Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, creó un fideicomiso inmobiliario y con él compró un almacén en la Ciudad de México a un precio de más de 37 millones de pesos (1,9 millones de dólares).
En la bodega, que tiene una superficie de 1.300 metros cuadrados, el partido oficialista almacena ejemplares de Regeneración —su periódico de difusión propagandística—, utilería, vehículos y productos de proveedores que posteriormente son enviados a las sedes de Morena en los Estados, según pudo constatar EL PAÍS en una visita. El almacén se ubica en el número 125 de la calle Doctor Andrade, en la céntrica colonia Doctores, y fue adquirido el 26 de marzo de 2021, de acuerdo con los documentos de la compraventa, que este medio obtuvo mediante solicitudes de transparencia.
El partido en el Gobierno evitó responder cuestionamientos de este periódico sobre la necesidad de adquirir un almacén y sobre si no era más barato arrendarlo en lugar de comprarlo. Una portavoz indicó que la adquisición es lícita porque el fideicomiso fue creado para comprar todo tipo de inmuebles, desde oficinas hasta, precisamente, bodegas. El monto pagado es parecido al presupuesto asignado este año a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para la atención de emergencias y desastres naturales y es mayor al dinero destinado al programa de atención a personas con discapacidad de la Secretaría de Salud.
Morena ha defendido su fideicomiso con el argumento de que con él busca dotar de infraestructura propia a sus sedes estatales. No obstante, aunque la nueva bodega fue adquirida a título del partido en la capital, es utilizada por la dirigencia nacional. El almacén se suma al patrimonio inmobiliario de Morena en Ciudad de México, que consta de cuatro casas y edificios de oficinas, además de otros cuatro inmuebles por los que paga una renta mensual, de acuerdo con reportes publicados en el portal de transparencia institucional.
La nueva propiedad en Doctor Andrade 125 fue comprada a la empresa Quirato Corporativo Empresarial S.A.P.I. de C.V., constituida en Ciudad de México en 2015 y cuyo representante legal y presidente del consejo de administración es el abogado Enrique Patiño Magnani. La compañía se creó con un capital de 50.000 pesos y con objetos sociales tan variados como impartir asesorías financieras, dar servicios de outsourcing, emitir títulos de crédito o vender avales. En los documentos constitutivos no se especifica que la empresa construya, arrende o venda inmuebles.
Puerta principal de la bodega ubicada en la calle de Dr Andrade 125.
El almacén es resguardado por un policía capitalino, por tratarse, ahora, de una propiedad de una institución de carácter público. Los vecinos de la calle señalan que el inmueble ha estado ahí desde la década de 1970, y que a lo largo del tiempo ha sido bodega de una empresa cervecera, estacionamiento y hasta cancha de futbol. Durante la pandemia estuvo cerrado y se puso en venta. El almacén tiene techo y está pintado de color guinda desde cuando menos hace 15 años. Afortunada coincidencia para Morena, pues ese color es el mismo que distingue al partido.
Morena creó en el banco BBVA el fideicomiso de administración e inversión número F/4117560 el 28 de diciembre de 2020, a tres días de que concluyera el año fiscal y a las pocas semanas de que Mario Delgado asumiera la dirigencia nacional del partido. El objeto del fideicomiso, según el contrato al que se ha tenido acceso, es “adquirir, realizar mejoras inmobiliarias o reconstruir inmuebles de su propiedad”, así como “contratar arrendamientos operativos y financieros”. La existencia del fideicomiso provocó duras críticas al interior del Instituto Nacional Electoral (INE), que en febrero de 2022 impuso una multa al partido tras detectar anomalías en su constitución. La sanción, finalmente, fue revocada por el Tribunal Electoral federal.
La Unidad de Fiscalización del INE había descubierto que el patrimonio del fideicomiso se había conformado mediante triangulaciones de recursos públicos de las dirigencias de Morena en los Estados hacia las arcas del partido nacional, que luego transfería el dinero al fideicomiso. De este, al final, se extraían los fondos para comprar propiedades. Para entonces, el fideicomiso había recibido 372 millones de pesos de aportaciones de las dirigencias locales. Con ese dinero, el partido adquirió dos inmuebles en Tamaulipas, uno en Baja California, uno en Morelos y uno en Ciudad de México (la bodega), todos por un monto global de 75,3 millones de pesos. Este diario posee los contratos de compraventa de todas las propiedades.
El INE señaló entonces que los partidos locales tienen prohibido transferir dinero a su dirigencia nacional para comprar inmuebles. El consejero Ciro Murayama señaló que, en realidad, lo que Morena buscaba con su fideicomiso era eludir la obligación que tienen los partidos de devolver a la Tesorería de la Federación los remanentes presupuestarios al final del año fiscal. Otros consejeros criticaron el doble discurso de Morena por haber creado un fideicomiso privado cuando meses antes había impulsado en el Legislativo leyes para la desaparición de fideicomisos gubernamentales.
El presidente López Obrador y su partido consideraban que dichos instrumentos eran opacos y discrecionales, y consumaron en octubre de 2020 la eliminación de varios fideicomisos públicos en áreas de la salud, cultura, deporte, ciencia y atención de emergencias naturales, una medida duramente criticada por organizaciones civiles, académicos y políticos de la oposición. Apenas dos meses después de asestar el trancazo legislativo, Morena se puso al margen de sus críticas y creó su propio fideicomiso inmobiliario con dinero público.
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