralidad individual, incluso en personas aparentemente integradas socialmente.
Este caso funciona como metáfora de tensiones sociales más amplias: la coexistencia de legalidad e ilegalidad en estructuras de poder, la vulnerabilidad de instituciones ante redes criminales sofisticadas, y los límites de la rendición de cuentas en sistemas judiciales sobrecargados.
Con informacion: ELNORTE/
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