Gustavo Levy era un hombre que veía a todos sus trabajadores como amigos y a quienes defendió con valentía.
"Él era inocente de todo, él murió de pie y luchando por su tierra, por su familia, por su gente", relató anoche en entrevista su hija Carolina.
Tras escribir una carta en la que le rinde un homenaje póstumo, "Caro" dijo que a su papá le importaba mucho su gente, la que estaba en el rancho La Rumorosa.
"Ha de haber sido muy duro para él (lo que pasó), psicológicamente hablando, porque (los trabajadores) eran sus amigos", agregó.
El rancho, ubicado en el municipio de Villaldama, fue tomado la semana pasada por una célula del narco, que inicialmente secuestró a una pareja que trabajaba ahí y después mató a Levy, de 85 años, y a su chofer, Omar de la Garza, de 73 años.
Caro describe a su padre como un hombre sencillo, inteligente, apasionado por la lectura y que gustaba de dar buenos consejos a las personas.
Como todos los jueves, el 5 de enero, don Gustavo, quien tenía más de 50 años de ser ganadero, llegó a su rancho, localizado en la Sierra de Gomas, a unos kilómetros de la Carretera a Colombia.
Pero la tranquilidad que durante años rodeó a la propiedad había sido interrumpida abruptamente desde el lunes por un grupo de sicarios que llegó a apoderarse del rancho, privando de su libertad a la pareja de trabajadores.
El Vicefiscal Luis Enrique Orozco dijo ayer que el empresario habría encarado a los pistoleros para defender a sus trabajadores y a su propiedad.
"Lo que tenemos establecido es que, a la llegada del señor Levy, él se da cuenta de la presencia de hombres armados", explicó, "y probablemente los increpa, les reclama y se suscita una situación obvia por la privación de la que eran objeto sus trabajadores".
Tras ser encarados, los delincuentes asesinaron a Levy y a De la Garza.
El trágico suceso en La Rumorosa contrasta con la paz y tranquilidad que había hace muchos años en Villaldama y que Caro recuerda con nostalgia.
En la carta que difundió ayer entre familiares y amistades, acompañada con una foto de la Sierra de Gomas que ella tomó, escribe con un tono de esperanza que la memoria de su padre seguirá viva en los campos de Villaldama.
"Mi Sierra de Gomas querida, testigo inmóvil de ésta injusticia y despiadada tragedia", escribió, "las cenizas de mi padre se funden ya con tu tierra y vuelan sobre tus campos por siempre.
"Éste es un réquiem también a la paz que nos han arrebatado de nuestras amadas tierras del norte del país.
"Volveremos a unirnos mi sierra querida", agrega, "revivirás y volveremos con más fuerzas en el México que añoramos. Dios lo permita y los norestenses luchemos por ello.
"Por la memoria de mi padre y en mis humildes pinceladas seguirán vivos tus campos", señala Caro, quien es pintora.
Fuente.-
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